-tragedia de waco-28 de febrero-19 de abril 1993-

Publicado el 14 junio 2010 por Albertoalien


-DAVID CORESH-LIDER-
-DAVIDIANOS-Origen-

-Los davidianos creen que, conforme a lo predicho en la Biblia (Joel 2:28), el don de profecía se manifestaría en el tiempo final de la historia de este mundo; consideran que este don se manifestó en la Hermana Elena Harmond de White, quien desde el año 1844 hasta su muerte en 1915 recibió visiones y sueños provenientes de Dios para dirigir a su iglesia en los últimos tiempos antes del regreso de Jesús en gloria y majestad. A la muerte de la Hna. White, muchos hermanos sintieron la llamada para sustituir a la hermana, proseguir con las manifestaciones de su don profético y amonestar a la iglesia remanente en el tiempo final; uno de los que consideran haber recibido este don profético es el Hermano Victor T. Houteff, un cristiano adventista del Séptimo Día que vivía en los Estados Unidos. El hermano Houteff nació en Raikovo, Bulgaria, el 2 de marzo de 1885, y murió en Waco, Texas el 5 de febrero de 1955. En 1919 fue bautizado en la Iglesia Adventista del Séptimo día de Rockford, Illinois y trabajo para la Iglesia Adventista del Séptimo día desde 1925 hasta 1930 como asistente de la dirección de Escuela Sabática, lugar donde desarrollo sus doctrinas que luego lo separarían de la iglesia madre. Ante el surgimiento de sus nuevas doctrinas entre 1930 y 1934 se intentó analizar con la Iglesia Adventista si esta daba cabida a sus interpretaciones bíblicas pero el Hermano Victor T. Houteff y la Iglesia Adventista del Séptimo Día no llegaron a un acuerdo por lo que el Hermano fue desfraternizado de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y este se dedicó a dar forma a una nueva organización (La Iglesia Adventista Davidiana del Séptimo Día – La Vara del Pastor) donde pudiera llevar adelante la enseñanza de sus nuevas creencias que decía le eran comunicadas por el Espíritu Santo. Se trasladó con sus seguidores a Waco, Texas donde construyó el Centro Monte Carmelo desde donde se dirigía la nueva organización.

-Pensamiento-

El Hermano Houteff desarrolló su pensamiento a través de una serie de libros y ensayos que escribió bajo el nombre de El Código Simbólico a partir del año 1930, en ellos realiza una interpretación de algunas profecías bíblicas como el sellamiento en Ezequiel 9, los 144.000 de Apocalipsis 7 y 14, La siega de Mateo 9 y 13 y Apocalipsis 14, el mensaje de los jinetes de Zacarías 6, La Bestia Semejante a un leopardo de Apocalipsis 13 y otras. Según su interpretación hay un paralelismo entre lo que ocurrió al antiguo pueblo de Israel desde que Dios lo sacó de Egipto y lo que ocurre con la Iglesia Adventista del Séptimo Día en el tiempo previo a la Segunda Venida de Cristo. A su instalación en Waco, Texas organiza la nueva Iglesia, "vástago" según él la designa de la "Iglesia madre" Adventista del Séptimo día con el nombre de Iglesia Adventista Davidiana siendo él su líder máximo y presidente de lo que en un principio fue un comité directivo y luego una comisión de 7 personas en la que su esposa y su suegra eran quienes le seguían jerárquicamente.

