Revista Viajes

Ya estoy aquí de nuevo, las vacaciones han acabado, uff h...

Por Xurxo @RXurxo

Ya estoy aquí de nuevo, las vacaciones han acabado, uff han pasado en un suspiro. Pero ha dado tiempo a desconectar cargar pilas y, como no, a conocer nuevos sitios que iré subiendo poco a poco al blog,

Seguro que más de uno ha pasado sus vacaciones en Portugal y, es por ello, que me he decidido a llevar a cabo una idea que llevaba rondándome varios meses en la cabeza. No somos pocos los gallegos que decidimos, de vez en cuando, cruzar la frontera y disfrutar con los placeres que nuestro “país hermano” nos ofrece.

Uno de los sitios de visita obligada, sin lugar a dudas, es el Parque Nacional da Peneda-Gerês. El único parque Nacional del país.

El Gerês está situado en el noreste del país, el parque se extiende al norte por Galicia, siendo conocida la parte gallega como el Xurés. El Parque está reconocido como Reserva de la Biosfera por la Unesco. Un lugar único, con naturaleza desbordante, de hermosas rutas de senderismo y encantadores pueblos.

Reconozco que no he visitado el Parque hasta este año. Tenía muy buenas referencias, pero no lo había vivido en primera persona. Así que, en las vacaciones de Semana Santa, el error quedó subsanado.

Como “base de operaciones” elegimos el Hotel Moderna do Gerês, en pleno centro del pueblo del Gerês. Un hotel sencillo, con un trato por parte de los dueños sencillamente exquisito, os lo recomiendo si visitáis la zona.

Nosotros entramos en el Gerês viniendo por Lobios, así que una vez que pasada la frontera y habiendo aparcado el coche previamente, empecé disfrutando del Parque con un primer chapuzón en Porta do Homme, sencillamente impresionante.

Después de una charla con el dueño del Hotel para marcar la ruta a seguir partimos hacia el Mirador de Pedra Bela. Saliendo del pueblo del Gerés, hacia el norte, en cuanto empieza la cuesta arriba y la carretera adoquinada, cogeremos el ramal de la derecha, está bien señalizado no hay problema para encontrar los sitios. Seguramente sea el mirador más bonito y más visitado de todo el Parque. Desde él, se divisa toda la laguna de Caniçada. Vistas para no perderse.

Después de la sesión de fotos correspondiente, proseguimos nuestro camino carretera arriba, la siguiente parada era A Fervenza do Arado. Una de las cascadas más conocidas del Parque. Este curso de agua de montaña, afluente del río Cávado, vence un fuerte desnivel en los alrededores de la aldea da Ermida, generando una sucesión de cascadas. El acceso a la cascada es bastante irregular, demasiada masificada. Justo en el mirador que hay enfrente a la cascada, hay un camino que sube monte arriba, ideal que lo hagáis, si queréis disfrutar de alguna poza desierta de las que abundan río arriba.

Después del reposo en el río y disfrutar del paisaje,volvimos por nuestros pasos, veréis que a la entrada del camino a la cascada, justo cuando empieza el camino de tierra, hay una rotonda. Bajaremos por la carretera que está a nuestra izquierda, al llegar al final de esa carretera cogeremos a la izquierda, y después de unos cuantos kilómetros llegaremos a una zona de pozas. Estas pozas no suelen salir en ningún mapa, en esta zona ya hubo algún accidente mortal. Os puedo asegurar que estar sentado en una de estas pozas naturales es un verdadero placer, un lujo en todos los sentidos.


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