Revista Cultura y Ocio

- Rememorando XXXII: Wittmann, ¿el mejor tanquista de la historia?

Por Lord José A. Márquez Periano @delhroh
- Rememorando XXXII: Wittmann, ¿el mejor tanquista de la historia?
     Hoy hablamos del tanquistá alemán más famoso de la 2ª Guerra Mundial gracias a la Propaganda del Tercer Reich, una propaganda tan importante que hoy incluso pervive, haciendo creer al público en general que Michael Wittmann fue el mejor tanquista de la Guerra. Por supuesto que NO es cierto, dado que hubo gestas a bordo de su Tiger que fueron más que superadas por otros tanquistas. Su hazaña más famoso no está exenta de mérito en aquel pueblo francés, pero hay que recordar que otros Tigers lucharon contra columnas enteras aliadas en solitario, mientras que Wittmann estaba apoyado en esa acción por sus compañeros.
     Por desgracia ese hecho es ignorando por muchos aficionados a la 2ª Guerra Mundial, y encumbran a Wittmann como el mejor as tanquista. Sus cifras, infladas por la Propangada, se han convertido en una "verdad universal" y todos defienden esos datos falsos a capa y espada. Hoy hablamos de este héroe de luces y sombras. FRAGMENTO DE LA OBRA CABALLEROS DE LA CRUZ DE HIERRO.  Por poner un ejemplo, Wittmann incluyó en numerosas ocasiones las artillerías propulsadas a su lista de bajas como "tanques eliminados", cuando todos los tanquistas del resto de unidades NO lo hacian.
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Wittmann, Michael fue comandante de tanques de la Waffen-SS. Wittmann llegaría a alcanzar el rango de Capitán, y sin lugar a dudas, se puede decir que fue uno de los héroes más importantes de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, llegando a ser considerado todo un «as» tanquista.
«Wir Werden Sieger, durch unsren Tiger»
(Saldremos victoriosos, gracias a nuestros Tigres)
Esta frase ejemplifica la confianza que poseían los soldados alemanes en su tan afamada arma. Tanto miedo despertaba en los aliados, que cada soldado americano novato creía que todo Panzer alemán era un Tiger. Sin duda, fue el primer vehículo armado alemán que realmente dejo atrás a cualquier tanque aliado, incluyendo a los poderosos T-34, un monstruo de 50 toneladas de acero. Las historias que se derivaron del encuentro de las fuerzas aliadas con estas temidas bestias metálicas, quedaron convertidas en leyendas, llenas de miedo y sangre. Los increíbles Shwere Abtilung (Batallones Pesados) nos brindaron algunos de los mejores tanquistas que nos ha dado la Historia, y sobre todo el más recordado de ellos: Michael Wittmann. Cuenta en su haber con la destrucción de 138 tanques y 132 cañones antitanque, junto con un número desconocido de otros vehículos blindados, lo que hace de Wittmann uno de los mejores tanquistas de Alemania, junto con Johannes Bolter, Ernst Barkmann, Otto Carius y Kurt Knispel que era el piloto Panzer alemán que más tanques destruyó (168). 
Michael Wittmann nació el 22 de abril de 1914 en la aldea de Vogelthal, en la región del Alto Palatinado de Baviera. Fue el segundo hijo del granjero Johann Wittmann y de su esposa Úrsula. Tenía un hermano (Johann) y tres hermanas (Franziska, Anni y Theresa). Estudio hasta los 16 años y al terminar sus estudios ayudó en el trabajo de la granja familiar. Un año espués de la ascensión de Hitler al poder, la vida de Wittmann cambiaría radicalmente. En febrero de 1934, con 19 años, se unió el Servicio de Trabajo Voluntario, el FAD (Freiwillige Arbeitsdien), y el 30 de octubre de 1934 se unió al ejército alemán, al Regimiento de Infantería con sede en Freising, en Munich, y con el tiempo alcanzó el rango de Cabo. Aquí empezó a tomar contacto con los blindados, aunque fuera con un Panzer I, y así comenzó su fascinación por ellos. En octubre de 1936, a los 22 años de edad, Wittmann se unió a la Allgemeine-SS, un cuerpo de élite de operaciones especiales. El 1 de abril 1937, menos de seis de meses después de su ingreso, Wittmann fue elegido para el SS-Verfugungstruppe (SS-VT), la rama militar de las SS (lo que se convertiría en las Waffen-SS). Ingresó como recluta de la 17º Kompanie en la Leibstandarte-SS Adolf Hitler, y el 5 de abril empezó el entrenamiento en los cuarteles de Lichterfelde en Berlín.
