1 mes

Publicado el 01 marzo 2021 por Susanmk

Hoy hace un mes que nos dejaste y aún no me he acostumbrado a gestionar este vacío que nos ha quedado. Por las prisas, las circunstancias, la falta de contacto en los momentos finales, lo que no tenía que llegar…

Tengo la sensación de que no era tu momento, aunque el último instante en el que te vi en esa sala de urgencias, pedías con la mirada triste que te dejásemos descansar, que todo era un caos. Y en este caos seguimos, Papá. En el caos de llorarte tras la mascarilla, de la sequía de abrazos, del vacío de tu voz callada.

Te sigo escuchando hablarme, a pesar de que últimamente guardabas silencio. Reír a carcajadas disfrutando de la vida. Eso lo hiciste a raudales hasta que la salud y el maldito virus te dejaron.

Me queda la alegría de todos los momentos felices coleccionados junto a ti, que son muchos.

Creo que no era tu momento, Papá. Aún quedaban comidas, paseos, tardes de café y bollería de la buena. Quedaban mañanas de playa y periódico, baños en tu playa. Aún quedaban abrazos, velas y navidades. Quedaba mucho, Papá.

Aún así me quedo con tus gestos y miradas. Con tu olor a recién afeitado y tu mirada tierna tras las gafas de sol que te acompañaban siempre. Con tu silueta con bastón que tan elegante llevabas. Con las charlas de cosas serias y los relatos de tu carrera. El padre más completo y especial.

La última vez que hablamos, algo enfadado, me dabas órdenes de qué cosas te hacían falta en el hospital. Y yo escuchaba y acataba tranquila, porque era señal de que todo estaba bien… hasta que dejó de estarlo y tuvimos que ir acostumbrándonos a tu silencio eterno, poco a poco, con una calma tremendamente cruel.

Me queda el dolor de no haberte abrazado suficiente, especialmente este último año tan horrible. La pena de no haberte podido acompañar más tiempo, de esas últimas navidades o de los días de sol que están por llegar y que te hubiese gustado disfrutar, después de este invierno tan frío.

Pero también me queda mucho cariño Papá. Todo el que nos diste y todo el que mis hijos han podido recibir y que nunca olvidarán. Gracias por ser un gran abuelo también.

Gracias Papá, por haberme enseñado tanto. Por haberme mostrado el camino sin hacer las cosas por mi. Por darme los valores y hacerme valiente. Por regalarme tu carácter y tu sensibilidad. Gracias por los recuerdos construidos en toda una vida. Cuida de nosotros, que nosotros cuidaremos de ELLA.