010113

Por Bitacorarh

se nos va el 2012!!!... y como se suele decir: “déjalo ir”. Año difícil para todos pero lleno de mensajes que nos pueden ayudar a descifrar algunas claves para afrontar el 2013. Esto año queda patente que las cosas no volverán a ser como eran. Se acabaron aquellos tiempos de vino y rosas donde todo era fácil, donde el esfuerzo era algo en lo que no pensábamos porque no era necesario. Se acabó eso de soñar con un mundo predecible donde terceros cuidaban de nosotros, donde la única preocupación era saber donde gastar el excedente generado por el esfuerzo de nuestros antepasados. En el 2012 he vivido, más cerca que nunca, la escasez de energía que le hemos transmitido a nuestra juventud. Ellos/as son las víctimas de un mundo fácil, donde las cosas parecían que caían de los árboles. No les hemos enseñado a conseguir con esfuerzo. Están aturdidos porque de repente las reglas del juego han cambiado y resulta que nuestro mundo no eran tan sencillo como nos lo pintaban. ¿Es demasiado tarde?, nunca es demasiado tarde pero debemos quitarnos la venda de los ojos.

El 2013 debería traernos la consciencia necesaria para saber que nos enfrentamos con algo totalmente nuevo y que las reglas del pasado ya no sirven de nada. El trabajo se ha convertido en un bien de lujo. Resulta que el trabajo permite vivir una vida plena y su ausencia desnuda de significado la existencia de muchas personas. Toca también pensar qué es eso del trabajo. Éste ya nada tiene que ver con el trabajo del siglo pasado. El futuro de este bien tan preciado pasa por algo más relacionado con aquello que potencie las capacidades humanas.

Internet se ha introducido en nuestras vidas en un tiempo record. Buena culpa de ello la tiene su capacidad para potenciar aquellas cosas con las que disfrutamos las personas: aprender, comunicarnos, divertirnos, sentirnos reconocidos, cercanía, cariño, en definitiva, sentirnos únicos e importantes. Internet ha multiplicado por 100 la capacidad de muchas de esas cosas que tanto nos gustan, por lo tanto, es evidente que aquello que nos permite ser nosotros mismos es la mejor alternativa para reconstruir el futuro del trabajo. Imagínate un trabajo donde tuvieses el espacio suficiente para ser tú, un lugar donde tus ideas tuviesen un valor real, donde el reconocimiento de tus compañeros respondiese a las reglas de la verdadera amistad, donde los líderes lo fuesen por clamor popular, donde las relaciones comerciales atendiesen a los principios del equilibrio y sostenibilidad a largo plazo, donde el egoísmo de unos pocos dejase paso a la necesidad de compartir del resto. En un trabajo así estoy seguro de que las personas se comportarían de una manera diferente. Su libertad daría paso a un entorno más creativo y con una mayor capacidad para hacer frente a las grandes crisis, porque al fin y al cabo, las crisis las genera nuestra tendencia natural hacia el desequilibrio.

La libertad sólo se puede construir cuando ésta está precedida de la responsabilidad. Ese es uno de mis grandes deseos para 2013, que todos seamos un poco más responsables de nuestros actos, para que la libertad que habíamos ganado, y ahora perdemos, sea la base sobre la que construyamos los nuevos entornos de trabajo. Parece una perogrullada hablar de responsabilidad, pero realmente creo que si hubiese un poco más de la misma estaríamos todos un poco mejor. Alejamos al individuo de las consecuencias de sus actos y eso supone que no vea los efectos de sus decisiones.

Sinceramente creo en el ser humano, es él quien posee el don de la adecuación. No es el peor momento de la humanidad ni de lejos, hemos vivido tiempos mucho peores y siempre hemos sabido salir del atolladero con la cabeza bien alta. Lo que nos está pasando no va a ser menos. Está claro que el aprendizaje supone sufrimiento, y los tiempos en que vivimos este sufrimiento viene de la mano de lo que supone la privación de tener trabajo, pero no un trabajo cualquiera, hablo de uno que te guste. La alternativa nos acerca a una situación similar a la que vivieron los antiguos esclavos romanos pero en su versión moderna.

Si conseguimos que la gente piense será mucho más fácil que entiendan para qué están aquí. Cuando eres capaz de responder a esta pregunta, eres poseedor del don de la libertad, de elegir en plenitud de condiciones y en ser consecuente con tus decisiones. Esa libertad es la libertad responsable de la que carecemos, de la que tenemos que tirar si queremos que las cosas salgan de otra forma... mientras tanto, el 2013 está aquí. Te deseo el mejor de los años y te invito a que sigamos pensando juntos....

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