Revista Boda

Yo creía que era una moderna….

Publicado el 20 octubre 2014 por Ta @detrasdeunaboda

…. de esas que hacen suya la frase “las tradiciones (y las normas!) están para romperlas” pero un buen día comencé a preparar mi boda.

Empezaron las dudas, las decisiones, volvieron las dudas y empezamos a (a intentar) romper tradiciones. Yo me creía una moderna pero me sorprendí a mi misma siéndolo sólo a ratos. Os explico.

Yo me creía una moderna y durante meses afirmé que mis zapatos serían de un color chillón pero a la hora de la verdad, de la decisión final una voz pequeñita me decía “cuándo vas a poder lucir unos zapatos blancos?” y le dí la razón y terminé pisando en blanco.

Yo me creía una moderna que pasaría de las tradiciones pero me sorprendí a mi misma pidiéndole al restaurante una tarta (fuera como fuera) para hacer el corte de la misma. Sin espada, eso sí.

Yo me creía una moderna que quería un novio moderno e informal pero luego intenté con todas mis fuerzas que mi chico llevará chaqué. No lo conseguí.

Yo me creía una moderna que juraba que ella ni algo prestado, ni algo usado, ni algo azul, ni algo nuevo… Y luego uno de cada. O dos.

Yo me creía una moderna que innovaría en los detalles de su boda y sin embargo, no negocié con el padrino que no diera el tradicional puro. Esa es otra.

Yo me creía una moderna que pasaba de padrinos y madrinas y al final la llegada a la ceremonia fue tradicional. Madrina y Padrino.

Yo me creía una moderna que pasaba del arroz y allí me vi el último día, preparándolo todo no fuéramos a quedarnos sin lluvia de arroz y aquello nos diera mala suerte.

Yo me creía una moderna que no bebía cava (aunque quizás los modernos si lo beben) pero que tenía muy claro que yo brindaba con cava del bueno. Y me supo a gloria. Y me bebía las copas de dos en dos.

Yo me creía una moderna que se atrevería a innovar en la cantidad de comida porque de todos es sabido que en las bodas sobra comida y luego era innegociable poner un aperitivo largo y tres platos. A las bodas se va a comer y en la mía no iba a ser menos.

Yo me creía una moderna que quería pintarse las uñas de fucsia pero que cedió ante la esteticista cuando le dijo aquello de “si te las pinto así tu madre me va a matar!” y terminé optando por un color porcelana.

Yo me creía una moderna pero resulta que al final soy más tradicional de lo que me creía hablando de bodas y me cuesta mucho saltarme las tradiciones bodiles… Quizás por aquello de que te casas una vez y para toda la vida, quizás por aquello de que sólo es un día en la vida… Quizás porque una se cree moderna pero pierde los papeles en su veintena por esas princesas clásicas de cuento a las que no hacía ni caso cuando no llegaba a los 10 años.

Quizás por todo y por nada.

Yo creía que era una moderna y resulta que la que si que lo era, era mi abuela.

 


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