Revista Diario

Y ayer a urgencias

Por Belen
Y después de un estupendo día de cumpleaños, lleno de nervios, algún lloro, miles de regalos, una gran tarta de chocolate y una gigantesca piñata, nos ponemos malitos.
Y ayer a urgenciasMe acordé mucho de Amalia y de verdad deseé encontrármela en el hospital, algo totalmente imposible, claro, vivimos a unos cuantos cientos de kilómetros. Iba preocupada, el pasado jueves el niño cojeaba y su pediatra le diagnosticó una posible sinovitis de cadera, algo leve y con buen pronóstico, pero salí algo asustada de la consulta cuando el doctor me dijo que quería descartar “algo más”. El niño mejoró y el viernes estaba estupendo. Pero ayer sábado se quejaba excesivamente de la rodilla y empezó a tener fiebre, de repente. Así que no me lo pensé, a urgencias.
La verdad nos atendió una doctora estupenda, no nos podemos quejar. El trato impecable, rápido y resuelto. Quisieron hacer unos rayos de la pierna, a pesar de que no veía nada preocupante en la exploración. Lo consultó con el responsable de urgencias que tampoco veía signos alarmantes, aún así placa al canto. Todo normal. Pero la fiebre seguía ahí. Ligero enrojecimiento de garganta, nada más. El servicio de urgencias funcionó a las mil maravillas, el niño apenas lloró, se sintió tranquilo, se le exploró delicadamente, hablándole suavemente, agradecí mucho ese trato. En otras ocasiones no ha sido así.
Pero sigo preocupada, sobre todo después de que Amalia publicara su último post el viernes. Doctora si lees esto, que sepas que llevo unos días pensando mucho en ti.
Seguimos con fiebre pero sin ninguna queja más. Confío en que sean unas simples anginas, hace 20 días también las tuvo, una complicación más que habitual en los críos. Desde luego él está contento, comiendo, sonriendo. Pero la fiebre asusta a los padres, aunque los médicos nos digan que no hay que temerla. Yo la temo y mucho.
Así que la mañana del domingo la noto ya cansada, no sé qué tal acabaremos el día.

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