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YANG YANG (Chieh Yu-chieh, 2009)

Publicado el 11 noviembre 2016 por Julia
YANG YANG  (Chieh Yu-chieh, 2009)


Se corre bastante en el cine contemporáneo. Forrest Gump corría por impulso, un poco automáticamente como quien descubre y pone en práctica el poder sobrenatural que no sabía que tenía. La protagonista de Corre, Lola corre corría por desesperación, contrarreloj, para salvar su propio pellejo. ¿Por qué corre Yang yang, la bella heroína de la película de  Cheng Yu-Chieh que vamos a ver esta noche en Primer Plano? Corre en principio porque es atleta, porque tiene una carrera importante en el horizonte y corre para complacer a su entrenador (un tipo decente, parco, ligeramente despótico) que acaba de casarse con su madre y le ha dado un hermanastra de su misma edad: una compañera, sí, pero también una rival en las pistas y en el amor y por lo tanto una posible enemiga.En el fondo Yang Yang corre por su identidad, corre para huir de lo que es: una belleza euroasiática, hija de padre francés y madre china, una condición étnica muy cotizada muy en Taiwán (donde es sinónimo de sofisticación y exotismo) pero que le pesa de manera insoportable. Porque siempre que se enfrenta con su origen mixto, Yang Yang (que no habla una una palabra de francés) se enfrenta con una herida atroz: la que su padre le dejó al abandonarla.Pero no es corriendo, por supuesto,  con lo que Yang Yang logrará hacer algo con lo que su padre hizo de ella, es más bien equivocándose, actuando mal, tomando las decisiones a primera vista más desacertadas: convirtiéndose en actriz, por ejemplo, y descubriendo, casi a su pesar, que la ficción puede ser el mejor camino hacia la verdad.¿Cuantas formas hay de lidiar con el vacío de un padre? Esa es la pregunta que atraviesa Yang Yang, la película de Cheng Yu-chien es un melodrama oriental, está tejida con los hilos del trauma, la rivalidad sexual, la traición, la venganza, el desastre familiar. Los mismos hilos que entretejen el melodrama clásico, sólo que Cheng Yu-Chien evita todo desborde y sabe como traducir esos grandes movimientos pasional al idioma sutil (a la vez significativo e imperceptible) de la intimidad de una mujer desgarrada. Reflexiva y urgente al mismo tiempo Yang Yang cuenta la historia accidentada y tortuosa de una curación y permite descubrir a una actriz que lo promete todo: la formidable  Sandrine Pinna, alias francés de Yung Yung Chan.

Presentación realizada por Alan Pauls en junio 2011 en el marco del ciclo Juventud, divino tesoro, Primer Plano I.Sat.
Transcripción del siguiente enlace audiovisual: https://vimeo.com/24891369


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