El entrenamiento inicial era duro, y los nuevos candidatos tenían que pasar unas exigentes pruebas físicas y médicas: el listón era extraordinariamente alto, y un buen número de candidatos era rechazados. La división Leibstandarte-SS Adolf Hitler (LSSAH) fue la primera división que formó las SS-VT, a partir de la guardia personal de Hitler, el (Stosstrupp Adolf Hitler). Los estándares del reclutamiento, que ponían énfasis en las cualidades físicas y la disposición de la documentación ancestral apropiada, eran mucho más altos que para cualquiera de las otras unidades de las Waffen-SS. Muchos oficiales se quejaron amargamente por estas reglas, muchas de las cuales rozaron el ridículo. Por ejemplo, si Wittmann hubiera querido ingresar en cualquier fase posterior, habría sido rechazado por su altura. 
Wittmann entró en la LSSHA como SS-Mann, el equivalente a Gefreiter en la Wehrmacht. Su entrenamiento inicial fue como tripulante de blindado, y como parte de este entrenamiento le introdujeron a una patrulla de vehículos ligeros de reconocimiento, incluyendo el Sd. Kfz. 222 y Sd. Kfz. 232. El 9 de noviembre hacia su juramento en el Feldherrnhalle, en Munich, al mismo tiempo que era promovido al rango de SS-Sturmmann. 
Al año siguiente participó en la ocupación de Austria con un pelotón de blindados, que seguía con su incorporación al Reich, con el resto de la LSSHA y más tarde, ocho meses después, también intervendría en la anexión de los Sudetes. El 20 de abril de 1939 sería ascendido al rango de SS-Unterscharführer.
Su primera experiencia de combate se produjo en la campaña polaca, seguida de la Batalla de Francia, ya como comandante de la división, que recibió seis de los nuevos cañones de asalto Sturmgeschütz III Ausf. A (Stug III) autopropulsados y armados con un cañón de 75 mm KwK (Kampfwagenkanone) montado sobre un chasis del Panzer Kpfw. III. Mientras estaba en Metz, en la campaña francesa, a Wittmann le ofrecieron la oportunidad de entrenar con el nuevo vehículo y, tras probarlo a fondo, fue elegido como comandante de uno de ellos. Wittmann aceptó inmediatamente y empezó el proceso para seleccionar a su tripulación. Al final eligió como artillero al Rottenführer Klinck, experto en el uso de Panzer I y II, como conductor al Rottenführer Koldenhöff y como su cargador al Rottenführer Petersen. 
Finalizado el entrenamiento con los Stug III, en abril de 1941 interviene en los Balcanes («Operación Marita») donde la LSSHA proporcionó apoyo a la 9ª División Panzer para el asalto a la ciudad de Skopje, en Yugoslavia, como punta de lanza. La campaña yugoslava de la LSSHA terminó en una semana y la división fue enviada a Grecia donde ya sería una autentica unidad de combate y de la que ya formaban parte oficiales como Kurt «Panzer» Meyer, que se haría famoso por el asalto al paso de Klissura. Michael Wittmann y su equipo de StuG III también jugaron su parte en este asalto y el posterior empuje hacia el lago Kastoria, asistiendo a la captura de 12.000 hombres de la 13ª división griega tras pulverizar el campo griego. Atenas finalmente fue tomada a finales de abril. Después de tres semanas de campaña, Alemania había conquistado Grecia.
Wittmann y su unidad fueron enviados a Checoslovaquia para efectuar una revisión, pero no estarían parados por mucho tiempo, ya que pronto Wittman fue enviado al Frente del Este para para participar en la invasión de la Unión Soviética. 
