Yo prefiero a Gus

Claro que S weet Tooth: el niño ciervo tendrá segunda temporada. Basta leer el cómic, creado pro el canadiense Jeff Lemire, en el que se basa, para entender que la serie que estrenó Netflix, en un momento en el que se temía que no estuviéramos preparados para ver un producto audiovisual ambientada en una pandemia, tiene cuerda para rato. Aunque los guionistas han cambiado, de forma sustancial, ciertas tramas y personajes, es cierto que han sabido sacar la esencia de la historia y ampliar los bocetos de algunos protagonistas que reclaman, desde las páginas del cómic, mucha más vida, como es el caso del Doctor Singh, que busca, de forma desesperada, una cura para la enfermedad que está mermando a los seres humanos.

Sweet Tooth es un niño que también es ciervo, lo que viene siendo un híbrido, una raza de seres vivos cuya aparición coincide con la pandemia y que nace de mujeres humanas, en apariencia sanas. En realidad el niño ciervo se llama Gus. Tanto en la serie como en el cómic se hace querer, pero, para mi gusto, la versión audiovisual es demasiado edulcorada, aún cuando Christian Convery, el joven actor que lo interpreta, hace una excelente interpretación, yo espero que en la segunda temporada se muestre algo más colérico ante la conducta humana que va descubriendo.

Por último, va aquí un deseo, que los guionistas sigan la senda de la historia impresa y, sobre todo, que respeten su maravilloso final. Si consiguen los cómics (DC Cómics/Vértigo), que ahora son difíciles de encontrar y caros - es lo que tiene saltar a la fama a través de la pequeña pantalla-, entenderán lo que digo, porque es el desenlace justo y necesario de la historia que protagoniza Gus, ese encantador niño ciervo.