-División del grupo-

El Hermano Victor T. Houteff muere en Waco, Texas en 1955 y comienza una lucha sucesoria entre sus seguidores, desde la muerte de éste se hace cargo del grupo su esposa Florence Houteff. En 1959 ocurre una fractura del grupo surgiendo un nuevo grupo que no reconoce la autoridad de Florence Houteff que se autodenomina "La Rama Davidiana" (Branch Seventh-day Adventists) es elegido como nuevo líder de la organización el Hermano Benjamin Roden quien dirige el grupo hasta su muerte en 1978, pero por conflictos internos de la organización esta se divide en dos grupos, uno seguidor de George Roden (Hijo de Benjamin) y otro a cargo del Hermano Vernon Howell quien se considera sucesor del Hermano Victor T. Houteff en el don profético y nuevo líder espiritual del movimiento Davidiano, ahora con nuevos poderes ya que se considera el sucesor espiritual del Rey David de acuerdo a lo profetizado por el profeta Isaías y se cambia el nombre por el de David Koresh bajo el que dirige su grupo en el Centro Monte Carmelo hasta que muere en 1993 asediado por el FBI por tenencia de armas ilegales y violación de menores. Otra rama davidiana opera desde Estados Unidos y agrupa unos 100.000 adeptos en 25 países, esta rama se aproxima a la cosmovisión adventista del séptimo día aunque bajo los cambios que introdujera el Hno. Houteff. La otra rama de la Vara del Pastor esta activa en Estados Unidos y se rige por parámetros cristianos y sigue la línea de su fundador Victor T. Houteff -La sucesión de la dirección

Los davidianos son un grupo disidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. En los años 1930, Victor Houteff se autoproclamó el nuevo profeta de Dios para la iglesia adventista. El nombre del grupo es los Adventistas Davidianos del Séptimo Día. En 1959, una parte de este grupo formó la llamada Rama Davidiana de Adventistas del Séptimo Día pero que no tienen nada que ver con los verdaderos davidianos, liderada inicialmente por Ben Roden. El grupo se estableció en las afueras de Waco, Texas. El liderazgo y la ocupación de la propiedad habían ocasionado conflictos entre los davidianos antes de que Vernon Howell tomara cargo en 1990 tras un tiroteo con George Roden, a quien le correspondía el puesto.

Cuando Howell tomó el control del grupo, cambió su propio nombre por el de David Koresh, evocando los reyes bíblicos David y Ciro. El grupo, apocalíptico, consideraba que vivía en un momento en que las profecías cristianas del juicio final estaban por llegar. Koresh apoyaba sus creencias con interpretación bíblica detallada, interpretando todo el contenido de la Biblia a través del Apocalipsis. Howell, como autoproclamado como la reencarnación de Cristo, tenía como tal acceso a placeres vetados para los demás miembros, como las jóvenes adolescentes y la buena comida.

-El suceso con el FBI-

El 28 de febrero de 1993, el ATF (Departamento de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego) de Estados Unidos organizó una redada en el rancho de los davidianos en una zona rural cerca de Waco, Texas. La redada fue llevada a cabo debido a la supuesta presencia ilegal de armas en la propiedad, dando como resultado la muerte de cuatro agentes y cinco davidianos. Los siguientes 51 días de cerco terminaron el 19 de abril cuando el recinto fue consumido completamente por las llamas, matando entre 72 y 86 hombres, mujeres y niños, incluyendo a Koresh.

Un periódico de Texas había investigado informes según los cuales Koresh había abusado de niños en el rancho y estaba en proceso de publicar una serie de alegatos cuando el grupo fue cercado. Koresh era abiertamente partidario de la poligamia en su propio caso y algunos otros miembros selectos del grupo. Su grupo fue llamado secta en ocasiones debido a su estructura autoritaria. Supervivientes de la redada, antiguos miembros y familiares de miembros han dado información muy diversa con respecto a las creencias, prácticas y conducta del grupo.

Restos de Monte Carmelo, el rancho de los davidianos en Waco, Texas.

Estas personas tenían una gran cantidad de armas automáticas, cuya posesión está permitida por la ley de Texas y efectuaban prácticas de tiro. En 1992, las autoridades federales, tras recibir información de que estaban produciendo ametralladoras, decidieron abrir una investigación. A final del mismo año, sospechando que la secta había convertido ilegalmente armas semiautomáticas en automáticas, se abrió una caja destinada a los davidianos que resultó contener granadas de mano. La caja volvió a ser cerrada y entregada, pero se usó como prueba para obtener una orden judicial contra la secta.

