Revista Cultura y Ocio

Zipi y Zape: Cosas de niños

Publicado el 11 abril 2013 por Ruta42 @ruta42

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El señor Wilson aún teme que Daniel llame a su puerta. El pequeño travieso siempre hacía de las suyas, tirachinas en mano, desde que su creador, Hank Ketchman, dibujara y escribiera su tira en 1951.

Otros niños, al igual que el que pequeño hijo de los Mitchell, han hecho de las suyas en las viñetas, en las páginas de novelas, en las pantallas (pequeñas o grandes). Junior, el protagonista de “Este chico es un demonio” (Dennis Dugan, 1990), o Kevin McCallister, papel que inmortalizaría a Macaulay Culkin en la entretenidísima “Solo en Casa” (Chris Columbus, 1990), son dos de estos angelitos con cuernos de demonio. Y es que los más pequeños de la casa parece que no han roto un plato, pero luego los pedazos de las vajillas se esconden en trasteros o en casas en los árboles, junto a monopatines, monedas, viejos tebeos y otros tesoros.

En la televisión en bueno de Caillou es una rara avis en un panorama en el que lo común son las travesuras propias de Bart Simpson o de la pandilla irreverente que forman Kyle Broflovski, Stan Marsh, Eric Cartman y Kenny McCormitck; todos ellos viven sus particulares aventuras en sus pueblos: Springfield y Southpark, respectivamente.

En el cómic, esta tradición de niños revoltosos y traviesos parte de “Max y Moritz” (1865), de Wilhelm Busch, y “The Katzenjammer Kids” (1897), de Rudolph Dirks, por poner dos ejemplos pioneros.

En España, es posible que los personajes infantiles más endemoniadamente divertidos (y en la línea de los citados) sean los gemelos Zipi y Zape. A la menor ocasión, estos pequeños (rubio y moreno, para más señas), hacían de las suyas, dinamitándolo todo a su paso en el colegio o en casa. Sus mismos nombres provienen de la palabra “zipizape”, que es, según la RAE: “riña ruidosa o con golpes”. Vamos, algo muy alborotado.

Los dos personajes desean con todas sus fuerzas “hacer una buena obra”, pero las consecuencias siempre son desastrosas y ellos terminan castigados por sus padres (don Pantuflo Zapatilla y doña Jaimita Llobregat) o por su profesor (Don Minervo).

El “padre” de estas criaturas fue el historietista José Escobar, uno de los más grandes de la llamada Escuela Bruguera en la que publicaba sus conocidísimos personajes. En 1948 comienza con “Zipi y Zape”, apareciendo de manera oficial en el “Pulgarcito” #58, aunque el autor ya había publicado historias de un calado similar un par de años antes.

En 2000 y 2001 Juan Carlos Ramis y Joaquín Cera reciben el encargo de revitalizar a este par y los creadores de los Xunguis se enfrentan al encargo con ilusión y con muchas ganas. “Fue un reto renovar unos personajes tan arraigados en la cultura popular del país sin traicionar el estilo de su genial creador. Al principio nos costó, pero cuando ya empezábamos a soltarnos dándoles nuestro particular sentido del humor… decidieron dejarlo. Quizá un poco precipitadamente, pues no dio tiempo a que esta renovación se consolidara”, explica Cera.

Zipi y Zape comenzaron en el cómic, aunque después dieron el salto a otros medios como la televisión, donde tuvieron una serie producida por BRB Internacional que duró desde 2003 a 2005. También saltaron a videojuegos y al cine. Fue el propio Escobar el que en 1950 realizó películas en papel que proyecto mediante su invento el Cine Skob (un proyecto infantil que patentó y comercializó que admitía películas de larga duración a tres colores e impresas en papel normal). En 1981 aparecieron “Las aventuras de Zipi y Zape”, de Enrique Guevara, con una estética bastante fiel al cómic. En 2005 llegó directa a DVD la película animada “Las monstruosas aventuras de Zipi y Zape”, que tenía como objetivo cerrar las tramas de la serie de tv. Y ahora, en 2013 llegan de nuevo los gemelos a las carteleras en la nueva película de Oskar Santos: “Zipi y Zape y el club de la canica”.

La sinopsis oficial de esta producción dice: “Si vas a embarcarte en una gran aventura, más te vale tener un buen compañero de viaje. Porque la auténtica aventura, la aventuras con mayúsculas, es cosa de dos: Zipi y Zape”. Y tienen razón, para los públicos de todas las edades, las aventuras de pequeños como ellos, o como Daniel, Junior, Kevin, Bart, Kenny… son parte intrínseca de la infancia. Escobar lo sabía, tan sólo son cosas de niños.

Un artículo de Diego Matos.

Zipi y Zape: Cosas de niños

Doc Pastor

Periodista/Fotógrafo. Cine, cómic y lo que toque. Fundador de Ruta 42 / La Encuadre. Coleo por más sitios. Mi perrito se llama Loki. Mis opiniones son mías. Valladolid - Madrid - Narnia ·

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