La «Operación Barbarroja», la invasión alemana de Rusia, empezó el 22 de junio de 1941 y Wittmann no tardaría mucho en intervenir en ella. El 12 de julio, el StuG III de Wittmann fue requerido para moverse a una posición ventajosa en una colina, señalada como punto 65.5. Después de alcanzar su objetivo, el Rottenführer Klinck, artillero de Wittmann, divisó tanques enemigos que se acercaban rápidamente. Después de buscar una posición que ofreciera ventaja visual adicional, dieciocho tanques T34/76 fueron avistados, un grupo de doce y otro grupo de seis. Después de ordenar a su conductor Koldenhöff llevar el vehículo de nuevo al lado izquierdo de la colina, Wittmann preparó a su equipo para el combate colocándose para encontrarse con los T-34/76 de frente. El primero fue alcanzado con un impacto directo del cañón 75 mm KwK. Como el Stug III no tenía torreta móvil, toda la responsabilidad fue puesta en el conductor Koldenhöff, que con habilidad consumada colocó rápidamente el vehículo en una posición ventajosa conveniente que permitió al artillero Klinck lograr hacer de nuevo blanco en otro T-34/76 que explotó envuelto en llamas. 
En pocos segundos, el cargador Petersen había metido otro proyectil en el cañón. Después de un impacto cercano a otro T34/76, Wittmann maniobró para alcanzar el borde de un pequeño bosque y planear su siguiente movimiento. Mientras realizaba un reconocimiento rápido a pie, Wittmann vio un tercer vehículo enemigo y sonó una explosión. Después de la polvareda se encontró con el T34/76 destruido. La iniciativa de Klinck y sus habilidades en la observación y de la artillería habían sido decisivas. Mientras que ambos vehículos se habían encontrado simultáneamente, el artillero de Wittmann había estado bastante más alerta en localizar, avistar y golpear el blanco. Al volver a su cúpula, Wittmann fue el primero en felicitar a su experto artillero.
Wittmann acabó con seis T-34/76 ese día (también demostró su valentía al salvar de las llamas a tres de los tripulantes del último tanque ruso destruido), ganando la Cruz de Hierro de Segunda Clase. Cuando Dietrich le preguntó si tenía alguna petición especial, le dijo que se les diera asistencia médica a los tres soldados rusos. 
Wittmann siguió su campaña exitosa con la LSSHA hasta la caída de Rostov el 20 de noviembre de 1941. Después de un año en Rusia volvió a Baviera a la Junkerschule, la academia militar de las SS en Bad Tölz, para realizar otro curso, mucho más duro que el anterior, encaminado a mantenerle siempre al límite de sus capacidades y habilidades. 
El entrenamiento concluyó el 5 de septiembre, y Wittmann fue destinado al batallón de reemplazo de los SS Panzer en Weimar en Padeborn, como comandante de pelotón. El 21 de diciembre de 1942, ya como SS-Untersturmführer, fue enviado a Francia a entrenarse con el nuevo tanque Panzerkampfwagen VI Ausf. H/E, el archifamoso Tiger, armado con el potente cañón de 88 mm L/56 KwK 36. Al igual que la vez anterior, debió elegir su tripulación que acabó siendo formada por el Rottenführer Balthasar «Bobby» Woll como artillero, el Rottenführer Karl Berges como cargador, el Rottenführer Gustav «Gustl» Kirschmer como conductor y el Rottenführer Herbert Pollmann como operador de radio y de la MG-34. Las tripulaciones de los Tiger podían sufrir cambios con el tiempo y las bajas, pero Wittmann siempre quiso que Woll fuera su artillero. La Leibstandarte volvió al frente ruso en enero de 1943 con el recién creado I. SS Panzerkorps en el que también se integro a la II. Panzerdivision «Das Reich» y la III. Panzerdivision «Totenkopf». Wittmann empezaría la campaña como comandante de un pelotón ligero formado por Panzer III Ausf. J.