Los agentes se acercaron al rancho en camiones camuflados como camiones de ganado, y de alguna manera comenzaron los disparos. No existe un acuerdo sobre quién disparó primero o por qué. Hubo imágenes retransmitidas mundialmente por equipos de televisión invitados por los agentes.

Los davidianos habían fortificado la zona y la policía no logró asegurar la zona, por lo que finalmente, tras retirarse, intentaron establecer contacto con Koresh. El FBI tomó el mando poco después del ataque inicial y, durante los siguientes 51 días, se intentó presionar a los miembros para que se rindieran. La zona comenzó a ser aislada y se usaron amplificadores para hacer llegar sonidos al edificio usando una táctica de guerra psicológica. Los davidianos usaron pancartas desde lugares altos, pidiendo la ayuda de personas ajenas a las fuerzas gubernamentales.

Koresh, herido de gravedad por un disparo en el costado, y los hombres más cercanos a él intentaron negociar con los agentes. Los davidianos produjeron cintas de vídeo en las que niños sentados cerca de Koresh preguntaban a la policía, entre otras cosas, si vendrían a matarlos. Los agentes no estaban preparados para luchar contra el entusiasmo religioso de los davidianos.

Finalmente, se siguieron las recomendaciones de oficiales veteranos del FBI para proceder con el asalto final después de saberse que se estaba abusando de niños dentro del complejo asediado. Vehículos armados con armas de gas se acercaron al edificio y derribaron uno de los muros. Algunos de los miembros de la secta de los davidianos, caídos desde las ventanas, fueron inmediatamente arrestados por agentes del FBI, pero la mayoría seguían dentro mientras el ataque era retransmitido mundialmente.

El gobierno declaró que el fuego fue intencionadamente provocado por Koresh y sus seguidores como un acto suicida, pero los supervivientes aseguran que fue causado por las granadas de gas inflamable que el FBI arrojó al interior del edificio.

El hecho de que se negase el acceso a las cámaras al interior del edificio en llamas hasta después de que se extinguieran ha llevado a muchos a cuestionar seriamente los motivos del FBI. El FBI asegura que no se les permitió entrar debido al peligro de explosivos en el incendio y de posibles armas de fuego de los miembros supervivientes.

La autopsias revelaron que algunas de las mujeres y niños encontrados bajo los restos de un muro de cemento de un almacén murieron de heridas en el cráneo. El muro fue derribado por uno de los vehículos que penetraron la estructura mientras esparcía químicos no letales. Fotografías de algunas de las autopsias muestran cuerpos de niños en poses espásmicas, más parecidas a la intoxicación por gas.

- Críticas externas a la versión oficial-

Algunos críticos aseguran que las autoridades durante la masacre de Waco nunca fueron investigadas por su fracaso, y el incidente provocó sentimientos de rechazo hacia el gobierno en los Estados Unidos de América. El caso más notable es el de Timothy McVeigh, que fue condenado a muerte por hacer estallar explosivos en un edificio en la ciudad de Oklahoma City. McVeigh había visitado el rancho de los davidianos y durante una entrevista había declarado que rechazaba las acciones del gobierno. McVeigh declaró que las explosiones fueron en protesta por la redada de Waco y por otros asedios por parte de agentes federales.

Los adultos que sobrevivieron el asedio fueron sentenciados por crímenes, pero se redujeron las penas de la mayoría o se anularon las condenas.

Los davidianos continúan ocupando la zona y han construido monumentos para conmemorar las muertes.

Cabe destacar que esta "rama davidiana" es un movimiento completamente diferente e independiente a los Davidianos fundados por Victor T Houteff y parece ser que la conducta Davidiana se rige por parámetros enteramente cristianos.

