Decían en la (para mi generación) icónica Pulp Fiction: “Caballeros, no empecemos todavía a chuparnos las pollas”. Aun a riesgo de incumplir el tarantiniano precepto, enlazo a lo que ha escrito Álvaro Ortiz sobre lo que yo a su vez escribí ayer (uh, vaya lío, los amigos de mis amigas son mis amigos).
Para que luego digan que los que trabajamos en los medios somos manipuladores sin hígados ni corazón. ¿Acaso si nos pinchan no sangramos?