Revista Cultura y Ocio

El concepto de «ninots de carrer» en la primera etapa de Les Fogueres

Por Armando_p

Artículo publicado en la Revista Oficial Festa de Fogueres 2014

La figura de los ninots de carrer es tan antigua en Alicante como Les Fogueres de Sant Joan, no en vano han estado presentes desde los primeros compases de la Fiesta. Pero el concepto de los mismos ha variado con su evolución. Desde este punto de vista, unido a lo incompletos de los archivos documentales, escritos y gráficos que han llegado hasta nosotros, es difícil precisar y catalogar cuáles y cuántos ninots de carrer vieron las calles y plazas de nuestra ciudad.

Partiendo del actual concepto de ninots de carrer, con ciertas concesiones a la clasificación que de ellos se hace en función, fundamentalmente, de los archivos originales de Les Fogueres conservados en el Archivo Municipal de Alicante (AMA), sin lugar a dudas los más fidedignos a la hora de consultar los elementos históricos de la Fiesta, es posible realizar una semblanza de aquellos primeros plantados en nuestra ciudad, aunque en la documentación oficial atesorada no respondan a tal término.

Hoy entendemos como "ninots de carrer", en su acepción más completa, el ninot o grupo de ellos, confeccionados de forma artesanal por particulares, adultos o infantiles, colectivos vecinales, asociaciones, entidades, instituciones, o bien los propios artistas de fogueres, comisiones de fogueres y barraques, preferiblemente plantados e integrados en un entorno acorde a su intención o significado, con vestiduras reales o, en su defecto, realizadas en cartón, a modo tradicional, pudiendo estar acompañados de elementos que los complementen. Pero este concepto no estaba tan normalizado, ni muchísimo menos, en la primera etapa de Les Fogueres de Sant Joan, en concreto desde 1928 a 1936, que se pretende analizar a continuación, para lo que seguiremos el orden de los expedientes guardados en el AMA. Comprobaremos que la propia denominación de ninots de carrer no fue utilizada desde un principio, así como que algunos claramente identificables como tales no lo estuvieron, y nos permitiremos ciertas licencias a la hora de catalogarlos, atendiendo al mencionado concepto que actualmente tenemos de esta figura foguerera.

Podemos encontrar el primer ejemplo en los albores de la Fiesta, en el monumento que se plantó en su año fundacional 1928 en la mal denominada plaza de Roger, una calle asignada entonces al distrito de la plaza de Isabel II, actual de Gabriel Miró, tan cercana al Ayuntamiento que sería demolida en 1955 durante la reforma de la en esa fecha denominada plaza del 18 de Julio. La solicitud de plantà de la Foguera Plaza de Rogerespecifica "que ateniéndose a lo ordenado, acompaña el boceto [...] representando la clásica parada de melones".

Aunque dicho boceto no se conserva, sí hay varias fotos del resultado de esta igualmente mal llamada foguera, fuera de concurso y probablemente de iniciativa particular, que sin duda parece más lo que hoy conocemos como un ninot de carrer. Hay publicaciones que le dan el lema El clasic melonero y la autoría a José Marced Furió.

1929 nos aporta dos "modalidades" más de los todavía no reconocidos como ninots de carrer. La primera la encontramos en el seno de la Foguera Plaza de Alfonso XII, actual plaza del Ayuntamiento, entonces con comisión propia, en la que los firmantes de su solicitud de plantà, después de la explicación de la foguera, añaden que el conjunto lo completaban una serie de figuras repartidas por la plaza y calles adyacentes, realizadas, como el propio monumento titulado Beneida siga la curiositat, también por José Marced. Y es en el llibret donde, curiosamente tras la "despedida", se añade la descripción de dos de las "figures de foguera" que, como parte de la misma, estaban situadas en concreto en la calle Francos Rodríguez -actual tramo final de la calle Mayor- y Altamira, que representaban, respectivamente, al torero Cagancho y al Negre Lloma:

FIGURES DE FOGUERA
En el carrer de Francos Rodríguez

Si este grupo tan sensillo
el veus tot fet un senllases,
no es per la culpa de Llaser
ni molt menos del chiquillo.
La culpa la te el deliri
per el torero Cagancho...
Después de lucha y martiri
no li tiraren el gancho.
***
FIGURES DE FOGUERA
En el carrer de Altamira
Este negre socarrat
que may parla ni se riu
ni sap de lletra ni escriu,
te un talent desbaratat.
Deu saber mes que un lletrat,
pués ell mencha, beu y viu,
te pa dormir, el seu niu
y en sa vida ha treballat.
Tot el mon el pren a broma
per no voler fer faena,
pero ell, de vago, se aploma
y així li diguen caena,
ell seguix igual de lloma
sense endoblegar la esquena.

