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‘Crónicas de Jerusalén’

Publicado el 12 febrero 2013 por Joaquín Armada @Hipoenlacuerda

Guy Delisle Crónicas de Jerusalén

Esta región es agotadora”, le dice Sébastien, un empleado de la Alianza Francesa, a Guy Delisle en uno de los muchos viajes a través de los checkpoint que trocean Jerusalén. Y ciertamente lo es para el lector, que camina por la ciudad tres veces santa a través de las viñetas de Delisle, con la mirada sorprendida de un católico madurado en ateo que descubre una ciudad trofeo y fortaleza. A Delisle le fascina el muro de láminas de hormigón y torres de castillo medieval que domina el horizonte y una y otra vez acaba dibujando lo que ocurre en los alrededores de esta barrera levantada para impedir atentados terroristas y que ha partido la vida de centenares de miles de palestinos.

Crónicas de Jerusalén 3

No conocía gran cosa del conflicto cuando llegue a Jerusalén (…) Al principio me sorprendió la constante presencia de militares. Pensaba que era una ciudad totalmente occidentalizada, pero me di cuenta de que no es así”, cuenta Delisle a Raquel Villaécija en un artículo con un título tan bueno como caduco: El dibujante de las dictaduras’. Porque Israel – a diferencia de Birmania, China y Corea del Norte, escenario de sus viajes anteriores y de su imprescindible ‘Pyonyang’,  uno de los mejores relatos sobre el régimen de terror de Corea del Norte – no es una dictadura, aunque los palestinos vivan al dictado de los israelíes.

Delisle Crónicas desde Jerusalén

12 meses, 12 capítulos. Delisle llega a Jerusalén oriental acompañando a su mujer, trabajadora de Médicos Sin Fronteras,  en agosto de 2008 y permanece en la ciudad hasta el verano del año siguiente. En Navidad le sorprende la operación Plomo fundido’, que desborda a los cooperantes de MSF y que deja un terrible balance:  “1.300 palestinos muertos, de los que un tercio son niños; 13 soldados israelíes muertos, cinco de ellos por fuego amigo; y 4 civiles de Israel muertos por los 778 cohetes lanzados por Hamás”, según Reuters. Pero Delisle no dibuja reportajes, como Joe  Sacco, sino originales guías de viaje y su mirada está más cerca de la de su posible lector que de la de un periodista.

En ‘Crónicas de Jerusalén’ Delisle cuenta con humor sus desventuras como amo de casa en una ciudad antipática para casi todos, más si tienen niños pequeños, pero su relato se eleva cuando cuenta sus problemas para entrar y salir de Israel cada vez que tiene que coger un avión, su imposibilidad para dar un taller de cómic en Gaza – está convencido de que los israelíes le prohíben ir a la Franja porque le han confundido con Joe Sacco - , la indiferencia de la población ante la omnipresencia de hombres armados  o sus visitas a los barrios de ultraortodoxos y colonos, nada amistosos con los turistas o con los cooperantes de MSF. Son dos mundos que están al lado pero viven de manera paralela”,  comenta Delisle a Villaécija.

Crónicas de Jerusalén 4

La brecha separa a palestinos de israelíes, pero también divide a los israelíes. El mejor ejemplo es la doble visita que Delisle realiza a Hebrón, la primera con un guía de Breaking the silence’, una organización de soldados veteranos que quieren contar su visión de los territorios ocupados; la segunda, con los colonos que viven en la ciudad palestina. La diferencia es enorme, aunque en ambos casos Delisle eche en falta la visión palestina del relato.  A ese Israel plural ha apelado Antonio Muñoz Molina para aceptar el premio Jerusalén: No conozco a nadie que sea más lúcido y crítico de lo que hace el Estado de Israel que algunos israelíes”. No lo dudo, pero después de visitar Jerusalén a través de las viñetas de Delisle creo que los israelíes lúcidos y críticos no son mayoría en Jerusalén.

‘Crónicas de Jerusalén’. Guy Delisle. Editorial Astiberri. Bilbao, 2011. 336 páginas, 26 euros.


‘Crónicas de Jerusalén’

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