Un afable personaje, Leonard Vole (Tyrone Power), es acusado del asesinato de una rica dama, la señora French (Norma Varden), con quien mantenía una relación de carácter amistoso. El posible móvil del crimen es la herencia de todos los bienes de la difunta. A pesar de que las pruebas en su contra son demoledoras, el prestigioso abogado criminalista de Londres, Sir Wilfrid Roberts (Charles Laughton), acepta su defensa al creer en su inocencia.
En 1925, Agatha Christie escribió la historia corta “Witness for the Prosecution”. Algunos años más tarde, dicha historia se convertiría en una exitosa obra teatral en Londres, éxito que repetiría cuando esta fue estrenada en Broadway a fines de 1954. Mientras que varios estudios competían por comprar los derechos de la obra para adaptarla al cine, el productor del show los adquirió por $400.000 dólares, una suma impresionante tratándose de una obra teatral. Sin embargo, el productor cometería el error de venderle los derechos al productor de cine independiente, Edward Small, por tan solo $435.000 dólares. Small se había percatado del potencial que tenía la ingeniosa historia de Christie, razón por la cual se acercó al productor Arthur Hornblow Jr., quien había trabajado durante años con éxito al interior de los grandes estudios, para ofrecerle participar en el proyecto. Los dramas judiciales por lo general le daban la oportunidad al espectador de involucrarse en la acción, y asumir por momentos los roles de juez y jurado. Sin embargo, en algunas ocasiones cuando estos eran llevados a la pantalla grande, el exceso de diálogo termina hundiendo las historias.
Es por esta razón que cuando Billy Wilder aceptó dirigir “Witness for the Prosecution”, él se aseguró de contar con un guión que evitara este tipo de lagunas verbales. Para desarrollar dicho guión, el director seleccionaría a Harry Kurnitz, un experimentado autor de historias de misterio. Durante la construcción del guión, ambos hombres se percataron que lo que necesitaba la historia era algo de humor, por lo que crearon a un nuevo personaje, la enfermera Plimsoll (Elsa Lanchester), y le otorgaron una enfermedad cardiaca a Sir Wilfrid, para que de esta forma la enfermera se encargara de que el abogado tomará las precauciones necesarias, provocando constantes discusiones entre ambos. Wilder también estaba consciente de que no podría contar con Marlene Dietrich en su película, si no incluía uno de los números musicales tan típicos de la actriz, o le permitía a la audiencia ver por un momentos sus famosas piernas. El director cumpliría con ambas condicionantes a través de un flashback que muestra la vida del personaje de Dietrich en la Alemania post-guerra, época en la cual ella cantaba en un bar que era frecuentado por soldados norteamericanos. Dichos flashbacks, también sirven para descansar por un momento de la acción al interior del juzgado, además de establecer las condiciones en las cuales Vole conoció a su esposa.
En cuanto al resto del elenco, el productor Arthur Hornblow Jr., quería que William Holden interpretara a Leonard Vole, pero lamentablemente el actor tenía otros compromisos. Luego Wilder intentó conseguir a Tyrone Power, pero este se rehusó a participar en la cinta. Tras considerar a actores como Gene Kelly, Kirk Douglas, Glenn Ford, Jack Lemmon, e incluso Roger Moore, Power terminó aceptando el rol luego de que los productores aseguraran también su participación en la cinta, “Solomon and Sheba” (1959). Irónicamente, el actor no alcanzaría a completar “Solomon and Sheba”, ya que fallecería a causa de un infarto cardíaco, siendo reemplazado por Yul Brynner. Por otro lado Ava Gardner y Rita Hayworth serían consideradas para el rol de Christine Helm, antes de que fuera contratada Marlene Dietrich. En cuanto a Charles Laughton, Wilder siempre sintió admiración por el veterano actor, por lo que era una opción obvia para interpretar al abogado encargado de defender a un hombre acusado de homicidio.
Básicamente, “Witness for the Prosecution” es una cinta de misterio en la cual durante todo el transcurso de la historia, el director siembra la duda con respecto a quien es el verdadero culpable del asesinato de la señora French. Aunque Leonard Vole tiene motivos de sobra para haberla asesinado, Sir Wilfrid Roberts está convencido de su inocencia. Por otro lado, como mencionaba anteriormente, Wilder integra algunos toques de comedia en el relato, los cuales se materializan en la relación entre el veterano abogado, y su enfermera la señora Plimsoll. Entre ambos personajes se da una relación amor/odio, la cual está marcada por las constantes artimañas que utiliza Sir Wilfred para esconder puros y alcohol en todos los rincones de su casa, y la admiración que la señora Plimsoll siente por el obstinado abogado. Por último, Wilder se encarga de añadir algunos toques dramáticos a la mezcla, al mostrar como el matrimonio compuesto por Leonard Vole y Christine Helm comienza a desintegrarse debido a la posible culpabilidad de Vole, y a la repartición de la millonaria herencia que dejó la señora French antes de morir.
“Witness for the Prosecution” es una de las mejores películas judiciales de las que tenga memoria, cuyo sorprendente final se utilizó como truco publicitario. Los miembros del rodaje tuvieron que filmar un contrato donde no se les permitía contar el desenlace de la trama, y Billy Wilder, con el afán de crear una mayor expectación con respecto a la cinta, lanzó un rumor falso que aludía al hecho de que este había repartido entre los actores un guión donde faltaban las diez últimas páginas, para evitar que estos conocieran el final por adelantado. Aunque el famoso final ha sido criticado por considerarse “tramposo”, la verdad es que me parece que solo puede ser considerado como genial por su capacidad de sorprender por completo al espectador. En definitiva, se trata de una película redonda, que presenta un elenco de primer nivel, una historia más que interesante, y un desenlace que de seguro no dejará a nadie indiferente.
por Fantomas.