Yo fui una ladrona de libros

Yo fui una ladrona de libros

26 julio 2013 por evasinmás

Lo confieso. Yo fui una ladrona de libros. Fue cuando estaba en pleno campo, sin librerías ni bibliotecas cerca, en el paraíso verde y azul de Garafía, y se me habían agotado los libros que aguantaba mi pequeña espalda. “Llevarás los libros que puedas tú cargar”, me decía mi madre, con la intención de quitarme de la cabeza la idea de trasladar la librería completa a La Palma. Así que, sin libros propios cerca, no podía más que acechar las revistas de Reader Digest’s  a las que mi abuelo estaba suscrito y que, en aquel entonces, incluían cuentos tan apasionantes como la lucha por la conquista del Polo Norte, que, de vez en cuando, reunían en un volumen y lo enviaban de regalo a los suscriptores. Algunos relatos me daban miedo y seguro no eran lectura recomendada para una cría pero yo adoraba esas letras impresas en papel fino, leídas en una habitación  sin luz artificial, con las prisas que esa realidad daba, y con el crujir de maderas viejas como compañero. Así que entiendo el placer de la protagonista del libro La ladrona de libros, cuando escoge un volumen de la biblioteca del alcalde y se lo lleva con sigilo. En realidad le están facilitando el robo, como a mí en su momento. La protagonista del libro, del australiano Markus Zusak, saborea las letras, una por una, en cuanto aprende a leer, en una Alemania nazi, que la hará sufrir. La niña utilizará las palabras para desafiar a los bombardeos y también al miedo de correr el  mismo destino de los judíos, por intentar defender a uno de ellos.  Aunque La ladrona de libros aparezca en las denostadas listas de literatura infantil y juvenil es una novela deliciosa para los ojos adultos, aunque muy triste. Ojalá los libros tuvieran la capacidad, no sólo de permitir al lector evadirse de una realidad fea y brutal, sino de acabar con ella, de luchar en condiciones, de acabar con todas la guerras con sólo escribir el fin de los conflictos en sus páginas.