Nos han llegado imágenes de algunos de estos, sin duda, ninots de carrer, en el documental de Pascual Ors y Joan Andreu, recuperado por Juan Vázquez Martínez y titulado Les Fogueres de San Chuan en Alicante (1929), que se conserva en la Filmoteca de la Generalitat Valenciana.

El concepto de «ninots de carrer» en la primera etapa de Les Fogueres

El concepto de «ninots de carrer» en la primera etapa de Les Fogueres

El segundo ejemplo de este año lo configura la Foguereta Magritas Club, entidad taurina establecida en el número 13 de la calle San Vicente, otro formato que hoy sería válido como ninot de carrer, pero que entonces usaba la denominación de "foguereta", en su sentido más básico del término. Esta asociación de festeros subvencionó a Vicente Olcina para que construyera el pequeño monumento titulado La Karaba -denominación publicitaria de un papel de fumar- frente a la sede del club, que representaba "la sorpresa y admiración que causa al personaje extranjero el círculo Magritas Club por sus ornamentaciones taurinas y bellezas gráficas que contiene el Arte del Toreo". El documental citado de la Filmoteca Valenciana recoge igualmente imágenes de esta foguereta.

Formando parte del expediente de la Foguera Avenida de Méndez Núñez1930, actual Rambla, probablemente compartiendo autoría con el monumento principal titulado Antaño y hogaño, es decir Manuel Gallud Aznar y Fernando Guillot Bulls, consta un boceto que no parece ser una escena, ya que no aparece en el boceto principal ni en la única fotografía conocida del mismo, y que podría constituir en sí un ninot de carrer. Plantado, como la foguera, en la plaza de Castelar, plaza desaparecida con las obras de prolongación de la Rambla hasta la Explanada, contiene la leyenda "Redeu lo que pesa la peseta".

Este mismo año, la Foguereta Benito Pérez Galdós, construida por un particular, Mariano Mingot Martínez, frente a su domicilio en el número 40 de la citada vía, es otro claro ejemplo de ninot de carrer. Llevaba por lema Esta noche me emborracho según su expediente, si bien en otras publicaciones aparece como La invasió del gaucho. Se conserva una breve memoria, firmada por el autor, que explica o siguiente:

El gaucho, representa al joven tanguista decrépito de hoy en día. El pollo que hay frente al cabaret encarna una de las pasadas ilusiones que ya por su edad no tiene plumas. El niño trasnochador piensa emborracharse para olvidar y cree que la mejor manera de alumbrarse es al pie del farol. Mientras tanto en el gallinero (o Cabaret) sigue la juerga. [...] El asunto completo representa el tango "Esta noche me emborracho".

También la Foguereta Magritas Club 1930 podría encuadrarse dentro de la actual denominación de ninot de carrer. En esta ocasión, Vicente Olcina fue el autor de El del añ pasat, y su solicitud de plantà detalla que "se trata del popular inglés Mister Blay, que por haber perdido su destino en la Embajada Inglesa, se decide por la profesión de torero y la foguera representa un ruedo de plaza de toros, un toro y al inglés dicho toreando al natural".

Por último, fue plantado un grupo de ninots, según la solicitud de plantà "alegórico a las Fogueras de San Juan, basada en un asunto humorístico de 2 figuras", frente al número 33 de la calle Alcalá Galiano, domicilio del firmante de la misma, Demetrio Berenguer Jerez, hermano del artista de fogueres Ángel Berenguer Jerez, si bien el autor parece ser que fue el padre de ambos, Ángel Berenguer Soler. Más que alegórica, se trataba de una escena claramente picaresca.

No tuvo fortuna el escultor Miguel Carrillo Soler, que en 1931 pretendía plantar una foguereta y varios grupos callejeros anunciadores en diversos puntos del centro de la ciudad, pero cuyo permiso fue denegado por el Ayuntamiento. Los grupos propuestos, en la parte baja del boceto, directamente sobre la base, iban a ser claros ejemplos de ninots de carrer.

El problema vino de la demanda contenida en su solicitud de plantà: "Como seguramente los gastos de esta foguera y figuras anunciadoras, ha de ser superior, en el presente año, a los ingresos, es por lo que el abajo firmante se permite solicitar se le conceda la exclusiva para esta publicidad, durante el plazo de diez años, abonando, como es natural, los arbitrios pertinentes". La Comisión de Gobernación decidió darle el mismo tratamiento que le aplicaría a una foguera, con los mismos criterios, y decide no acceder a las pretensiones del artista.

grupo de ninots
Mejor suerte acompañó, este mismo año, a la entidad denominada Peña "Els Bufalandios", que presentó el Foguera bufalandia, cuya intención y significado no ofrecen dudas, en la avenida Alfonso el Sabio a la altura de la calle Doctor Rico -actualmente García Morato-. Mostraba al rey huyendo a Londres con bolsas de dinero.

