Revista Cultura y Ocio

La ciudad de Boston, los Dropkick Murphys y el celtic-punk

Publicado el 21 abril 2015 por Debarbasyboinas @DeBarbasYBoinas

Boston es una de las principales y más antiguas ciudades de Estados Unidos, capital del pequeño estado atlántico de Massachusetts, una de las ciudades más pobladas del mundo, y lugar tradicional para la llegada de inmigrantes atraídos, entre otras cosas, por la importancia comercial de su puerto, el prestigio y la abundancia de sus instituciones académicas, como por ejemplo, la famosa universidad de Harvard, y su importancia en alta tecnología y en otros ámbitos del sector servicios, que la convierten en una de las ciudades con mayor calidad de vida del mundo.
Si ahora nos detenemos en los trazos étnicos de la población de Boston, nos encontramos con que los irlandeses constituyen la mayoría étnica en esta ciudad, debido a su larga historia de emigración hacia esta ciudad. Por eso, no es raro que el día de San Patricio sea una de las mayores festividades que se celebran en esta ciudad, ni que su equipo de la NBA sean los Boston Celtics.
Muchos de estos irlandeses se sitúan en la zona sur de esta ciudad, en el famoso Boston Sur, conocido barrio obrero, donde la clase trabajadora de origen irlandés constituye la mayoría de la población. Muestra de esto constituye un famoso mural donde se da la bienvenida a este barrio diciendo “Welcome to South Boston” y “Faílte go mBoston dheas”, es decir, en inglés y en gaélico.
Como todos los inmigrantes, los irlandeses se traen de su tierra, entre otras cosas, su música, que muy pronto se asume como propia y tradicional por las generaciones posteriores, pero que también tiene innovaciones. En el caso de Estados Unidos, hay que resaltar que la música tradicional irlandesa fue la madre de lo que hoy es llamado folk o canción tradicional estadounidense, que aglutina a lo puramente irlandés, con las innovaciones, que principalmente se centrarían en las letras de las canciones, pero que apenas varían sus esquemas musicales.
Ya en las décadas de los 80 y los 90, diversos géneros musicales derivados del rock y del punk tienen mucho calado en la ciudad de Boston, y esto tiene como consecuencia la aparición de multitud de grupos bostonianos encuadrados en estos géneros.
Así, llegamos al año 1996. En ese año se funda una banda que pretendía mezclar la música tradicional irlandesa con algunos de estos nuevos subgéneros del rock y del punk de los 80 y los 90, llamada originalmente Dr. John “Dropkick” Murphy, aludiendo a un famoso jugador de lucha libre, que también fue doctor en Osteopatía, y que con su mujer fundó un centro de rehabilitación para alcohólicos en Boston en el lugar de una antigua granja, que oficialmente se llamó Bellows Farm Sanatorium, pero que popularmente se conoció como Dropkick Murphy’s (Dropkick: movimiento de lucha libre), que también supone el nombre definitivo de esta banda bostoniana.
En su formación inicial, esta banda tendría como miembros a Mike McColgan como principal vocalista, Ken Casey como bajista y segundo vocalista, Rick Barton como guitarrista y Jeff Erna como batería (sustituido un año después por Matt Kelly).
Entre sus influencias musicales, mencionar a The Pogues, la primera banda conocida que mezcló la música irlandesa con el rock y con el punk, AC/DC, The Ramones, Sex Pistols o The Clash, entre otros, grupos de los que incluso hicieron versiones de algunas de sus canciones, destacando la versión de It’s a long way to the top (if you wanna rock & roll) de los AC/DC.
En los primeros años, los Dropkick Murphys (o DKM en su forma abreviada) hicieron una serie de EP’s, pero no sería hasta 1998 cuando publican su primer LP, Do or die. En ese mismo año, McColgan abandona el grupo para ser bombero (volverá años después al mundo de la música fundando la banda punk Street Dogs). Es sustituido por Al Barr, cantante de The Bruisers, y Ken Casey asume el papel de líder de la banda (es el único miembro de la formación original que queda en el grupo a día de hoy).
