Revista Belleza

Martes musicales: Monica & Brandy

Por Negraflor @NegraFlor_Blog

Si te gusta el R&B, es más que seguro que el post de hoy te traiga muchos (y espero que gratos) recuerdos. Porque si uno piensa en el R&B de los años 90, no puede dejar de acordarse de Monica y Brandy. Yo no me cansaba de escucharlas durante mi adolescencia. No sé si es tu caso, pero hoy me apetecía rescatar un par de canciones que lanzaron conjuntamente. ¿Me acompañas?

Martes musicales con Brandy y Monica

Brandy Norwood saltó a la fama en 1994 a la edad de quince años, con su álbum “Brandy”, del cual el sencillo I wanna be down fue el más escuchado. Me gustaba. Era capaz de identificarme con ella. Total, yo solo tenía un año más que ella, también llevaba trenzas (aunque no llevaba las micro-trenzas que se hacía ella)… me encantaba su música. Por aquel entonces también estaban en auge las sitcom protagonizadas por familias negras. Quién no recuerda Family Matters (Cosas de casa), A different world (Un mundo diferente), Hangin’ with Mr. Cooper (Vivir con Mr. Cooper) y, en mi opinión, la reina de todas: Fresh Prince of Bel Air (El Príncipe de Bel Air). Brandy también participaba en una de estas series, Moesha. Aquí no tuvo tanta pegada, pero sí recuerdo haber visto algunos capítulos en la televisión autonómica. En su segundo álbum, Never Say Never, apareció el primer tema del que te quiero hablar hoy, The boy is mine, una canción en la que cantaba con Monica.

Monica Arnold, por su parte, también debutaba a mediados de 1995, a los catorce años, con el álbum Miss Thang. Los principios de ambas cantantes fueron similares, ya que las dos cantaban desde muy pequeñas -tan pequeñas como desde los dos años- en las iglesias de sus comunidades: el padre de Brandy era pastor y la madre de Monica cantaba en el coro de la iglesia.

Sigamos. Como te decía antes, en 1998, Brandy se encontraba preparando su segundo álbum, y contactó con Monica para grabar el tema The boy is mine. Esta canción se convirtió en el mayor éxito de la carrera de las dos artistas, y en la canción de mayor éxito de ese año, manteniéndose durante trece semanas seguidas en el número uno de la Lista Hot 100 de Billboard. Además la canción les valió a las dos el Grammy a la mejor actuación R&B por dúo o grupo en 1999, a pesar de las desavenencias entre las dos chicas, que eran polos opuestos.

En febrero de 2012, R. Kelly le cede la canción It all belongs to me a Monica dentro del séptimo álbum de la cantante, New life. La canción, de iba a ser un solo, se transformó en otro dúo cuando la compañía discográfica de Mónica tuvo la idea de invitar a Brandy para que colaborase en la canción.

It all belongs to me se ha asentad, según la crítica, como la continuación de The boy is mine, según algunos de los participantes en la producción. Como podréis ver en el vídeo, la canción trata de dos mujeres, Brandy y Mónica, de que deciden terminar la relación con sus parejas. Algunos críticos musicales vieron, en la canción y en la estética del vídeo, un intento de parecerse al Irreplaceable de Beyoncé Knowles. Como a mí me dan mucha rabia las comparaciones, no voy a decir nada al respecto. Sea o no un intento de copia, en lo que coincidió gran parte de la crítica fue en que, por más buena posición que alcanzara la canción, no llegará a tener el éxito que tuvo la primera colaboración de las dos cantantes en 1998.

A mí, personalmente, esta segunda colaboración no me ha gustado. El vídeo me parece de bastante mal gusto. Ellas -sobre todo, Monica- aparecen en plan P.I.M.P., como hacen los hombres en sus vídeos. Así que lo que planteaban como un canto al empoderamiento de la mujer para que sea capaz de abandonar relaciones abusivas o tormentosas, para mí pierde el valor en el momento en el que ella aparecen igual que esos raperos que mantienen económicamente a sus parejas. Seguro que podían haber un grabado un vídeo con otra estética.

Otra cosa que sucede, como ya te he dicho, es que, cuando dos cantantes vuelven a colaborar después de un dúo demasiado exitoso, la presión para que el nuevo dúo vuelva a estar a la altura es demasiado fuerte. Y nadie va a preocuparse de si han pasado catorce años, de si aquellas niñas se han convertido en mujeres, o de si la música que hacen en la actualidad ha madurado, igual que ellas, y no tiene por qué parecerse a lo que hicieron una vez. No. Todo el mundo busca un súper éxito. Y si el sencillo de 1998 estuve trece semanas en el número uno, éste tiene que estar trece semanas y un día como mínimo. Esa presión tiene que ser realmente agotadora.

El post de hoy termina aquí. Ahora me gustaría saber si tú recordabas este tema y si te gustaban Monica y Brandy. Ah, y ya que me pongo a pedir, una última cosita:

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