Revista Ciencia

La prisionera de teheran

Publicado el 16 diciembre 2010 por Alchavida
LA PRISIONERA DE TEHERAN
Sabías que Asia Bibi pasará la Navidad en la cárcel? No es cierto que haya sido indultada. Sigue en el corredor de la muerte. Además han puesto precio a su cabeza, porque muchos en Pakistán quieren que muera sin esperar a la horca. Y han prohibido al Gobierno pakistaní que la indulte. La situación de Asia Bibi empeora por momentos y a medida que pasan los días se torna más oscura.
Mientras Asia sigue en el corredor de la muerte esperando la horca, el imán de la mezquita más importante de Peshawar ha ofrecido una recompensa de 4.400 euros a quien la mate. Muchos seguidores de los grupos religiosos pakistaníes se están manifestando para que se ejecute inmediatamente la sentencia.
Son muchos los casos de flagrantes delitos de violación de los derechos humanos en paises de mayoría musulmana. Ahora quería recordar el testimonio de Marina Nemat, la autora de La prisionera de Teherán. Es el desgarrado relato del alto precio que una joven iraní de 16 años se vio obligada a pagar para continuar su vida y conseguir la libertad. Escrito con emoción y sentimientos encontrados, llega a tener remordimientos por haber sobrevivido a otras prisioneras y querer a la familia musulmana de su marido, cuando ella ha renunciado a la suya. Tras superar una serie de obstáculos logra finalmente huir a Canadá.
La acción transcurre en el Irán de Jomeini. Pero desgraciadamente no parece un hecho aislado que se remonta al siglo pasado. En julio de 2003, la periodista gráfica Zahara Kazemi, de nacionalidad canadiense, fue brutalmente violada, arañada y magullada antes de ser asesinada. En 2005 se hicieron públicos algunos detalles revelados por el médico de urgencias de Teherán: tenía dos dedos de las manos rotos, la nariz rota, le faltaban tres uñas, tenía fracturado el cráneo, un dede del pie izquierdo machacado y le habían flagelado los pies.
Poco a poco vamos sabiendo más detalles de la atroz persecución que sufren los católicos en Irak. Siempre nos han descrito a Saddam Hussein como un auténtico monstruo, pero siempre fue mucho más tolerante con la comunidad cristiana de su país, integrada por árabes que habitan esa tierra desde los tiempos de Cristo. Si prestamos atención a estos datos, si el mundo occidental no permanece en silencio, todavía se podrán salvar muchas vidas inocentes. La prisionera de Teherán, una historia personal apasionante y sobrecogedora, que vale la pena leer.

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