Cerca de 700 yihadistas procedentes de Alemania llegaron a las zonas de guerra en Siria e Irak, para combatir entre las filas del grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés).
Así fue informado este miércoles por los servicios secretos internos alemanes, según los cuales son cerca de 680 los radicales islámicos que dejaron el país para la “guerra santa”. Hasta fines de 2014, la inteligencia de Berlín contabilizó 550, que a comienzos de marzo se elevaron a 650.
Según informaciones de los mismos agentes, hasta ahora son al menos 85 los extremistas muertos en combate, sólo 10 en los últimos meses. Mientras que desde las zonas de guerra están regresando cerca de 23; entre ellos, 50 habrían tenido experiencia de combate.
Además continúa creciendo el número de salafistas en Alemania, donde se elevó actualmente a cerca de 7.300 personas, 300 más desde el comienzo de año actual y el doble desde 2011.
No es la primera vez que estas noticias son publicadas, con el consiguiente temor de que vuelvan a Europa a cometer más atrocidades. Este temor se incrementó desde que un rapero alemán se convirtió en un “chico de poster” para los jihadistas, fotografiándose con cabezas de prisioneros degollados. Su informe de la Agencia Alemana de Inteligencia decía:
In September 2014, Berlin’s domestic intelligence agency — Verfassungsschutz — published a 25-page analysis of Cuspert. Titled “Denis Cuspert—a Jihadi career,” the report said he “embodied one of the first Salafist propagandists as a committed and determined Jihadist” to emerge in German society.
How, though, can Islamic preachers exert so much power over their flock? The phenomenon can best be explained from an emotional perspective, says terrorism researcher Peter Neumann at King’s College in London. “The young girls fall prey to romantic ideas of old: Here, the knight in shining armor, there, the chosen princess at his side,” Neumann says.
Fighters are “revered like pop stars” by the girls, Neumann says. “The girls want to take care of them and to be with them.” Another factor could also be the desire to provoke that is common among teenagers. “Salafism is the most provocative form of rebellion in tolerant Western societies,” Neumann says. “You can’t really do anything more extreme than that.”
Las de 16 años se entiende que sean impresionables. Las de más de 20 ya no tanto. Pero si se considera rebelión ponerse un burqa e ir con unos andrajosos con leishmaniosis, me he perdido totalmente. Creo que es más importante el rollo peligroso y oriental de un guerrero fornido, luchando contra la “injusticia”… aunque luego sea más bien una pesadilla. Pero así en internet es todo muy bonito, romántico e ideal:
There are plenty of online marriage markets for young Salafists, including contact sites like ask.fm. One entry there reads, for example: “Courageous lion, steadfast and unwavering, is looking …” Until recently, a blog for women called “My Life in Syria” posted videos along with harmless diary entries about doing laundry, shopping and cooking. “I have a longing for the mountains, the rocks and the sites of jihad,” the blogger wrote in one entry. The site has since been deleted.
Es lo que tiene la imaginación, que puede jugar muy malas pasadas…
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure