Verano, y como todos los años sinónimo para la mayoría de la gente de hacer las maletas y disfrutar de unas merecidas vacaciones, al pueblo, a la playa, a la montaña, a correr mundo....el caso es dejar atrás por una temporada la rutina y las obligaciones y transformarnos circunstancialmente en tranquilos lugareños, intrépidos exploradores, expertos gourmets, una mezcla de todo o en lo que nos apetezca y nos venga en gana.
No pocos elegirán para sus vacaciones ampliar sus horizontes y sus conocimientos sobre el mundo y viajarán a países remotos o no tan remotos. Tendrán que recorrer largas distancias, y para ello sin duda la mayoría empleará como medio de transporte el más eficaz aunque también el menos viajero de todos los medios a nuestra disposición, es decir: el avión.
Para todos aquellos que vais a coger algún vuelo este verano o que lo hacéis habitualmente he elaborado esta lista en base a algunas experiencias, durante los casi siempre tediosos pero inevitables momentos que hemos tenido que pasar en diferentes aeropuertos del mundo. No esta ordenada de peor a menos malo y al estar basada en experiencias personales es ampliable y también reducible.
Se admiten opiniones.
Tribhuvan-Khatmandu: Todo empieza en el control de pasaportes, lentísimo, debido a que te someten a un interrogatorio ridículo. La terminal parece una fábrica de los años 50, no hay aire acondicionado y esta abarrotada de gente, malas indicaciones, mala organización, un desastre. La llegada da un poco de miedito cuando se ve la pista donde tiene que aterrizar el avión.
Tegel-Berlin: Aeropuerto totalmente obsoleto igual que el de Schönefeld, también en Berlin, debido a que están construyendo uno nuevo. Hay zonas de embarque a pie de pista donde no hay nada excepto alguna máquina de "vending" para amenizar la espera. Al menos esta cerca del centro.
José Martí-La Habana: Instalaciones en bastante mal estado. Tuvimos un problema con el equipaje y otro con la confirmación del vuelo de "Cubana" ,Después de una hora de marearnos, nos pusimos serios y pedimos hablar con algún responsable, cuando nos dirigíamos a su despacho se iban cerrando todas las ventanillas a nuestro paso, otra vez a marear de la perdiz, pero a este si le cantamos las cuarenta. Al final solución chapucera pero el caso es que pudimos coger el vuelo. Demasiada burocracia, demasiado absurda.
Espero que os sea de utilidad.
Pepe