2. Reducir la velocidad media. Cuando exigimos un menor rendimiento al motor, este necesita menos gasolina y por lo tanto gasta y contamina menos. Conducir a una velocidad excesivamente elevada, además de ser peligroso, es muy dañino para la salud del planeta.
3. Conducir con la marcha más alta posible. Esto provoca que el motor no vaya tan revolucionado y su nivel de exigencia sea menor, con lo que al fin y al cabo necesita menos combustible. La primera marcha solo se debe utilizar para arrancar y se debe cambiar a segunda tras dos segundos.
4. Planear los viajes para evitar las grandes acumulaciones de tráfico. Los atascos, donde debemos arrancar y parar el coche numerosas veces seguidas representan un gran gasto de combustible. Intentemos evitar las horas o días en los que podemos quedar atrapados en uno. Si vamos a estar más de 60 segundos parados es mejor apagar el motor.
5. No olvides pasar las revisiones de tu coche. Cuando el coche no está a punto también es más contaminante. Se estima que se puede ahorrar hasta un 4% de combustible si todos los elementos del motor funcionan correctamente y tienen todos sus niveles perfectos.
6. Cambiar el aceite es imprescindible para que el coche no gaste más combustible. La gran mayoría de los talleres procesan adecuadamente el aceite usado, pero recomendamos preguntar en nuestro taller qué prácticas llevan a cabo en este sentido.
7. Cuando echamos gasolina se recomienda no llenar el tanque hasta el máximo y cerrar muy bien el tapon inmediatamente ya que parte del combustible comienza a evaporarse inmediatamente y con gran facilidad.
8. Aparcar a la sombra o por lo menos en un lugar con menos calor también evita en cierta medida la evaporación de combustible en los meses de verano. Se recomienda igualmente proteger los cristales con parasoles u otros accesorios para posteriormente utilizar el aire acondicionado el menor tiempo posible ya que gasta mucho combustible.
9. Las ruedas juegan un papel fundamental en el gasto de combustible de nuestro coche. Hay que estar muy atentos a su nivel porque unas ruedas con una presión inferior a la recomendada por el fabricante provocarán un importante aumento en el consumo de nuestros coches.
10. Sustituir el coche por otras alternativas. Siempre y cuando sea posible, compartiremos coche con otras personas, intentaremos utilizar el transporte público o realizaremos trayectos cortos caminando o en bici. Esa es la mejor forma de no contaminar con nuestro coche ¡Dejándolo en casa!