Millones de seres, cada día más, festejan el 1 de mayo el año entero, pateándose las calles con los bolsillos vacíos. Es la cruzada del empleo, cuyo santo grial es la contrato fijo (ayer derecho, hoy mito). La reconversión en épocas de crisis debería ir en dirección opuesta a la causa generadora, pero la tónica mundial, exceptuando a los santos islandeses, nos lleva de cabeza al origen del problema, básico y simple: para que haya algunos ricos, tiene que haber muchos pobres. Y como desde la escasez bastante se hace con intentar sobrevivir, la sociedad permanece inalterable. Los expertos en finanzas al cargo lo explican de otra forma, pero es que los economistas liberales son, a la economía, lo que el doctor Hannibal Lecter a la salud mental.
En este “escenario” político (anglicismo mal aplicado en alza, quizá porque pagamos entrada para escuchar ficción), parecemos olvidar que España es el país de Europa con más recursos naturales renovables, con mayor biodiversidad. España es un lugar que debería ser referente en el desarrollo de energías renovables, pero vamos en contra de la propia Tierra, destruyendo aquello que generaría empleo, como pollos sin cabeza.
Crear economías muertas antes de nacer, en lugares con fuentes energéticas y laborales propias, es labor de pensadores mediocres, simples, temerosos… Entre tanto recorte, debemos asumirlo: el miedo es el ERE de la inteligencia.
En el país, por recursos, peor gestionado de Europa, feliz día de la obligación temporal mal remunerada.