A Sam Urbani, quizás algo más conocida por ser la novia de Devonté Hynes que por liderar la ahora extinguida banda Friends, le gusta mucho Madonna. La mejor versión de Madonna, se entiende: la que se ganó a pulso un lugar en la historia de la música durante los años 80, no la que ahora parece buscar de forma sonrojantemente desesperada la reedición de aquel éxito, en los brazos de artistas que -ellos sí- son tendencia.
La cuestión es que aquel grupo, Friends, tuvo su momento en 2012, pero la cosa no pasó de un par de (pequeñitos) éxitos en clave disco-rock-mutante, extraídos de “Manifest!“, el que acabaría siendo su único álbum de estudio. Yo no les hice mucho caso, la verdad, y supongo que me acabaré arrepintiendo, como casi siempre, porque la verdad es que aquello de “I’m His Girl” no estaba nada mal. En fin, a lo que vamos: parece que concluida aquella aventura, la que fuera vocalista y firmante de muchos de los temas aún tiene cosas interesantes que ofrecer. Este tema que hoy acapara nuestro interés se llama “1 2 3 4” (Sí, como la de Feist), y aunque no es nada que no hayamos visto ya antes (las líneas de bajo funky, tan Dev Hynes, o el viejo truquito de los bongos), es sencillamente irresistible.
Esta vez no produce el hombre detrás de Blood Orange, pero sí lo hace Sam Mehran, que para el caso, viene a ser lo mismo: el tipo no es otro que el 33 % de Test Icicles, la banda con la que muchos oímos hablar por primera vez de Hynes. Además (si me pilla Björk por banda, me hubiera caído una buena) hay que decirlo: por lo que se ve, Samantha Urbanino no sólo compone el tema, sino que también lo arregla, co-produce y toca todos los intrumentos que pueden escucharse, salvo el piano y la trompa, con los que se ha dejado ayudar por su talentoso chico.
Esto es un pelotazo, se mire por donde se mire. Una de esas canciones que posee el marchamo de lo cool (ya, ya sé, la palabrita no es muy simpática) al tiempo que te pone a bailar como un poseso: justo lo que la Ciccione andaba buscando como vaca sin cencerro, cuando lo tenía en casa… Pero Samantha Urbani no se conforma con eso, y aprovecha la ocasión para ajustar cuentas con el pasado: “Esta canción trata sobre lo que el karma siempre te acaba devolviendo, la inevitable justicia que se da en el propio examen de conciencia. Ya sabes: el tramposo nunca sale ganando, el mentiroso se queda sin conocer el amor, etc, etc. No se centra en la venganza, porque todas esas malas personas ya están viviendo de algún modo en su propio infierno“. Pues ya sabéis. Portáos bien con esta chica, que luego todo se acaba sabiendo. Y no os deshidratéis bailando “1 2 3 4” por casa, que Urbani ya avisa que es sólo “la primera de un millón de canciones”… A ver si son todas tan chulas como esta.
“Threatened by the law,
I crawled in a comfortable lap
Crucified by love,
I fell in a predictable trap.
All at what cost?
All I could think about was that.
And all that was lost,
That I’ve seen in dreams.
Simple as 1 2 3 4,
methodical persuasion
I know you’ve done this before,
You’ve mastered the equation.
But you’ll only hurt yourself, not me.
And anyone you’ve done it to before,
You’ll also bear the weight of.
I don’t need to settle the score,
You are the perpetrator.
You’ll judge yourself, you’ll never be free.
The cheater never wins,
Even if he ends the game with the highest score.
And the liar never knows love,
You can’t earn that through force.
I know the illusion of power
Just leaves you needing more.
In your loneliest hour,
You’ll be haunted by me.
Simple as 1 2 3 4,
methodical persuasion
I know you’ve done this before,
You’ve mastered the equation.
But you’ll only hurt yourself, not me.
And anyone you’ve done it to before,
You’ll also bear the weight of.
I don’t need to settle the score,
You are the perpetrator.
You’ll judge yourself, you’ll never be free”