-Recepción de los eventos de Waco en la cultura popular-

La banda de Metal Progresivo Dream Theater aparentemente hace mención de estos sucesos, en la canción In the name of God de su séptimo disco Train of Thought. Gran parte de las líricas de esta canción se puede relacionar directamente e indirectamente a todo lo acontecido en Waco, Texas.

Además, el grupo de metal Machine Head, en su primer disco, Burn My Eyes, dedica una canción al suceso. La canción se llama "Davidian". Su letra dice: "let freedom ring with a shotgun blast" (deja sonar la libertad con un disparo de escopeta). Su video fue censurado ya que la matanza de Waco había sido muy reciente y podía herir la sensibilidad de los espectadores.

-DAVID KORESH-Lider de la Secta DAVIDIANA-

David Koresh, nacido como Vernon Wayne Howell (17 de agosto de 1959 - 19 de abril de 1993). Vivió en Houston, Texas y fue el líder de los Davidianos, una secta cristiana apocalíptica. Koresh y otros 74 seguidores murieron el 19 de abril de 1993 durante un cerco policial en el recinto donde se encontraban los davidianos en Waco, Texas, cuando un incendio arrasó con toda la estructura.

-Primeros años

David Koresh Yaweh se llamaba realmente Wayne Howell y era uno de los numerosos "predicadores" apocalípticos que en Estados Unidos aterrorizan a sus seguidores con toda clase de calamidades individuales y colectivas a no ser, claro, que les sigan a ellos en la fórmula única para formar parte de un restringido grupo que, cuando toda la humanidad perezca, logrará salvarse. En el caso de Koresh, todo se reducía a un "fundamentalismo cristiano" que ni siquiera interpretó los pasajes más oscuros de la Biblia sino que, por el contrario, los siguió al pie de la letra. Ya desde sus tiempos de estudiante en Houston, Vernon Wayne, que era un mal estudiante, provocó —y quiso compensar aquella carencia— a sus profesores con la memorización de todos los textos bíblicos. Pues bien, siendo ya el líder de los davidianos se había metido entre pecho y espalda el Libro de las Revelaciones, y como otro burdo «mesías» más salido de los histerismos de una sociedad enferma (realmente estaba convencido de ser la nueva reencarnación de Jesucristo), anunciaba todo un panorama de final inmediato con tétricos tintes de castigo divino, invitando a la gente a que se salvara siguiendo su camino.

Koresh, que se autoproclamaba la reencarnación de Cristo, había sido acusado de mantener relaciones sexuales con adolescentes, que él llamaba sus esposas, y de forzar a sus seguidores a proporcionarle grandes cantidades de dinero. También fue acusado de almacenar metralletas M16 y otros objetos militares.

El nombre de Waco y el de un rancho próximo llamado por sus ocupantes Monte Carmelo pasaron del más absoluto incógnito a ser noticia con motivo del asedio y posterior destrucción de unas paredes entre las que aguantaban el cerco David Koresh y sus seguidores, los davidianos, del que éste se había autoproclamado líder espiritual. Era el 19 de abril de 1993 cuando, tras casi dos meses de conminación a la rendición (exactamente 51 días), las tanquetas del FBI entraron en el citado rancho ubicado cerca de Waco (Texas). Tras los agentes, otro «ejército» tan numeroso como el de aquellos: los periodistas que captaban con sus cámaras (más de un centenar) el horrendo y dantesco paisaje después de la batalla.

-Davidianos

La secta de los davidianos se basaba en un fundamentalismo cristiano que anunciaba el Apocalipsis

Koresh había llegado a dirigir su secta a través del matrimonio con Rachel Jones (14 años), hija de uno de los dirigentes de la misma y al que arrinconó enseguida, sustituyéndolo en la cima jerárquica. De todas partes llegaban nuevos adeptos ganados por la persuasiva doctrina de un David Koresh que estaba armado hasta los dientes dentro de lo que sería su gran mausoleo en Waco. Previamente había efectuado compras de armas por valor de más de 250.000 dólares, según él para estar preparados llegado el momento del acoso del «Mal».

