10 Cosas Que Hacer Cuando No Sabes Qué Hacer

Por Boxvot @boxvot
El aburrimiento, el gran enemigo de la sociedad del siglo XXI. Dicen que por culpa de los smartphones, el 4G y el WiFi ya no sabemos aburrirnos. No somos capaces de esperar a que pase el autobús sin sacar nuestro móvil del bolsillo (porque ya no lo llevamos ni en el bolso) y revisar todas nuestras notificaciones de Facebook e Instagram, contestar a todos los whatsapps de grupos o jugar al juego que nos hayamos enganchado esa semana. Y es que precisamente porque ya no sabemos aburrirnos es cuando más rápido nos aburrimos, por muy paradójico que resulte.

Entonces llega ese momento en el que nos subimos por las paredes porque no sabemos qué hacer. Tirados en el sofá, haciendo zapping entre programación basura y nos cansamos hasta del móvil. Sin embargo, como estamos tan poco acostumbrados a aburrirnos no tenemos ni idea de qué hacer en estas situaciones. Pero no te preocupes, porque para evitar esto tenemos esta entrada. Una tarde de lo más simple, normal y aburrida puede convertirse en épica y marcar por completo tu vida con una de estas 10 cosas que puedes hacer cuando no sabes qué hacer. Lo único que requieren es que levantes tu trasero del sofá.
1. Coger tu libro preferido y volver a leértelo de una sentada.
2. Asaltar la nevera y ponerte a inventar platos con lo que pilles.
3. Sentarte en una cafetería y ver cómo la vida sigue a tu alrededor.
4. Llamar a ese amigo con el que hace siglos que no hablas.

5. Subirte a un metro o autobús al azar y bajarte en una parada desconocida para descubrir esa parte de la ciudad en la que nunca has estado.
6. Rebuscar entre tus discos viejos y darle al play a esa canción que no podías dejar de escuchar años atrás.
7. Calzarte las zapatillas y salir a quemar suela por una carretera solitaria.
8. Subirse al coche y conducir hasta que encontrar un pueblo con un nombre original como Pepino, en Toledo, o Espolla, en Girona.
9. Pasar de las series en streaming y Popcorn Time e ir al cine solo. (¡Compra palomitas!)10. Encender el ordenador, buscar vuelos y comprar el billete más barato para ese mismo día. No importa el destino.