- Dime, qué comemos. - Mierda

Publicado el 03 mayo 2013 por Desequilibros
"Durante cincuenta v seis años -desde cuando terminó la última guerra civil- el coronel no había hecho nada distinto de esperar. Octubre era una de las pocas cosas que llegaban".
El Coronel es un veterano soldado que lleva quince años esperando recibir la confirmación de una pensión por veterano de guerra.
Su existencia transcurre entre dos rutinas: acudir cada semana a la oficina de correos para ver si llega la esperada carta que confirme su pensión y alimentar a un gallo de pelea, herencia de su difunto hijo, con la esperanza de hacerlo pelear en unos meses para obtener así una fuente de ingresos. Su mujer se opone a gastar sus últimos ahorros en la manutención del gallo.
«Y mientras tanto qué comemos», preguntó, y agarró al coronel por el cuello de franela. Lo sacudió con energía.
 - Dime, qué comemos.

El coronel necesitó setenta y cinco años -los setenta y cinco años de su vida, minuto a minuto- para llegar a ese instante. Se sintió puro, explícito, invencible, en el momento de responder:
- Mierda.
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Una profesora de literatura hispanoamerica en una prestigiosa universidad estadounidense utilizaba esta novela como lectura de referencia en sus clases.
Los alumnos, todos brillantes y aplicados, y, sobre todo, muy gringos, no comprendían la situación planteada. Siempre preguntaban:
- ¿Y por qué no trabaja?

No sé muy bien a quién me recuerdan el personaje del Coronel y el de su mujer; pero viendo la realidad social que atraviesa España actualmente, no he podido evitar ver los paralelismos.
Lamento el "spolier".
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Gabriel García Márquez. El coronel no tiene quien le escriba.