Revista En Femenino

Zumbeando

Publicado el 25 marzo 2013 por Desmadreando @desmadreando

Ese es el estado actual de mi cuerpo: zumbeando.

Me duele hasta el dedito chiquito del pie. Ya estoy mayor y como dice Mamá sin complejos “totalmente fuera de forma” pero la esperanza muere al último…

Uno va y pide informes:

- Disculpe ¿es aquí el Purgatorio?

-¿Perdón? ¿Esto es un gimansio?

-Si, por eso, donde uno viene a purgar sus penas de gula y en busca de la felicidad utópica de salir por la misma puerta que entró pero con un cuerpazo.

-Pues va a ser que es aquí.

-Mire busco clases de Aerobics.

-Eso ¿qué es lo que es?

(Esa respuesta ya me hizo sentir muy mayor).

-Aquí sólo tenemos zumba, body combat, GAP ¿qué le interesa?

-Mire soy madre. Tenga paciencia. Este cuerpo serrano no ha recibido movimiento muscular desde hace aproximadamente diez años. ¡Y no es broma!

-¡Zumba! Usted busca zumba. Las clases comienzan mañana….11:30 am.

Y ahí fui yo. Después de sacar el chándal (pants) del trastero, ponerme unos tennis pre-embarazo una talla menor que la mía, sujetarme el pelo en una cola y ponerme la camiseta más macarra que pudiera tener: “Sudo como puerco si me conoces no me digas hola” me fui al gimnasio. Eso si, con un aire de orgullo que despeinaba mi flequillo.

El primer día uno se siente una persona diferente, la esperanza tiñe todo y uno cree que por fin ese cambio llegará, por fin será “una persona deportista”, mente sana en cuerpo sano…y sin importar la lluvia, el frío, el cansancio y la comida por hacer me escapé…

A lo largo de mi vida he probado de todo. Y cuando digo de todo en cuestión deportiva significa variedad. Desde softball, esgrima, ballet, jazz, clases de salsa, natación, basketball, football, aerobics…hasta todos los artículos de la teletienda para tener un abdominal envidiable.

Doy fe que nada funciona. Al menos si se intenta por un mes…no puedo hablar por aquellos que se aficionan, pero yo es que es llegar al mes, sentir que he cumplido y abandono. Por supuesto con la misma tripa. Si abandonara con abdominales terminator no estaría hablándoles aquí si no publicitando en la teletienda.

Así que si Yoymisminiyo´s se aficionó al Zumba…¡yo lo puedo hacer! Ese era mi mantra.

Cabe aclarar que hace 10 años me compré en la teletienda los 10 DVD´S oficiales del zumbeo. Y los hice. Durante un mes. Sólo llegué al tercer CD. ¡ERA LA MUERTE! Eso y tener que librear el salón de mis padres de muebles quitando el sofá, la mesa, la lámpara ¡bah! menudo coñazo es eso del “gimnasio en casa”. Por eso no triunfa.

Así que yo gozaba de tener un curriculum, yo podía presumir de “saber lo que era el Zumba” además del as bajo la manga de tener sangre latina y saber “bailar”. Así que llegué sobrada…y me zumbearon.

Llegar y ver a la profe subida en una plataforma intimida. Llegar y ver a 70 personas bailando efusivamente ¡más! pero cuando se dan la media vuelta y ves que la media es de 55 años no supe si reír o llorar…

La efusividad era “orgasmeante”. Miren soy muy fan de Shakira pero ver a mi madre bailando con cara de éxtasis como si no hubiese un mañana haciendo una combinación de bellydance con salsa ¡fue demasié!

Poseídas por el Zumbeísmo

Poseídas por el Zumbeísmo

-¡Venga pasa no te quedes ahí! Gritó la instructora por su micrófono- Démosle la bienvenida a esta nueva integrante.

Directamente ¡la muerte! Me gusta la atención pero ¡no en un gimnasio! ¡no en una clase de zumba avanzada!

- Pasa al frente, venga, hacedle un hueco chicas.

Lo de “chicas” me soltó una sonrisa que pronto me borrarían de mi careto.

Yo no sabía que mi cuerpo no obedecía a mi mente. Yo ordenaba “mover el pie derecho y el brazo izquierdo” y lo que me salía era una chiripiolca como El chavo del ocho muy mexi..

Definitivamente al final de la clase lloré... de dolor, de humillación, de ver lo oxidadas que están mis caderas. Todas esas zumberas no sudaban, tenían una sonrisa en el rostro y yo es que tenía tres charcos en mi ser: dos a lado de mis axilas y uno en mi espalda que bajaba hasta donde ésta pierde su nombre.

No pude dejar de jadear ni un sólo segundo durante toda la hora de clase. Y llámenme loca pero empecé a respirar como en las clases preparto: FUFF FUFF FUFF “Venga Desmadres tú puedes diez minutos más” Fuff fuff fuff…

Regresé a mi casa caminando, sin el flequillo de orgullo y más bien con el pelo tieso pegado a mis sienes del sudor que se había secado para encontrarme con mi nueva profesora de Zumba a domicilio:

Critter y la zumba del pollito pío:

Zumbeando

Si bailan esto tres veces seguidas quemarán las mismas calorías que yo en el Zumba.

Ahora sí ¿quién quiere apostar? ¿Cuánto creen que dure mi zumbeísmo?


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