A partir de ahí, una carrera en ascenso, una evolución desde un punk predominante a una mezcla equilibrada con la música celta, con marchas e incorporaciones a la banda, empleo de nuevos instrumentos como, por ejemplo, la mandolina o el acordeón. Son también muy famosos sus famosos y multitudinarios conciertos en Boston por el día de San Patricio, además de sus colaboraciones con artistas tan importantes como Bruce Springsteen, Shane Macgowan (líder de The Pogues), Liza Graves (cantante del grupo punk femenino Civet), The Business o Cock Sparrer, entre otros.
En el 2013, lanzaron sus dos últimos trabajos hasta el momento, por un lado, a principios de ese año, lanzaron el LP “Signed and sealed in blood”, con una clara intención de triunfar en el mercado de Navidad con el villancico “The Season’s Upon Us”; y por otro lado, lanzaron Rose Tattoo: For Boston Charity EP, con la causa benéfica de ayudar a las víctimas del atentado de la maratón de Boston de abril del mismo ano, consistente en tres conocidos temas de la banda gravados de nuevo, pero ahora con la colaboración de Bruce Springsteen.
Así, se puede decir que, tras los primeros pasos dados por los Pogues y algún otro grupo como los australianos Roaring Jack en la década de los 80, y con la consolidación de los Dropkick Murphys y de otras bandas de este género como los californianos Flogging Molly (de estilo irlandés como los Dropkick Murphys) o los canadienses The Real Mckenzies (de estilo escocés) en la década de los 90, asistimos a la instauración de un subgénero musical nuevo y en crecimiento: el celtic-punk (también conocido como jig punk, paddybeat, celtcore, o rock & reel).
Si tuviéramos que decir una serie de características generales para definir a este género (labor complicada teniendo en cuenta que habría unas cuantas excepciones, por lo que estas caracteristicas tampoco se pueden interpretar al pie de la letra), deberíamos decir que una banda de celtic-punk debería contar con la formación clásica del punk (voz, guitarra, bajo y batería), y una serie de instrumentos como el violín, el banjo, la mandolina o el acordeón, que aportan el toque de la música celta. Otra característica que abunda en las bandas de este género, es el uso de boinas por parte de algunos de sus miembros, que casi se pueden considerar como un símbolo que identifica a estas bandas.
Hay tantos tipos de celtic-punk como naciones celtas existen, tanto las seis oficiales (Bretaña, Escocia, Irlanda, isla de Man, Gales, Cornualles), como algunas no oficiales (por ejemplo, Galicia o Asturias). Se pueden distinguir por algunos instrumentos que son particulares de cada una de estas naciones celtas. Los tipos de celtic-punk más importantes son el irlandés y el escocés, ya que son los que tienen mayor difusión a nivel internacional. Su núcleo principal de difusión se encuentra, sobre todo, en aquellos lugares de tradición inmigratoria de irlandeses y escoceses, sobre todo Estados Unidos, Canadá y Australia. Por lo tanto, la mayoría de estas canciones están en inglés. Si quisiéramos añadir una rareza a este panorama general, podríamos mencionar al principal grupo de celtic-punk bretón, Les Ramoneurs de Menhirs, que cantan en francés y en bretón. Otros países donde hay presencia de grupos celtic-punk importantes serían Suecia, Hungría, República Checa, Eslovaquia o Japón.
Por último, hacer alusión al panorama del celtic-punk en España y en Galicia. En España es un género aún incipiente, pero ya hay algunos grupos importantes como los toledanos The Fatty Farmers, el grupo mixto madrileño Brutus Daughters, o los alicantinos Konsumo Respeto. En el caso gallego, destacar al grupo más importante: Bastards on Parade, grupo coruñés que hace celtic-punk en inglés y en gallego, y con gaita gallega, y a los vigueses Falperrys, que hacen versiones en gallego de canciones tradicionales irlandesas.

Simón de Eiré


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