No sería hasta principios de abril cuando recibiría el nuevo Panzer Kfw. VI Tiger y la compañía sería rebautizada como 13ª Kompanie. El Tiger que Wittmann mandó en la batalla de Kursk era el nº 1331, el 13 por la compañía, el 3 por el pelotón y el 1 como comandante de pelotón. El primer día de la batalla de Kursk («Operación Zitadelle»), el 5 de julio de 1943, la compañía, mandada por el Hauptsturmführer Kling, se dirigió al norte desde su punto de partida cerca de la ciudad de Bykovka, con instrucciones de atravesar de las defensas soviéticas situadas al sur y al sureste de la ciudad. Fue un mal día para Wittmann y su dotación, pues aunque lograron destruir ocho T-34 y siete cañones antitanque, en una de sus muchas salidas de ese día su tanque pisó una mina que dañó las cadenas e hirió de gravedad a su cargador Walter Koch. El 14 de julio la compañía tenía solamente cinco Tiger operativos, un número que ascendió a nueve el 17 de julio, y debió retirarse a una posición al oeste de la ciudad de Byelgorod. Habían perdido a muchos hombres, y a pesar de los éxitos de la compañía Tiger, Kursk todavía estaba en las manos de los soviéticos. Simplemente, las tropas alemanas habían sido abrumadas por la fuerza numérica de sus opositores. 
El plan de cerrar el saliente del Kursk había fallado. Después de una temporada de descanso en Italia tras la derrota de Kursk, Wittman volvería por tercera vez a Rusia donde la situación había ido de mal en peor y ahora el ejército soviético avanzaba imparable. Asignaron a la compañía de Wittmann la tarea de capturar la ciudad de Brusilov al oeste de Kiev, en Ucrania. El 13 de noviembre de 1943, él y su equipo lograron destruir más de dos docenas de vehículos, entre tanques y cañones antitanque. A pesar de estas notables acciones, ya era evidente que nada se podía hacer frente a tal superioridad enemiga y que las posiciones alemanas no aguantarían más tiempo debido sobre todo a las órdenes suicidas que desde el Alto Mando en Berlín Hitler enviaba a los ejércitos alemanes. Solamente era cuestión de tiempo que todo el Frente del Este se colapsara de forma definitiva. El 21 de noviembre fue un día intenso para Wittmann y su tripulación, dado que tuvieron serios problemas en su Tiger debido al recalentamiento del motor por una avería. Acabaron con trece T-34 y siete cañones antitanque, y los informes incluyen un encuentro, con la ametralladora MP-40 en mano, con tres tripulantes de uno de los T-34 destruidos, donde Wittmann recibió una herida en la barbilla que no tuvo mayores consecuencias. 
A mediados de diciembre, acompañado de otros dos Tiger, fueron sorprendidos por una veintena de T-34 en los alrededores de la ciudad de Meshiritschka. Pese a ello, pudieron acabar con seis de ellos, con Woll de nuevo manejando el poderoso cañón de 88 mm. Durante las batallas alrededor de Berdichev, a finales de diciembre, Wittmann fue nombrado comandante de la compañía. El 2 de enero de 1944 tenía doce Tiger bajo su mando y el nuevo año trajo también la aparición del nuevo y temible T34/85, armado con un cañón de 85mm.
Los primeros días de enero fueron fructíferos para Wittmann, que acumulaba ya 56 victorias en el periodo comprendido desde julio de 1943 al 7 enero de 1944. Entre los días 8 y 9 consiguió otras diez victorias, y su nombre fue propuesto el día 10 de enero para la Cruz de Caballero por el comandante de división, SS Oberstführer Theodor «Teddi» Wisch, que recibiría cuatro días más tarde. Durante este breve periodo de tiempo, Wittmann eliminó otros 22 tanques enemigos, lo que elevaba la cifra de victorias a 88 (en 80 de ellas con «Bobby» Woll como artillero). Sólo en los días 12 y 13 dejaron fuera de combate dieciséis T-34 y tres cañones antitanque. Antes de terminar el mes ya había conseguido su victoria número 100 y el 30 de enero le notificaron la concesión de las Hojas de Roble para la Cruz de Caballero, además de ser ascendido al rango de Obersturmführer. 
