Yo también tengo un sueño

Este año, que estamos despidiendo, ha dado para muchos sucesos; como éxodo sirio, los atentados yihadistas en ciudades europeas como París y africanas como Túnez, la 2ª Cumbre Mundial del Clima, las dos elecciones de nuestro país, la publicación del "Mein Kapft" en todo el mundo, España arrasó en el Eurobasket y hasta hemos "regresado al futuro" recordando la famosa película de Robert Zemeckis, para darnos cuenta que todavía no hemos llegado a conquistar el cielo de las ciudades con nuestros vehículos, ni vamos volando en patinete por la calle. 

Se acerca la hora de tomarse las uvas, y empezamos a hacer los propósitos de Año Nuevo, es decir, esos deseos que dependen de nuestra fuerza de voluntad y de los que casi siempre, la mayoría no se vuelve a acordar hasta la San Silvestre del año siguiente. Yo también hago esos proyectos futuros en Nochevieja, por eso me gustaría compartirlo con todos mis lectores.

Corría el año 1963, era verano en Washington, capital de la nación más poderosa de la época: Estados Unidos, pese a ese "apellido" de "Unidos", sus ciudadanos estaban extraordinariamente distanciados y divididos entre la raza blanca y la negra. Pero ese día algo cambió en esa nación dispersa; por un tiempo pareció estar verdaderamente hermanada, y el responsable fue un chico afroamericano, que en ese momento contaba con 34 años. Un pastor bautista de profesión que luchaba abiertamente por los derechos de su grupo, se llamaba Martin Luther King. Ese 23 de agosto, se subió al Lincoln Memorial para dar un discurso que pasaría a la historia con el nombre de "I Have a Dream"  en español "Yo tengo un sueño".
Y volviendo a los propósitos de Año Nuevo, voy a revelar el mío. Que se cumpla mi versión de este histórico discurso:

Yo también tengo un sueño, y es ver como la  nación de España no se avergüenza de serlo. Para que sumemos y no restemos. Una, en la que el sistema se adapte al individuo, y no éste al sistema.
Yo también tengo un sueño, y es ver que mi generación y la futura estudie en una escuela despolitizada, con un profesorado  de calidad sin necesidad de recurrir al ámbito privado. Yo también tengo un sueño, y es que la Historia se cuente tal y como fue, y que se le dé su auténtico valor.

Yo también tengo un sueño, y es que ver como la justicia

es igual para todos y los jueces son libres
para dictar sus sentencias.

Yo también tengo un sueño, y es que los políticos 
tomen las decisiones correctas
y no las de conveniencia.

Yo también tengo un sueño, y es conocer una España donde el esfuerzo y la dedicación, 

sean sinónimo de éxito.
Y que mi país se sienta orgulloso de su talento 
para que no tenga que emigrar.

Yo también tengo un sueño, y es que el mundo sentido común 

no brille por su ausencia, y que el fin de las guerras y la pobreza
 dejen de ser una utopía para convertirse 
en realidad.
ESTE ES MI SUEÑO. Álvaro Cabo 28/12/2015 


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