- No limites todo al conocimiento y aplicación del reglamento con el silbato. Entrénate y fórmate en aspectos físicos, tácticos, técnicos. Trabajar tu auto-confianza te ayudará a actuar con decisión y rapidez. Todo contribuye a que actúes con seguridad y a ser justo.
- Fórmate en aspectos psicológicos y desarrolla tu inteligencia emocional. Te alejará de lo que los jugadores y el público llaman “actitudes desafiantes”. Evitarás hablar con tono y palabras amenazantes de las que puedas arrepentirte.
- Entrena la comunicación no verbal, jugará a tu favor. Aprende a controlar tus gestos y posturas, evitará que “se calienten”. El autocontrol es fundamental en este deporte.
- Aprovecha interrupciones para educar a los jóvenes jugadores y entrenadores en las normas y reglas del juego, y evitar el autoritarismo que no la autoridad.
- Aprende a gestionar los conflictos, la mayoría vienen por el intento de transgredir las normas, agresiones verbales y físicas e intentar hacer trampas.
- Fomenta el buen ambiente, el disfrute de la práctica deportiva porque no está reñido con la competición.
- Trabaja la comunicación y el buen trabajo en equipo con el resto de compañeros.
- Muéstrate cercano, que los niños no te teman, primero eres persona. Desde su primer encuentro ya contribuyes a la futura imagen del “árbitro”.
- Tú también puedes transmitir la pasión por el deporte que arbitras, y que no sientan los jugadores, entrenadores, público que estás al margen.
- Analiza, reflexiona y aprende de cada encuentro, con lo que has vivido y te han transmitido jugadores, entrenadores y compañeros. Cada partido tiene que servirte para aprender yavanzar. Y si tiene que haber fallos que sean nuevos.