En Fogueres 1932, por primera vez se premiaba los mejores ninots de carrer, ya denominados de esta forma. Fueron los trabajadores de alguna de las entidades con sede en la hoy Explanada de España, probablemente de la sucursal del Banco Hispanoamericano en esa vía, los autores del grupo de ninots "Ninots de l'Esplaná", que fue titulado Hotel Caralmar, conquistando el Primer Premio, dotado con 100 pesetas. Su lugar de plantà fue en un banco del todavía denominado paseo de los Mártires, situado "frente al edificio propiedad de la Viuda de Soto", queriendo representar una crítica de "los forasteros que utilizan los bancos de este paseo para comer".

El Segundo Premio, dotado con 50 pesetas, lo obtendría el ya conocido vecino del número 40 de la calle Benito Pérez Galdós, Mariano Mingot, que plantó en esta ocasión, frente a la puerta de su domicilio, el grupo de ninots titulado A vóreles cremar, que representaba un grupo de tres personas de una familia supuestamente dirigiéndose a la cremà.

Este mismo año nos trae el primer "ninot indultat" de que se tiene noticia en la historia de Les Fogueres de Sant Joan, perteneciente a la hoy desaparecida Foguera Pascual Pérez-Torrijos, obra del artista Juan Esteve García, cuyo lema era Perturbadors de la República. Dicho ninot, conocido como Tiruliqui, apodo de un popular periodista de la época, de cómico rostro, estaba a pie de foguera, separado del conjunto de la misma, por lo que bien se podría considerar un ninot de carrer.

Otro ejemplo a considerar como ninots de carrer, lo constituye la probablemente mal llamada Foguera Infantil Peña "La Pipa", peña humorística situada en la calle Mestre Martínez y presidida por Antonio Sánchez, aunque el monumento lo firma V. Moreno. Se tituló El tabaco més alt que els guardies d'asalto, y se plantó en la citada calle, que se situaba aproximadamente entre las actuales calles Huerta y Primo de Rivera. Era obvia su referencia al precio del tabaco, por lo que de foguera infantil tenía poco.

Sin embargo, la también así denominada Foguera Infantil Pablo Iglesias-Quintana, de autor desconocido y plantada en la confluencia de estas dos calles, sí tuvo tratamiento de ninots de carrer. No en vano fue premiada con el Tercer Premio. Podemos encontrarla con dos títulos diferentes, según la fuente consultada: Com el gall de moró y Un congrés de carreró. Representa cuatro personas en plena pelea callejera, por lo que su catalogación como infantil es igualmente cuestionable.

Paradójicamente, no sería premiado el grupo de ninots que los hermanos Juan y Gaspar Esteve García, reputados artistas de fogueres que firmaban como "Esteve Hermanos", plantaron en la confluencia de las calles Alfonso el Sabio y San Vicente. La explicación de Queso nacional fue la siguiente:

El Sr. Azaña, disfrazado de ama de casa lucha con las ratas que han querido comer el queso Nacional, logrando vencerlas como afortunadamente para el país lo ha logrado tan insigne repúblico al frente del Gobierno. Las ratas, representan, las plagas del presupuesto, de la Hacienda del país simbolizado en un enorme queso manchego.

De nuevo en 1933, Mariano Mingot Martínez aportaba su granito de arena a la Fiesta, en esta ocasión plantando el grupo de ninots Benito Pérez Galdós frente a su domicilio en el número 40 de esta calle, y lo tituló Per no durla a Les Fogueres, carabasa li ha donat,con 2,7 x 1,85 metros de base y 2,35 metros de altura. El título habla por sí solo.

Del mismo modo que los componentes del colectivo "Ninots de l'Esplaná", al parecer en su mayor parte trabajadores de la oficina del Banco Hispanoamericano en la Explanada, obtienen el visto bueno del Ayuntamiento para plantar el grupo de ninots que lleva por título Al minut..., que se ha convertido en un referente de los ninots de carrer. Fue remunerado con las 50 pesetas del Premio Compañía de Tranvías, y se plantó en el andén lateral, a la altura de la calle Ingeniero Lafarga.

Su solicitud de plantà explica brevemente que "se limita a ser una crítica de los fotógrafos ambulantes, y cogería el espacio ocupado por cuatro palmeras en el citado andén junto al paseo de coches, quedando el tránsito interrumpido entre las cuatro palmeras".

Tampoco faltaría Mariano Mingot a su cita en 1934 en el ya denominado oficialmente Concurso de "Ninots de Fogueres", plantando en su lugar habitual el grupo titulado El ultim ensayo del paso doble des Fogueres, de 2,25 metros de altura. Un "dolçainer" y un "tabaleter" realizaban ese último ensayo.

