Wonder Wheel por JC

Otro año más -no sabemos cuántos quedan- tenemos otra nueva cita para disfrutar con Woody Allen. Esta vez nos adentra en la década de los ’50 para vivir un verano en Coney Island a través de Mickey (Justin Timberlake), un estudiante universitario con vocación de escritor que trabaja de salvavidas los meses de verano.
Nos cuenta la vida del matrimonio de Ginny (Kate Winslet), una actriz que trabaja de camarera, y Humpty (Jim Bellushi), que se encarga del tiovivo de la feria, quienes llevan una vida más o menos tranquila hasta que aparece de forma repentina Carolina (Juno Temple), la hija del anterior matrimonio de Humty.
Lo que es evidente es que nos encontramos con una de las películas más bellas dentro de la filmografía del neoyorquino gracias a una inmejorable fotografía llena de colores -recordándonos otros títulos del director como Días de radio (1987)- donde estos parecen tomar vida y a una ambientación que impregna toda la cinta.
Le acompaña un gran reparto con buenas actuaciones de Jim Bellushi, Justin Timberlake y Juno Temple, aunque por encima de estos se sitúa Kate Winslet representando a la perfección el personaje de Ginny, una actriz frustrada que trabaja como camarera que vive con la condena de no perdonarse a sí misma un error que cometió en el pasado, el cual le condiciona llevando una vida que no quiere vivir.
Algo que me gustaría destacar de “Wonder Wheel” es la importancia del tema de la paternidad en relación con los personajes principales, ya que no es un tema que utilice normalmente Allen en sus películas. El ejemplo más claro lo vemos con Humpty, que después de haber estado separado de su hija durante un largo periodo de tiempo intenta ayudarle en todo lo posible para conseguir que esta recupere el tiempo perdido y tenga un futuro mejor.
La película cuenta con una buena historia, diálogos consistentes, buen ritmo y con momentos de la comedia que caracteriza al autor, aunque el conjunto nos deja algo fríos porque parece no alcanzar las expectativas iniciales.
Aunque para mí aquí radica la grandeza de este director, no vamos a encontrar esta película como una de las obras más importantes de su carrera, pero al verla sabremos reconocer que, con sus aciertos y errores, estamos ante una película de Woody Allen, ni más ni menos.
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