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#WomeninSTEM #Cientificas11F: La astrofísica Vera Rubin

Publicado el 10 febrero 2017 por Angelrls @El_Lobo_Rayado
Al igual que hice el año pasado, me subo a la iniciativa internacional #WomeninSTEM (Mujeres en "Science, Technology, Engineering and Maths", o dicho en castellano, "Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas"), que en España se conoce también como #Científicas11F y #DiamujerYCiencia. En diciembre de 2015 la ONO declaró que el 11 de febrero sea el Día Internacional de las Mujeres y Niñas en Ciencia, por lo que 2017 es el segundo año en que se celebra.
El Día Internacional de las Mujeres y Niñas en Ciencia busca precisamente visualizar y promover en la sociedad el papel que las mujeres han tenido en el avance de la Ciencia, así como reconocer las contribuciones clave que el género femenino desempeña en la comunidad científica y tecnológica actual. Así, durante esta semana y la siguiente se están desarrollando multitud de actividades en todos los ámbitos, desde colegios a universidades, pasando por institutos de investigación y museos científicos, con la idea de apoyar a las mujeres científicas y promover el acceso de las mujeres y la niñas a la educación, la capacitación y la investigación en los ámbitos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, así como su participación en esas actividades, a todos los niveles.
Tienes toda la información en la web https://11defebrero.org.
#WomeninSTEM #Cientificas11F: La astrofísica Vera Rubin
Cartel de las actividades por el Día Internacional de las Mujeres y Niñas en Ciencia de 2017 en España. La autora del original diseño es la farmacéutica y diseñadora de moda María del Álamo Ortega @marialamort.
Mi contribución de hoy es la publicación íntegra del artículo de Zoco de Astronomía publicado el domingo 8 de enero de 2017 en Diario Córdoba, y que dediqué a la tristemente desaparecida astrofísica Vera Rubin.
El pasado 25 de diciembre, con 88 años, falleció la eminente astrofísica estadounidense Vera Rubin. Posiblemente este personaje es desconocido para la mayoría de la población, pero sin dudarlo Vera Rubin ha sido uno de los astrofísicos más destacados de la segunda mitad del siglo XX. Sus grandes y numerosos logros científicos los consiguió, además, con un gran esfuerzo extra en una sociedad que aún no aceptaba que las mujeres atendieran a carreras especializadas en la universidad. Posteriormente tuvo que compaginar el cuidado de sus cuatro hijos (todos se dedicaron luego a la Ciencia) con su investigación en astrofísica. Además, fue la primera mujer en utilizar los telescopios del Observatorio de Monte Palomar (EE.UU.). Apasionada por su trabajo, lúcida como pocas personas en “entrever” el significado de los datos, una persona sencilla que siempre transmitía buenos consejos a los más jóvenes, Vera Rubin ha pasado a la no existencia sin recibir el justo reconocimiento de su trabajo recibiendo un Premio Nobel de Física, algo que la comunidad astrofísica internacional lleva años reclamando.
#WomeninSTEM #Cientificas11F: La astrofísica Vera Rubin
La astrofísica Vera Rubin en 1974 usando máquinas especiales (ahora tenemos ordenadores) para estudiar las observaciones astronómicas conseguidas con espectroscopía. Así fue como consiguió los datos que demostraban claramente la existencia de materia oscura en las galaxias. Crédito: Emilio Segre Visual Archives/AIP/SPL.
¿Qué descubrió Vera Rubin para merecerse tal distinción? Nada más y nada menos fue la persona clave en proponer que en las galaxias existe un tipo de materia que no emite luz. Además, esta “misteriosa materia” era mucho más abundante que la materia luminosa (estrellas, gas y polvo). Ahora designamos a esta componente como “materia oscura” y es una pieza imprescindible para la Astrofísica y la Cosmología: sin materia oscura no sabemos cómo funcionan las galaxias, o cómo se agrupan en cúmulos de galaxias, o la misma estructura a gran escala del Universo, o los rasgos que vemos en a radiación cósmica de fondo (el “eco” del Big Bang). Y es más: los mismos modelos de evolución del Cosmos dejarían de funcionar. No sabemos qué es la materia oscura, pero tenemos miles de observaciones que prueban que está ahí. Los datos actuales señalan que hay 5 veces más materia oscura en el Cosmos que materia ordinaria.
Durante la década de los 70 del siglo pasado, Vera Rubin obtuvo las observaciones fundamentales que demostraban la existencia de la materia oscura. Es cierto que otros astrofísicos anteriores (por ejemplo, el controvertido Fritz Zwicky) había notado antes que ella que para explicar algunas observaciones extragalácticas era necesario involucrar a más masa que la que se medía. Los datos de Vera Rubin (que usaban la técnica de la espectroscopía) no daban lugar a dudas: las partes externas de las galaxias se movían mucho más rápido de lo previsto por la teoría, considerando el número de estrellas y la cantidad de gas y polvo que albergaban. La única manera que tenemos de explicar este movimiento es o modificando la Teoría de la Gravedad de Newton (que ha superado con éxito el resto de pruebas observacionales y que aparece dentro de la Relatividad General de Einstein en el caso particular de bajas velocidades) o considerando que hay “mucha materia no luminosa” que no vemos. En caso contrario, las partes externas de las galaxias debería salir disparadas al espacio.
La hipótesis de la materia oscura postulada por Vera Rubin fue muy polémica y controvertida en sus principios, particularmente porque estas ideas venían de una mujer. Pero en unos pocos años, con observaciones independientes, se comprobó una y otra vez que ella tenía razón. Así esta “teoría radical” fue incorporada al conocimiento físico del Cosmos. Y fue la astrofísica Vera Rubin quien jugó un papel fundamental en ello. Las mujeres científicas están realizando grandes contribuciones, pero desgraciadamente aún no se conocen o se valoran en su justa medida. Nuestra generación tiene que seguir luchando para que se consiga la igualdad total de mujeres y hombres en ciencia y en todos los aspectos de la sociedad. O, directamente, nos perderemos la mitad del talento de la Humanidad.
Por supuesto, este artículo también está dedicado a mi científica preferida, mi hermana Laura.

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