Ni lo haría el ya habitual grupo de ninots "Ninots de l'Esplaná", este año concebido por Antonio Pastor Quereda con el lema A palo seco. El autor firma una solicitud de plantà "en el andén lateral del Paseo de los Mártires, frente a la calle del Ingeniero Lafarga, [...] y cuya crítica se refiere a los vendedores ambulantes de caramelos".

Y cierra 1934 el grupo de ninots Asociación de la Prensa que, por encargo de sus asociados, los artistas Esteve Hermanos plantaron en un banco público situado frente a la sede de la misma, también en el Paseo de los Mártires. Su solicitud de plantà, firmada por Álvaro Botella Pérez, presidente de la asociación, explica el grupo compuesto por "una figura, que pulsando una guitarra, canta a la fiesta, y por otra figura que, con un soplillo, hace aire a una hoguerita pequeña, con objeto de que arda mejor, ante la satisfacción de un niño que contempla la cremá".

Entrado 1935, a pesar de que en todas las publicaciones aparece como Foguereta Gorrión Club, este monumento de autor desconocido, probablemente obra de los socios de esta sociedad cinegética, bien merece ser considerado por sus características como ninots de carrer. Se tituló La plaga del furó y medía 2,5 metros de base y 3,25 metros de altura. Se plantó frente a la sede social de dicho club, en los bajos del número 25 de la festera calle San Vicente, presidido por Antonio Coloma Picó.

Una comunicación manuscrita al presidente de la Comisión Gestora, firmada por el secretario del "Gorrión Club", comunica el permiso otorgado por la Foguera Calle San Vicente para plantar en su distrito, y recoge una breve justificación y descripción del monumento:

[...] mientras que los cazadores que están dentro de la ley con su correspondiente licencia y pagando las matrículas de los cotos con arreglo a la ley, los huroneros sin respetar leyes ni los montes vedados de caza están los 365 días que tiene el año con el hurón y no dejan un conejo para los cazadores que pagan sus pesetas. [...] en una parte un huronero con un saco de conejos, y en otra parte, un cazador fatigado de recorrer todo el monte sin ver un conejo.

El concepto de «ninots de carrer» en la primera etapa de Les Fogueres

Sí consta nuevamente como grupo de ninots, el habitual del colectivo "Ninots de La Explanada" -en esta ocasión en castellano-, titulado esta vez A la llum del cresol, e instalado frente al Banco Hispanoamericano. Francisco Severá Campos se presenta como presidente y firma la correspondiente solicitud de plantà, con una breve memoria anexa que merece la pena reproducir íntegra:

El tío Quico y la tía Asunció, acompañados de su hijo Quiquet llegan a Alicante, como en años anteriores, a presenciar la Fiesta de "Fogueres de Alacant" y al pasear en la noche por la Explanada se encuentran más a oscuras que en el fondo de un túnel porque las bombillas de los arcos parecen candiles. Al quedar a ciegas, el Cojo de las pipas les ofrece unas gafas negras y una linterna para que se alumbren y puedan continuar su paseo por la Explanada.

Y el denominado grupo de ninots Café Central, porque al parecer fue construido por los clientes de dicho establecimiento en los veladores instalados en el número 17 del todavía denominado Paseo de los Mártires, ocupaba el espacio de seis mesas que el propietario retiraría a tal efecto de la acera. Su solicitud de plantà explica que se trataba de "un automóvil, en el cual estarán tres figuras representativas a D. Diego Molina Ramos, D, Rafael Martínez Trigueros y D. Francisco García del Pino, los cuales representarán, acaban de comprar el coche y fuera de éste habrá otra figura que representará a D. Juan Papí Maltés que les exige el pago de la correspondiente patente".

Por último, y tras un año de ausencia, en 1936 regresaba al concurso Mariano Mingot Martínez, con su habitual grupo de ninots frente a su domicilio enBenito Pérez Galdós, 40. Titulado María de la O, mediría 1,7 x 1,1 metros de base y 2,12 metros de altura. Representaba un guitarrista y una "bailaora" de flamenco.

Con toda seguridad, en el periodo tratado se plantarían un buen número de ninots de carrer más de los reseñados, especialmente de iniciativa particular, no obstante cerramos la relación de los mismos, pues no existe ninguno más registrado en la documentación que se conserva en el Archivo Municipal de Alicante, base bibliográfica y documental casi exclusiva del presente artículo. Con la llegada de la contienda nacional y la interrupción de la Fiesta de Fogueres, la figura de los ninots de carrer prácticamente desapareció. No renacería, con fuerza, hasta bien entrada la década de los noventa.

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