Revista Cine

X-Men: Apocalipsis, la venganza de Barney

Por Cinéfilo Criticón @cinefilocritic

Marvel tiene fantasía para un público de todas las edades, la cual inyecta bajo la misma fórmula represiva a cualquier director que se atreva a producir una de sus obras. Warner/DC tiene una serie necesitad de distanciarse del anterior, siendo terrible bajo las manos del director más económicamente inepto que pudieron conseguir. Y ahora es el turno de FOX, que intenta continuar la buena suerte que tuvo con Deadpool, pero con los mismos mutantes de siempre que están a las ordenes del ya veterano director Bryan Singer.

Después del interesante ‘Días Del Futuro Pasado’, parecía que la saga de los X-Men había encontrado la tracción necesaria para encaminar su destino a nuevas inexploradas áreas de su mitología. En una especie de milagro, logró corregir los errores de la primera trilogía y legitimizando el regreso a los orígenes con X-Men First Class. Si no fuera suficiente, el avance al final de la película prometía la introducción de uno de los villanos más temidos del cómic y con ello una aventura épica de esas que se contarían por generaciones. ¡Que equivocado estaba!

La película comienza con la introducción del casi todo poderoso Apocalipsis, siendo traicionado siglos atrás por sus seguidores y a la vez encerrado hasta nuestros días debajo de ruinas piramidezcas. Después de una serie de introducciones con nuestros héroes favoritos, y tragedias que impulsen sus decisiones, es que vemos como el mutante morado recluta a cuatro individuos para ofrecerles un cambio de imagen, aumento de poderes y de plano hacerlos los antagonistas más mediocres que puedan existir de este lado del universo Marvel.

Mistique-Nightcrawler

No se que paso. Quiero pensar que soy yo y mis inalcanzables expectativas, esta vez frustradas por una película que no respeta ni su propio título. Estoy buscando el Apocalipsis, y sinceramente no lo encuentro dentro de la película. Ha de ser algo metafórico que involucra como destruyen la cabellera Profesor X (James McAvoy), la  buena fe que se tenía a los X-Men , el desperdicio de otro villano memorable o de plano cualquier esperanza de algo relevante. Lo que sea, no lo encuentro. Ese título es mercadotecnia absoluta, me niego ha aceptar que esa cosa morada pueda ser el protagonista de algo de interés o ya digamos una amenaza a los X-Men que nunca terminan de integrarse, educarse, conocer su poderes y luchar contra la discriminación de la sociedad.

Jamás puse atención a las primeras imágenes de Apocalipsis (Oscar Isaac), solo me divertia con las burlas de como se parecía al tal Ivan Ooze de Power Rangers. Se me hacia algo trivial que podía ser ignorado con la interpretación de un verdadero villano que causara terror dentro de nuestras mentes. Ahora me doy cuenta que eran los síntomas de que Bryan Singer y compañía lo habían arruinado. El tal mal llamado Apocalipsis es una excusa para agregar tanto mutante como su presupuesto lo permita y un pelele desechable que adornan con tanto efecto visual que puedan encontrar.

El libreto al principio pretende darle continuidad a la santísima trinidad de Magneto, Xavier y Raven, en donde solo el el señor de los imanes tiene el mayor desarrollo. Los actores que interpretan a estos personajes de ficción, merecen respeto y por lo tanto un contenido aceptable para sus dones. Es entonces, que Michael Fassbender me lo enfrascan en un viaje emocional originado por sus deseos de ser un padre de familia; a James McAvoy me lo tienen hormonal en busca de su media naranja, donde incluye un corte de pelo muy familiar; y la multi galardonada Jennifer Lawrence solo está de extra pretendiendo que le importa.

Mistique-Apocalipsis

Pero como es costumbre en toda película de X-Men, el objetivo es incluir tantos mutantes como sea posible y esta vez es el turno de Scott Summers (Tye Sheridan), Jean Grey (Sophie Turner) y Nightcrawler (Kodi Smit-McPhee); otra vez. En serio, esto en vez de avanzar, decide regresar a mostrarnos como Scott tiene su primer flash ocular como Ciclope,  su encuentro con Jean y hasta el origen de sus anteojos. Lo anterior funcionaba cuando no los conocíamos, ahora se siente como relleno, el cual no sirve para aclarar dudas, si no que para satisfacer la clara obsesión que tiene Singer por los personajes al estilo Peter Jackson. Creo que ha estas alturas lo menos que queremos es regresar a los tiempos donde se pretendió que nos importara el romance entre esos dos.

De todas las películas de la saga, esta es la más repetitiva en las historias que cuenta, lo peor es que lo sabe y prefiere mover la trama lo más rápido, según para no darnos cuenta. Es así que tenemos otra vez la mansión que explota, el artefacto de Cerebro como el detonante de catástrofes, la mención del poder de Fénix. No conforme, se decide hacer espacio a un Wolverine, en una secuencia que en vez de emocionar, me la pase pidiendo que se terminara. ¿De verdad ya no hay nada más que contar? Tanta mitología que se tiene y nos ofrecen el tratamiento Hombre Araña.

Quiero suponer que los problemas personales de Bryan Singer afectaron en esta ocasión su desempeño como director. No hay que olvidar que durante la filmación estuvo demandado por acoso sexual y que al final se resolvió todo a su favor. No creo que sea un pésimo director, solo esta vez no le salió del todo lo que supongo debió ser la mejor película de la serie, y lo digo porque hay momentos que permiten salvar el proyecto del desastre.

Apocalipsis-y-chichincles

De nuevo es Quicksilver (Evan Peters) con sus poderes de alta velocidad, quien hace de una escena redundante con la mansión en llamas, algo digno de merecerse nuestra atención. También la proclamación de los planes globales que tiene Apocalipsis, con todo y toque artístico que incluye música clásica; hasta da muestras que Singer quiere darle un toque especial que permita destacar su obra del resto, pero el problema es que esos instantes son como bocanadas de aire fresco dentro de un mar de aburrimiento.

Por más que intenta Singer involucrarnos con las situaciones actuales de los mutantes y desarrollar estos individuos, las escenas en las que se ven envueltos son tan casuales y sobretodo distantes del conflicto principal, que no ayudan en mucho a importarnos lo que sucede en la pantalla. Tampoco contribuye a que nadie destaque dentro de la bola de seres especiales. Sus personalidades son inexistentes, y solo sabemos quien es quien por los poderes que tanto utilizan.

Un detalle especial de ‘Días Del Futuro Pasado’, era la urgencia a resolver el conflicto. Sabíamos que la vida de muchos mutantes dependía del éxito de la misión. Los riesgos eran latentes y cada momento era preciado. Pero aquí, la muerte de un mutante se pasa de noche porque tenemos que ir pronto a un bunker para ver a la adicción de la saga que es Wolverine. ¡Por Dios! Ciudades enteras son destruidas y a lo mucho un comentario al final del Profesor X: ‘los gobiernos están reconstruyendo’. ¿¡Qué!? Acaban de presenciar el poder de un todo poderoso mutante capaz de hacer polvo todo lo que toca y las consecuencias son que todo regreso a la normalidad. Hasta la maldita mansión ya ni importa que explote tanto porque la reconstruyen tan fácil como si fueran bloques de Legos.

Al final ‘X-Men: Apocalipsis’ se une en la desgracia con ‘X-Men 3’ como aquellas que uno quiere ignorar. Creo que ha llegado el tiempo de que Bryan Singer abandone de nuevo la saga, para dar paso a nueva sangre con otra visión que no sea la de regresar a viejos éxitos o un Barney morado que le hace falta amigos.


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