–No era mía–
Se llevó su sol,
se llevó su luz.
Y me quedé a solas con el universo.
Me dijo -Te quiero-
mirando al sureste.
Sólo ella comprendía mi amor por la noche y la luna
La miraba vivir, dibujando un beso sepia
un verbo rojo en el jardín.
-Ella era única– Lo era
Una vez escribió en mi mano:
«El olvido no será olvido, el olvido ya lo has…obsequiado antes»
y dibujó muy larga a La Línea del Amor.
Luego dijo: Serás feliz, lo serás, debes creerme, debes creer.
Se hacía invisible estando a mi lado
después, ya lejos de mí… ella volvía a tener aura. Y ternura.
Me dijo -Te admiro-
acariciando una serpiente blanca de ojos verdes
miraban al noreste. Oraban.
Me miraba soñar y me decía –SÍ, te quiero-
(sí lo quiero, sí lo quiero,) lo decía suave como si yo estuviese en otra parte
Y volvía a su mundo, a saborear la sal y el espacio.
Una vez me dijo: «El futuro ya lo he vivido dos veces»
Me miró de frente así como miraba al sureste.
-Era única, era incomparable y profunda su mirada-
De repente ya NO estaba
Me quedé a solas, sin una princesa para gobernar al universo.
Se fue desde antes de despedirse de mí…un lunes nublado
por la tarde, –me lo dijo un duende: “No lo recuerdas pero fue por la tarde”.
–«No lo recuerdes» –«No si es un sábado de octubre.»
Se llevó su luz pero no su mirada.
¿Era mía? …NO.
(26oct2013)
Por: Godofredo Oscós-Flores
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