El 15 de febrero de 1944 sustituyó a Heinz Kling como comandante de la 2ª Compañía de la división SS Panzer Abteilung 101 y su última acción en el frente ruso la llevaría a cabo en la intervención de la «Das Reich» y la LSSHA para liberar a los 35.000 soldados atrapados en la bolsa de Tscherkassy, obteniendo otras nueve victorias.
En abril de 1944, la división Tiger LSSAH y su personal, fueron trasladados al Batallón Panzer de las SS 101. Este batallón fue asignado al primer Cuerpo Panzer de las SS y nunca estuvo destinado de manera permanente en ninguna división o regimiento del Cuerpo Blindado. Wittmann mandó a la 2ª Compañía del batallón con el rango de SS-Oberstumführer (Primer Teniente). 
A raíz de la invasión aliada de Normandía, el batallón fue destinado, el 7 de junio a Normandía, llegando a este lugar el 12 de junio, tras cinco días de marcha por carretera. 
Debido a los avances aliados desde las playas de Gold y Omaha, la 352ª División de Infantería comenzó a ceder terreno, provocando en su retirada una brecha en las líneas alemanas de 12 kilómetros cerca de Caumont-l’Éventé. Sepp Dietrich ordenó a su unidad de reserva, la SS-Panzer Batallón 101, situarse detrás de la División Panzer Lehr y la 12ª División Panzer de las SS Hitlerjungend, para cubrir la brecha del flanco izquierdo del frente. Anticipándose a la importancia que los británicos daban a la zona cerca de Villers-Bocage, y de esta forma la división de Wittmann fue trasladada cerca de la ciudad. 
Los británicos que componían la 7ª División Blindada tenían la misión de adentrarse en las líneas alemanas gracias a la brecha creada en el frente germano, y aprovechar la ocasión para capturar Villers-Bocage y una cordillera cercana que era una posición muy estratégica. Los británicos ocuparon la ciudad y la cordillera durante la mañana del 13 de junio. Wittmann, ¡¡¡cuya división tenía únicamente cinco tanques!!!, se sorprendió al descubrir a los británicos en las cercanías de Villers Bocage mucho antes de lo previsto. Más tarde afirmaría con respecto a esto: 
«No he tenido tiempo para montar mi ataque, teniendo que actuar rápidamente, ya que tuve que asumir que el enemigo ya me había descubierto y me destruiría donde me encontrara. Partí con un tanque y dije a los demás que no debíamos retroceder un solo paso, sino mantener nuestras posiciones.»
Aproximadamente a las 9 de la mañana, el Tiger de Wittmann surgió de la cobertura en la Ruta Nacional 175 y contraatacó a los tanques británicos de vanguardia, destruyéndolos. A continuación se dirigió a Villers-Bocage. Entrando por el extremo oriental de Villers-Bocage, Wittmann atacó a varios tanques ligeros y después a otros de tipo medio. Alertados por los ataques de Wittmann, nuevos tanques ligeros, desde el centro de la ciudad, marcharon rápidamente en ayuda de sus compañeros por la carretera. Wittmann, mientras tanto, había tenido tiempo todavía de destruir un tanque británico más, dos puestos de artillería de Observación (PO) de tanques, un vehículo de reconocimiento y un furgón. Varios relatos difieren en cuanto a lo que sucedió después. Los historiadores confirman que tras la destrucción de los tanques de OP, Wittmann intentó medirse sin éxito contra un Sherman Firefly antes de retirarse. El Tiger informó que continuaba hacia el este, a las afueras de la ciudad, antes de ser inutilizado por un arma anti-tanque. Sin embargo, el propio Wittmann contradice esto, asegurando que el tanque fue inutilizado por un arma anti-tanque en el centro de la ciudad. 
En menos de quince minutos, catorce tanques (5 Cromwell, 3 Stuart y 4 Sherman), dos cañones antitanque y quince de los vehículos de transporte había sido destruidos por el Batallón SS-Panzer 101, la gran mayoría atribuibles a Wittmann. Lo que esta claro es que su en Villers-Bocage fue una muestra de improvisación, decisión, y suerte, factor muy decisivo en muchas ocasiones. Wittmann no actuaría más en la batalla de Villers-Bocage. 
