Revista Espiritualidad

Ya estás en casa

Por Chocobuda

Ya estás en casa

Puedes terminar la búsqueda aquí y ahora. Puedes quitarte esos zapatos y retirar la máscara de tu rostro en este instante. Ya estás en casa. Siempre has estado donde perteneces.

Has caminado por años buscando felicidad por debajo de cada roca. Has perseguido mil espejismos que te seducen con promesas de amor y de tranquilidad. Hasta ahora te has enredado en muchas relaciones que parecen no llegar a ningún lado. Amigos, parejas, familia; ellos no tienen la solución a aquello que te hace perder el sueño.

Has seguido el canto de la sirena de la sociedad de consumo, pensando que el nuevo auto o el nuevo teléfono móvil te harán una persona de éxito. Pero entre más compras y más logras, el vacío es cada día más grande.

Quieres llegar más lejos, más temprano y viajar más rápido. Quieres más títulos, más reconocimiento, quieres ser una persona rodeada de seguidores y de poder. Luchas por todo ello, pero cuando lo logras, de nuevo el vacío dentro de ti te oprime el corazón.

No, la respuesta nunca ha estado en cumplir tus sueños. Tampoco en la belleza o cubrir tus imperfecciones con maquillaje. Pelear por tus derechos, cobrar venganza, manifestarte en contra del gobierno y la corrupción. Pelear, pelear y pelear. Continúas ese camino sabiendo dentro de ti que no te llevará tampoco a casa.

¿Entonces dónde está mi lugar? ¿Dónde pertenezco? ¿Hacia dónde voy?

Ya estás en casa. Siempre has estado aquí, pero miras por la ventana hacia la casa del vecino. Te comparas, deseas y sufres lo que no tienes… mientras estás sentado en una silla llamada Gratitud.

Aquí en casa todo está en orden. El tiempo no corre, la vejez no importa y la lucha por tenerlo todo pierde todo significado.

Aquí en casa todos te amamos, te aceptamos como eres y contamos contigo para estar bien. Aquí no solo te tendemos la mano para ayudarte, sino que te impulsamos a estar bien. Sabemos que tu bienestar es nuestra felicidad.

Aquí en casa eres libre para ser tú mismo, para dejar de pretender ser lo que no eres. Aquí nadie te juzga, no te criticamos.

Esta es tu casa, en la que cada ventana mira hacia dentro de ti, hacia el contento y la aceptación la vida como es.

En tu casa hay silencio que sana y calma. No importa en qué parte del universo estés, siempre estás en casa cuando miras la vida con Compasión, Gratitud y Generosidad.

Ya estás en casa. Así que relájate. Respira. Y siéntate a meditar en zazen.


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