En vísperas de la tragedia, y en el que sería su último refugio, Koresh había reunido junto a él a numerosos adultos pero también a un buen número de niños, y con unos y otros, se dispuso a convertir en un fortín inexpugnable el rancho Monte Carmelo. El primer encontronazo había tenido lugar el 28 de febrero, cuando las autoridades, tardíamente preocupadas por el cariz que tomaba el asunto, decidieron pasar a la acción, acusando a los davidianos de tenencia masiva de armas y de abusos sexuales para con los niños que mantenían a su lado. Recibidos a tiros, los agentes contestaron de igual manera, produciéndose entonces un primer balance de cuatro agentes muertos y una decena de sectarios abatidos. La cuenta atrás empezaría a ponerse en marcha desde aquel día premonitorio.

Las túnicas anaranjadas que vestían sus seguidores serían, durante los siguientes 51 días, blancos perfectos para los prismáticos de los que los cercaban, y también, para efectuar los primeros disparos, que al final acabarían siendo continuos, y que eran respondidos por los asediados utilizando el arsenal que guardaban entre aquellas paredes. Durante esos largos días, murieron miembros de los federales y también de los davidianos, en un goteo de víctimas que preparaba la gran hoguera final. De vez en cuando se conseguía un alto el fuego para una nueva mediación que diera lugar a una salida airosa al conflicto, sin resultado alguno. Pero los asaltantes no sólo utilizaban las armas mortíferas reales (sin hacer ascos, por cierto, a la utilización de gases prohibidos por todas las legislaciones y que eran arrojados al interior del rancho), sino que recurrieron a una guerra psicológica. Para ello se les, cortó la luz, el agua y la llegada de alimentos, al tiempo que, llegada la noche, potentes reflectores barrían las ventanas del rancho, para impedir el más mínimo descanso de los sitiados. Como guinda de aquella batalla terrible, potentes altavoces difundían música rockera a todo volumen. Pero junto a esta parafernalia sicodélica y enloquecedora, algo se echaba de menos. Algo, teóricamente, muy importante: la presencia allí de bomberos y ambulancias, necesarios siempre en una situación a punto de estallar. Unos y otras eran invisibles incluso en los tensos momentos que precedieron al final.

Los davidianos fueron asediados por los federales, produciéndose bajas en ambos bandos

Dicho final tuvo lugar el día 19 de abril cuando, a las 5,30 horas, nadie sabe a ciencia cierta quien comenzó los disparos obligando a las tanquetas del FBI atacar definitivamente. Cuando los asaltantes lograron abrirse camino por entre las llamas que ya consumían el edificio del rancho, ante su vista aparecieron confundidos y mezclados los cuerpos carbonizados de la mayoría de los seguidores de Koresh, incluido este mismo, que presentaba un solo disparo en la frente. El apocalipsis próximo profetizado por el perturbado Vernon Wayne había llegado por fin para él y los suyos, y era ya una terrible y humeante realidad para buena parte de los que tuvieron la debilidad de creerlo.

El balance final de muertos dentro de Monte Carmelo fue de 69 adultos y 17 menores, todos calcinados. La versión oficial de la policía hablaría de que fueron los mismos davidianos los que provocaron el incendio en un aquelarre de suicidio colectivo. Otras fuentes se refirieron, por el contrario, a vuelcos de las tanquetas federales que habrían provocado la inflamación del queroseno y, a su vez, habrían trasladado las llamas al interior del rancho. De cualquier forma, la tragedia había finalizado y Waco sería ya, en el futuro, un nombre de referencia macabro y maldito. Es una población, por cierto, predestinada a sufrir algo parecido teniendo en cuenta los datos de que, para 90.000 habitantes, había 18 armerías y 200 iglesias.

-Investigacion-Edicion:MERCEDES G SIMONIN-(EL CONTENIDO U OPINION DE LA FUENTE NO COINCIDE OBLIGATORIAMENTE CON LA DE FILEALIEN-46)