Por sus increíbles acciones durante la batalla, Wittmann fue ascendido a SS-Hauptsturmführer (Capitán) y se le concedieron las espadas a su Cruz de Caballero. Después de la batalla de Villers-Bocage, Hitler pidió a Wittmann que fuera instructor de tanques para los nuevos reclutas, pero este se negó. En respuesta, Hitler le prohibió participar de nuevo en cualquier clase de combate. El 10 de julio, Wittmann tomó el mando del batallón puesto que el oficial al mando fue licenciado por enfermedad, desoyendo así las órdenes directas del Führer. ittmann murió el 8 de agosto de 1944 mientras participaba en un contraataque ordenado por su superior Kurt Meyer, para recuperar una posición elevada que era tácticamente importante, muy cerca del pueblo de Saint Aignan d´Cramensil, en las proximidades de Cintheaux. La ciudad y sus alrededores habían sido capturados un par de horas antes por fuerzas anglo-canadienses durante la «Operación Totalize».  Wittmann había decidido participar en el ataque porque creía que el comandante de la compañía que debía dirigir el ataque era demasiado inexperto. Lo que Wittman desconocía es que su grupo de 7 u 8 tanques (las fuentes difieren) debía enfrentarse a una operación enemiga en la que participan alrededor de 600 tanques enemigos.
El grupo de siete tanques Tiger del Batallón Panzer de las SS, con el apoyo de varios tanques, fueron emboscados por varios escuadrones de tanques británicos. A las 12:30 se encontró con 4 Sherman de la 4th Armored Division canadiense. Disparó contra ellos  sin alcanzarlos. Comenzó un combate encarnizado en la que los tanques alemanes estaban en clara inferioridad numérica. A partir de aquí todos los datos son  bastante confusos. Según reza en los informes alemanes recuperados después de la guerra, a las 12:47 p.m.,  el Tiger número 7  que era el que era comandado por Witmman había recibido un disparo en las cadenas quedando  totalmente inmovilizado. Hans Höflinger declaro haberlo visto inmovilizado pero intacto a las 12:55. Desafortunadamente a pesar del intenso fuego enemigo no pudo acercarse lo suficiente para confirmar si la tripulación estaba aún con vida. Poco después el Tiger de Wittmann fue localizado por elementos de la Hitlerjugend  totalmente destruido y con la torreta separada del chasis, como si se hubiera producido una explosión de la munición dentro del tanque. Según los expertos esto pudo causarlo un Sherman de la clase “Firefly”. En el año 2006, Joe Ekins, que había servido con los Northants Yeomanry (última unidad con la que se enfrentó Witmann) afirmó sin lugar a dudas que había sido su Firefly el que acabo con el as tanquista alemán. Lo más probable es que un proyectil impactará en el Tiger de Wittmann, perforando  así el blindaje y haciendo estallar el depósito de munición. La teoría más plausible de la muerte de Wittmann está explicada al detalle en la obra HÉROES TANQUISTAS DE LA 2ª GUERRA MUNDIAL.
Lo cierto es que el vehículo saltó por los aires envuelto en tremendas llamas. Los restos de los tripulantes fueron enterrados en un lugar sin identificar. En marzo de 1983, la fosa donde estaban enterrados los restos humanos fue descubierta durante la construcción de una carretera. Los restos fueron identificados gracias a la dentadura de Wittmann y a la placa de identificación de su conductor, Heinrich Reimer. Los restos fueron trasladados al Cementerio Militar Alemán «De La Cambe» en Normandía, Francia. El cementerio esta en la carretera Nacional 13 (RN 13), entre Isigny-sur-Mer y Bayeaux.  Wittmann fue muy admirado por sus camaradas y superiores, y pese a los ruegos de Hitler y de sus superiores jamás abandonó la primera línea de combate ni a sus compañeros de armas. Michael Wittmann representaba el Héroe que luchó hasta el último aliento por su Patria. 
La valentía de Wittmann es indiscutible y tiene un lugar reservado en los anales de las Historia Militar.
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