¡Buenos días holanda!
Hoy nos levantamos un poco más tarde de lo normal, bajamos a desayunar al hotel, y después cogimos la línea 13 del tranvía para llegar a la Estación Central. Teníamos el día planeado para estar por fuera de la ciudad. Queríamos visitar Edam, Volendam, Marken, y por la tarde queríamos ir a Zaans Schans a ver los molinos.
Apenas 12 horas para visitar 4 pueblos. Algún que otro transbordo ¿Lo conseguimos?
Sobre las 11h llegábamos a la Estación, según el planning que habíamos hecho desde España, llevábamos una hora de retraso. La cosa iba bien. Cruzamos hasta la otra punta y conseguimos encontrar el autobús. Compramos el ticket que eran 10€ y con eso tenías para todo el día para poder ir a los pueblos que nosotros queríamos y a unos cuantos más.
Salimos hacía Edam, si, es el pueblo del queso Edam. Era como sentirte dentro de un cuento, casas de piedra, canales, flores... Aunque éste pueblo, la verdad sea dicha, estaba un poco vacío. respiramos el relax que tanto necesitábamos. Aprovechamos para tener una de esas charlas de hermanos y hacer un par de fotos.
Sobre las 12:30 más o menos, salíamos de Edam. Nuestro próximo destino era Volendam.
Nada más bajé del autobús supe que este pueblo tenía algo especial, algo que haría que me acordase de él toda la vida. Andamos un poco hasta llegar al puerto. Precioso, pintoresco, marinero, único, mágico, fabuloso...
Aquí fue donde tuvimos nuestro dilema: ¿coger el ferry que iba desde Volendam hasta Marken y eran 9€ o guardarnos ese dinero, comer en Volendam, y después hacer transbordos en el autobús hasta llegar a Volendam? Me encapriché en esta ciudad, así que nos decantamos por la segunda opción y comimos en un lugar de pescada frito de típico de la zona.
Cuando terminamos de comer era bastante pronto, pero lo hicimos a propósito, queríamos salir no muy tarde hacia Marken porqué teníamos que hacer muchos transbordos.
3 transbordos que nos costó 1h y poco, pero al final llegamos, que eso era lo importante. Los autobuses a éste pueblo llegan cada 45 minutos, así que ese era el tiempo que teníamos para visitarlo.
Era el típico pueblo de cuento holandés, de verdad. Todas las casa verdes, gente en su jardín tomando el sol, niñas rubias con su bicicleta por ahí... Llegamos a la costa, y observamos las bonitas vistas que habían desde allí.
Sobre las 5 de la tarde llegábamos a la Estación Central. Fue en este momento cuando me acordé de un momento similar que viví en Londres. El tren salía en 5 minutos, millones de personas allí, así que los dos empezamos a correr como si no hubiese un mañana hasta que el tren se nos fue en nuestra cara. Pero menos mal que conseguimos coger uno que salía a los 10 minutos.
Llegamos a Zaans Schans, y después de andar un poco teníamos los molinos justo delante de nosotros. Era algo tan relajante. Una estampa digna de uno de los mejores cuadros de Van Gogh. Además estábamos viviendo uno de mis momentos más bonitos del día, la puesta del sol. Imaginaros las fotos que se podían hacer.
Volvimos al centro de Amsterdam, y aquello volvía a ser un caos. Entramos a un Coffe Shop y nos hicimos un Smoothie que estaba increíblemente bueno. Decidimos que estaría bien cenar en el hotel, pero en el camino no entretuvimos comprando unas cosas, y llegamos cuando la cocina estaba cerrada. Compramos unas cuantas cosas de la máquina, y nos pegamos un atracón de dulces.
Tocaba dejarlo todo preparado, mañana volvíamos a casa.
Feliz día
Vicent Bañuls
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