Revista Infancia

La importancia de vacunar a nuestros hijos.

Por Mamapsicologain @mamapsicologain

Las vacunas han supuesto un gran avance para la infancia. La mortalidad infantil ha decaído en todos los países en los que afortunadamente tenemos los medios para hacerlo. Las vacunas nos protegen y nos ofrecen la posibilidad de hacer frente a posibles infecciones que en el pasado nos mataban. Soy así de clara porque así lo pienso sinceramente. Porque creo en la comunidad médica, porque confío en ellos, porque mi pediatra es un profesional en el que confío plenamente. Podrá equivocarse, como cualquier ser humano, pero está más cualificado que yo en cuanto a materia de salud infantil se refiere. Él es el médico y no yo. Él me informa y me recomienda, él conoce los pros y los contras y yo confío en su opinión profesional.

Lo siento, pero no puedo evitar escribir esta entrada y dar mi opinión respecto a la importancia de vacunar a nuestros hijos. Sí, no puedo evitar dar mi opinión sobre lo que está sucediendo entorno al caso del niño afectado de difteria en Catalunya.

Sí, este es un artículo de opinión, como tantos otros que he escrito en el blog, porque además de psicóloga soy madre y, como madre y persona tengo opinión propia sobre la vida en general y sobre esta cuestión en particular, faltaría más. Pero quiero dejar bien claro que esta es mi opinión y como tal acepto de entrada que puede ser criticada, aceptada, valorada o menospreciada, pero ya que tengo este espacio quiero aprovechar para decir lo que pienso sabiendo que es un tema polémico. Mi posición siempre ha sido clara y me he postulado siempre a favor de la vacunación infanti l. Así me expresé en otro artículo al respecto al que podéis acceder clicando en el anterior enlace.

Para los que no conozcáis la noticia porque vivís fuera de España os pongo al corriente de forma muy resumida. Hace unos días un niño de 6 años contrajo la difteria mientras estaba de colonias con sus compañeros del cole, el niño fue ingresado en estado muy grave en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona. Allí permanece después de 9 días, estable dentro de la gravedad, según los portavoces del centro hospitalario. Otros 8 niños son portadores del virus pero no han desarrollado la enfermedad por estar vacunados tal y como recomiendan las autoridades sanitarias, no obstante tendrán que permanecer en sus hogares hasta que hayan cumplido con el tratamiento antibiótico que les han prescrito.

Vacunar a nuestros hijos es importante y necesario, a demás de ser un derecho.

La difteria es una enfermedad contagiosa grave que en España se daba por erradicada. Desde 1987 no se había registrado ningún caso, gracias a la prevención que entre todos hemos hecho y a la protección que nos han proporcionado hasta el día de hoy las vacunas.

Hay que saber que ésta es una de las vacunas que aparece en el calendario de vacunaciones, calendario que no es obligatorio pero si recomendable. Aquí radica el problema quizás, porque hay quienes se empeñan en intentar demonizar las vacunas, confundiendo a padres y madres con los efectos secundarios que producen, que no digo que no los tengan, pero siempre serán menores que los efectos de no vacunar, bajo mi humilde opinión.

Ciertamente vivir es un riesgo, no podemos controlarlo todo pero algunas cosas sí. Por ejemplo:

  • la gran mayoría nos colocamos el cinturón de seguridad cuando cogemos el coche, (a nosotros y a nuestros hijos),
  • nos ponemos el casco cuando vamos en moto y a nuestros hijos cuando van en bici;
  • crema solar cuando vamos a la playa (a nosotros y a nuestros hijos)
  • ...

y mi pregunta es ¿si como padres hacemos todo esto cómo es posible que decidamos no vacunar a nuestro hijo exponiéndolo a este tipo de riesgo teniendo todos los medios para prevenir una enfermedad tan grave?

Debe ser que con este pensamiento vintage, de vuelta a tiempos pasados porque fueron mejores, nos hemos vuelto muy modernos, ahora no vacunamos y ya no hacemos otras cosas en las que hoy no voy a entrar. ¿Y por qué? porque alguien un día publicó que había una conexión entre la administración de la triple vírica (sarampión, paperas y rubeola) y autismo. Relación que observó un médico británico, Andrew Wakefield, en 12 únicos casos. Relación que no se ha podido comprobar científicamente después de la publicación de esta noticia en 1998. Un falso mito que ha hecho mucho daño.

Ciertamente tengo investigar más al respecto, pero en mi humilde opinión creo que el activismo antivacunas está haciendo más daño que las vacunas en sí. Desgraciadamente hay muchos casos de padres mal informados como los padres de este niño que se ha debatido entre la vida y la muerte, y no quiero juzgarlos ni puedo ponerme en su piel, no quiero ni imaginar qué puede estar pensando esa madre o ese padre ...

Y sabiendo que este es un tema muy polémico tengo que decir que no me parece bien que la ideología personal de unos padres prevalezca por encima del derecho a la salud de un niño, un ideología que ha puesto en un riesgo extremo a este menor que no ha podido decidir si quería o no vacunarse, nadie ha contado con él, porque él no podía decidir, porque esta decisión está en manos de los padres quienes tenemos la obligación de velar por ellos y buscar lo mejor.

Nuestras ideologías, que con todo el derecho del mundo podemos tener, no deberían jamás exponer a nuestros hijos a ningún tipo de riesgo. Los padres necesitamos información rigurosa proveniente de personas expertas y pido a la administración pública que haga pedagogía en cuanto a vacunación se refiere. No dejemos que grupos radicales con información segada o parcial confunda a ningún padre más.


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