Revista Ciencia

Zoco de Astronomía: Planetas Viejos

Por Angelrls @El_Lobo_Rayado
Artículo publicado originariamente en el suplemento el Zoco de Diario Córdoba el domingo 1 de marzo de 2015.
En 2009 la Agencia Espacial Estadounidense (NASA) lanzó al espacio al satélite Kepler cuya misión en la búsqueda y caracterización de planetas alrededor de otras estrellas. El método que usan los astrónomos para "cazar" planetas en los datos de Kepler es buscar pequeñas variaciones en el brillo de los astros atribuidas al paso de un planeta por delante del disco de la estrella (un tránsito). Durante estos “tránsitos” el brillo de la estrella cae débilmente, repitiéndose esta caída de luz de forma periódica. Así se puede estimar tanto lo grande que es el planeta como su distancia a la estrella. Hasta la fecha los datos de Kepler han servido para descubrir más de 1000 exoplanetas, número que se incrementa poco a poco todos los meses.
A finales de enero se hizo público el estudio de la estrella Kepler 444. Localizada a unos 117 años luz de la Tierra, Kepler 444 es una estrella más pequeña, roja y fría que nuestro Sol. Pero los datos de Kepler demuestran que Kepler 444 posee 5 planetas rocosos más pequeños que la Tierra, entre 0.741 (Kepler 444f, el más alejado a la estrella) y 0.403 (Kepler 444b, el más cercano). La imagen muestra una representación artística del sistema planetario alrededor de Kepler 444 (los planetas se identifican con los índices b-f, la estrella del sistema sería Kepler 444a) y la comparación de sus planetas con algunos miembros del Sistema Solar. Como curiosidad hay que decir que los planetas de Kepler 444 están tan cerca de su estrella que el más lejano (Kepler 444f) está a una quinta parte de la distancia entre Mercurio y el Sol. Así, en sólo 10 días son capaces de completar una vuelta alrededor de ella. Por lo tanto estos mundos están bastante achicharrados.
Zoco de Astronomía: Planetas Viejos
Artículo de Astronomía publicado en el suplemento el Zoco de Diario Córdoba el domingo 1 de marzo de 2015. Representación artística de los cinco mundos rocosos que orbitan a la estrella Kepler 444 y su comparación en tamaño con algunos miembros del Sistema Solar. Crédito de la ilustración: Tiago Campante/Peter Devine..
Los astrofísicos que han investigado este sistema, liderados por Tiago Campante (Universidad de Birmingham, Reino Unido) han usado las observaciones de Kepler junto con nuevos datos espectroscópicos obtenidos con telescopios en Estados Unidos para conocer mejor las propiedades de la estrella Kepler 444. Así se ha encontrado que Kepler 444 posee dos estrellas enanas rojas cercanas, localizadas a doble distancia de la que está Urano del Sol. Además, este estudio ha servido para conocer la composición química de la estrella, que es pobre en hierro. Esto indica que se trata de un astro mucho más viejo que el Sol. Así, el equipo investigador empleó la técnica de la astrosismología, esto es, el estudio de las variaciones de la estrella como consecuencia de los “terremotos estelares” (similar al análisis que los geólogos hacen del interior de la Tierra mediante el estudio de los terremotos), para estimar la edad de Kepler 444. La sorpresa ha sido que los modelos que mejor reproducen las observaciones sugieren que la edad de Kepler 444 es de 11 200 millones de años.
11200 millones de años es una edad muy grande, más del doble que la que tiene el Sol y el Sistema Solar (unos 4 700 millones de años), y sólo 2500 millones de años tras el Big Bang. La Vía Láctea ni siquiera existiría como es ahora por entonces, puede que incluso Kepler 444 se hubiese formado en otra galaxia que luego ha sido engullida por la Vía Láctea durante su evolución, lo que explicaría en parte el peculiar movimiento alrededor de la Galaxia que la estrella posee. En cualquier caso, a fecha de hoy, el sistema Kepler 444 posee los planetas más viejos de la Vía Láctea. Este hallazgo implica que los planetas del tipo terrestre parece que se forman mucho antes de lo que se creía hasta ahora, incluso sólo unos pocos miles de millones de años tras el Big Bang. Si esto es así pueden existir billones de otros planetas diminutos alrededor de estrellas viejas de la Vía Láctea. ¿Se habrá podido desarrollar la vida en alguno de ellos?

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