Un estudio sobre comercio electrónico en Estados Unidos realizado el pasado 2016 preguntaba a una muestra representativa de norteamericanos cuáles eran los principales factores que les influenciaban en la decisión de compra online. Los factores que se destacaron en mayor medida fueron, como era de esperar, todos aquellos relacionados con el precio o con diferentes aspectos del servicio o de la marca. Pero, tras estos factores, más de 6 de cada 10 compradores online (64%) mencionó una 'navegación sencilla' como un factor que influía en su decisión de compra.
Leyendo entre líneas sí podemos apreciar la importancia de este factor, también en nuestro país. Así, por ejemplo, la última edición del estudio sobre comercio electrónico del ONSTI muestra que, para quienes no compran online, uno de los principales motivos para que sí lo hagan en el futuro es que sea más fácil comprar (27,2%). Y que para quienes sí que compran la principal razón para no considerar adecuada la versión móvil de los sitios web es la 'mayor dificultad en la navegación'.
¿Se ha hecho el suficiente énfasis en la facilidad de navegación?
Quizás no ha habido el mismo énfasis en resaltar que, además de eso, también debemos tener siempre en mente cuál es la experiencia del usuario de la web. Porque, al final, es él quien nos compra. Y no tiene sentido traer a muchas personas a su sitio web si, una vez allí, van a sentirse frustrados o molestos. Bajo esta perspectiva, la página tiene que ser intuitiva, sencilla y debe permitir al visitante obtener lo que quiere en pocos clicks.
La estructura y la navegación del sitio web es, por tanto, un elemento clave. Hablamos de todos aquellos elementos de la interface que deben articularse armoniosamente para ayudar a los usuarios a encontrar la información y las funcionalidades que necesitan. En definitiva, para hacer lo que han venido a hacer al sitio web.
¿Para qué sirve un test de navegación?
¿Cómo sabemos que la navegación por nuestro sitio web es óptima? Podemos obtener indicios de que algo está mal a partir de los feedbacks desestructurados de nuestros clientes. O, mejor aún, con datos de analítica web si la web ya está en línea. Podemos, por ejemplo, buscar puntos negros en los que se incrementen los abandonos de la web tras haber hecho un determinado recorrido por la misma. Pero incluso si los datos de analítica nos ayudan a identificar la existencia de un problema, habitualmente no nos proporcionan suficiente información para saber cómo resolverlo.
El estudio del comportamiento de los usuarios, un test de usabilidad, aporta mucha información sobre cómo las personas interactuamos con una página web. Observar y hablar con compradores/usuarios que navegan por el sitio web nos permite, por ejemplo, entender porque los visitantes de un web de eCommerce están abandonando el proceso de compra e identificar una solución adecuada.
¿Qué elementos de usabilidad tener en cuenta al hacer un test de navegación?
- Diseño de la navegación. El diseño de la navegación del sitio, es decir, menús, submenús, pestañas, carruseles, acordeones y otros recursos, ¿ayuda a los usuarios a encontrar lo que están buscando o necesitan?
- Modelos mentales. ¿El funcionamiento del sitio se ajusta a las expectativas que tienen los usuarios sobre cómo debería funcionar?
- Comprensión de terminología e iconos. ¿El vocabulario y los símbolos utilizados se entienden fácilmente o bien necesitan aclaraciones adicionales?
- Relevancia de la información. La información que se muestra al visitante, ¿es relevante para él? ¿Hay elementos que le puedan distraer del recorrido que tiene que seguir?
- Tensión cognitiva. ¿Cuánta lectura, reflexión y toma de decisiones se pide que hagan los usuarios para conseguir llegar a su objetivo?
- Visibilidad del menú. ¿Están ocultas las opciones de menú correspondientes a actividades claves? ¿Seleccionarlas requiere algún tipo de esfuerzo?
- Opciones del menú. ¿Las opciones del menú disponibles permiten a los usuarios llegar rápidamente a su objetivo de navegación? ¿Hay demasiadas o demasiado pocas opciones? ¿Son suficientemente legibles?
- Redundancia de enlaces. ¿Hay demasiadas opciones para llegar a partes concretas del sitio? ¿Los usuarios pueden confundirse y no saber cuál es el camino y por dónde empezar?
- Pasos de navegación. ¿Por cuántas páginas/pasos tienen que pasar los usuarios hasta llegar a su destino final? ¿Hay pasos que pueden incentivar el abandono? ¿Pueden eliminarse?
- Funciones de búsqueda y filtros. ¿Debería incluirse una función de búsqueda en el sitio? ¿Los usuarios son capaces de encontrar lo qué están buscando mediante la búsqueda? ¿Qué filtros podrían ayudar a los usuarios a encontrar lo qué están buscando?
En definitiva
Un test de navegación y de usabilidad constituye una herramienta imprescindible para ir más allá de la subjetividad que todos tenemos, seamos expertos, diseñadores o responsables del web. Mediante el análisis del comportamiento de usuarios reales que navegan por nuestro sitio podemos salir de nuestra burbuja estética y creativa y observar, desde una nueva perspectiva, problemas en la arquitectura de información o en los flujos que siguen los usuarios que nos habían pasado por alto.
Ciertamente un test de navegación o de usabilidad fiable, diseñado y conducido por investigadores formados y de confianza, tiene un coste económico. Podríamos tener la tentación de ahorrárnoslo. Sería una grave equivocación: el coste de no detectar errores graves de usabilidad en el momento oportuno del diseño siempre acaba siendo muy superior.