-- A mi primo Miguel Merino.

Publicado el 11 abril 2014 por Jesustadeosila
Ni idea, Miguel, de qué van las Tontás... Hace tiempo que no paso por tu blog ni por el de nadie. Y si paso por el mío, es de refilón, ya sabes, por saber si sigue existiendo.
Conque me viene el Chema y me dice que te mueres. Ole los cojones del Chema (que ha sido el único que me avisa) y ole tus cojones, primo, que ni avisas ni nada.
Vas y te mueres cuando el Sevilla anda por el quinto puesto. ¡Miguel, coño...! Que no es pa tanto. Que a veces hemos estado los primeros... Y que este domingo de Ramos, tenemos nuevo derby Betis-Sevilla y vas y te lo pierdes... Lo tuyo es pa morirse, pero de risa. Mira que perdértelo...
¿Qué te digo, primo? Esto de llamarnos "primos" es muy coriano. Mucha gente pensaba que lo éramos. Primos pero no corianos o corianos pero no primos. Es igual. Mucha gente lo pensaba. ¿El qué? Ni idea. Pero cuando nos leían, sé que mucha gente lo pensaba.
Sé que eras de los primeros que pateaste mi blog. Tengo el orgullo, como muchos blogueros, de contar con muchos comentarios tuyos entre mis entradas. Para colmo, no te contentabas con hacer un simple comentario como Dios manda. Sino que comentabas y volvías a comentar lo que comentaban y hacías comentarios sobre los comentarios...
Lo tuyo era escribir, primo. Fuera lo que fuese. Tú, disfrutabas como un chino.
Si hay algo que guardo como oro en paño, era tu sentido del humor. Porque aunque mi blog lo inicié como un blog de humor, también era consciente de que el humor escondía detrás mucha pena. Me sentía cercano a ti precisamente por eso, porque quienes pretendemos hacer reír o sonreír, escondemos algo llamado tristeza... pero aprendemos a darle la vuelta a la tortilla y a repartir felicidad antes que guantazos.
No se me ocurre nada más que decirte. O se me ocurre demasiado y sería redundar en lo que muchos compañeros (¿sólo somos compañeros?) te dirán seguramente hoy... Qué gran milagro esto de los interneces y las redes sociales, primo. Soy de los que he despotricado mucho de todo, ¿pero cómo explicar que se coja verdadero afecto a alguien a quien nunca se ha tratado cara a cara... solamente por el hecho de compartir escritos y lecturas? ¿Cómo se llora virtualmente? Y si es virtualmente, ¿dónde está esa gotera del techo que me moja hoy el papel?
¿Y dónde andabas ayer, para que nuestro Sevilla le metiera cuatro goles al Oporto y con un jugador menos? ¿O un jugador de más...? ¿No serías, tú ayer, el famoso número 12, no?
En fin, primo... Que debiera echarte una pequeña bronca y lo que voy a echarte es mucho de menos... Mira que irte ahora, macho, cuando más hermosa está Sevilla... Mira que irte ahora, cuando el cielo es un espejo y la ciudad toda es una ciudad reflejada en un gota de agua de cualquier fuente, en una gota de rocío sobre el azahar o en una gota salada en una mejilla... Mira que irte ahora... Aquí, en Sevilla, cabezota, nadie se va en primavera.
Un abrazo, primo.
Y si en verdad descansas en Paz, no te lo tomes muy a pecho, que eres de los que la eternidad también se te hará corta sin un lápiz y un papel a la mano.
Que nos conocemos, primoooo.... ¡Arriba el Sevilla! Y este domingo de Ramos, a la primera levantá del primer paso que vea, al primer empellón con el cuello de esos costaleros alzando 2500 kilos sobre los hombros al grito de ¡al cielo con ella...!, no podré evitar pensar en ti, entre chirridos de madera, bambalinas y candelabros de plata.
Y llegará después la feria, ya sabes: "Algo se muere en el alma, cuando un amigo se va..."