Revista Religión

Por qué enseñarle a su hijo a orar

Por Frabreum @FRABREUM

Por qué enseñarle a su hijo a orar
Por RickOsborne-  Ministerio Antes del Fin - ¿Quéventajas les proporciona a nuestros hijos una vida de oración regular yconstante? ¡Muchas! Las ventajas fluyen de esa relación con Dios. La Biblia, laPalabra de Dios, claramente describe varios de esos beneficios, que van desdeuna mejor vida interior hasta el enaltecimiento y la honra.
1. Una mejor vida interiorCuando lesenseñamos a nuestros hijos a orar, ellos aprenden en cuanto al gozo y a la pazque está a su disposición. Ese gozo y esa paz exceden todo lo que podemosofrecerles personalmente, porque Dios, a diferencia de nosotros, siempre estáallí para escucharnos y ayudarnos. Tenemos la promesa de perfecta paz (Isaías26:3), el gozo de la presencia de Dios que echa fuera el temor (Salmo 21:6, 7),y una razón para tener un corazón alegre (Salmo 105:3).
Dos autoresdel Nuevo Testamento describen el gozo y la paz que vienen a través de laoración:
   Hasta ahora nada habéis pedido en minombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido (Juan 16:24,cursivas añadidas en este texto y en los que siguen, para propósitos deénfasis).
   Por nada estéis afanosos, sino seanconocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, conacción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardarávuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús (Filipenses 4:6, 7,cursivas añadidas).
2. Crecimiento personalTodos lospadres desean el crecimiento personal para sus hijos. Queremos que nuestroshijos e hijas crezcan en entendimiento, sabiduría y en la plenitud de Dios. Através de la oración, nuestros hijos pueden tener ese crecimiento:
   Si clamares a la inteligencia, y a laprudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, y la escudriñares comoa tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimientode Dios. Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y lainteligencia (Proverbios 2:3-6, cursivas añadidas).
   Y de conocer el amor de Cristo, que excedea todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios (Efesios3:19, cursivas añadidas; ver también Salmo 119:26 y Jeremías 33:3).
3. Fortaleza y valorTal vez lostemores de nuestros hijos parezcan tontos a veces, pero son reales. Y a medidaque nuestros hijos crecen hasta llegar a ser adolescentes y adultos, lostemores no se van; sólo cambian en cuanto al tipo. Al darles a nuestros hijosel recurso de la oración, les proveemos la fortaleza, incluso el valor, paraenfrentar su mundo. Las Escrituras describen las respuestas que vienen a travésde la oración:
   Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró detodos mis temores. Los que miraron a él fueron alumbrados, y sus rostros nofueron avergonzados (Salmo 34:4, 5, cursivas añadidas).
   El día que clamé, me respondiste; mefortaleciste con vigor en mi alma (Salmo 138:3, cursivas añadidas; ver también1 Crónicas 16:11; Lamentaciones 3:57 y Hechos 4:31).
4. Protección y auxilio de daño y malMuchosproblemas amenazan a nuestros hijos hoy, desde los crímenes violentos hasta elabuso de las drogas. También está la amenaza de la influencia del mal. A travésde nuestras oraciones y de las de ellos, vienen la protección y la liberacióndel daño:
   Claman los justos, y Jehová oye, y loslibra de todas sus angustias (Salmo 34:17, cursivas añadidas; ver también Salmo22:4 y Mateo 6:13).
5. Propósito, guía y dirección para sus vidasDios deseaque nosotros y nuestros hijos clamemos a Él pidiéndole Su guía y Su direcciónen nuestras vidas. Él tiene un propósito para cada uno de nosotros, y prometecumplirlo cuando se lo pedimos:
   Clamaré al Dios Altísimo, al Dios que mefavorece (Salmo 57:2, cursivas añadidas; ver también Proverbios 3:4-6 y Santiago1:5).
6. ProvisiónNuestroshijos oran a un Padre amoroso, que tiene tanto el deseo como el poder deconcederles todo lo que ellos necesitan (y a nosotros también). Todo lo quedeben hacer es pedir Su provisión. Como Jesús les dijo a sus oyentes: “¿Quéhombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O sile pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos,sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que estáen los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (Mateo 7:9-11, cursivasañadidas).
He aquí dospasajes del Nuevo Testamento que toman nota de cómo nuestro Dios de gracia lesdará a aquellos que lo buscan:
   No os afanéis, pues, diciendo: ¿Quécomeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todasestas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todasestas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todasestas cosas os serán añadidas (Mateo 6:31-33, cursivas añadidas).
   El que no escatimó ni a su propio Hijo,sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todaslas cosas? (Romanos 8:32, cursivas añadidas).
7. Se nos conceden nuestros deseosOtrobeneficio de la oración es que Dios nos concede nuestros deseos. A través de laoración y de una relación cada vez más profunda aprendemos a deleitarnos enDios y Él comienza a concedernos los deseos de nuestro corazón:
   Deléitate asimismo en Jehová, y él teconcederá las peticiones de tu corazón (Salmo 37:4, cursivas añadidas; vertambién Salmo 21:2 y Proverbios 10:24).
8. Ayuda y alientoNuestroshijos, a través de sus oraciones, pueden encontrar ayuda y aliento para susactividades diarias. Como Padre, Dios escucha, consuela y derrama gracia sobrenuestros hijos cuando ellos oran a Él:
   Acerquémonos, pues, confiadamente al tronode la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportunosocorro (Hebreos 4:16, cursivas añadidas; ver también Salmo 10:17).
9. Enaltecimiento y honraFinalmente,Dios exalta y honra a aquellos que lo honran a Él:
   Porque ni de oriente ni de occidente, nidel desierto viene el enaltecimiento. Mas Dios es el juez; a éste humilla, y aaquél enaltece (Salmo 75:6, 7, cursivas añadidas; ver también 1 Samuel 2:7).
   Humillaos delante del Señor, y él osexaltará (Santiago 4:10, cursivas añadidas).
Si yo ledijera a usted: “Tengo el secreto que le ayudará a criar hijos que tengan pazinterior, que siempre estén creciendo personalmente, que sean valientes, quetengan un carácter firme, que se mantengan lejos de los problemas y que evitenel mal a toda costa”, ¿no le gustaría saber ese secreto? Si ese secreto tambiénles diera a sus hijos un sentido sólido de dirección y propósito (todo el quenecesitan y un poco más), y que sus amigos y compañeros los honraran y tuvieranmuy buena opinión de ellos, ¿no querría usted saberlo?

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