"10 cosas que he aprendido de mi hijo es un carnaval de blogs cuyo propósito es hacernos reflexionar, compartir, reír, emocionarnos y facilitarnos una mirada en retrospectiva acerca de cuánto hemos aprendido desde que emprendimos el camino de la maternidad."
Hace semanas que tengo pediente este post. Pero existen preguntas que me encanta que me ronden, que me acompañen, que me sorprendan en cualquier momento y me den la posibilidad de bucear en mi, de detener el tiempo y ver con otros ojos lo cotidiano que me rodea, de encontrarme y re-significarme en las respuestas que voy encontrando. Por supuesto Louma desde este carnaval de blogs ha hecho una de esas maravillosas preguntas y llevo casi un mes saboreándola, descubriendome a través de ella.
He encontrando muchas, muchisismas cosas para escribir y he decido decantarme por aquellas que han marcado un antes y un después, que me han dado una nueva perspectiva y que le han dado vida a mi vida.
Pues a qui va: en estos 3 años, 1 mes y 24 días de vida (y 3 años, 10 meses y 20 días desde su concepción) Kyara me ha enseñado que:
Soy mamífera, y en lo que a mi cría respecta me guía el olfato, el instinto, el cuerpo, la intuición.
El amor, la risa, el juego, el disfrute, los mimos, la presencia nunca son demasiados y siempre hay tiempo para ellos
Tengo tetas, útero, ovarios y están al servicio de la vida.
A escuchar, escucharla, escucharme, escucharnos y a observar, observarla, observarme, observarnos
Dar vida es un privilegio y una responsabilidad. Soy su madre, crío una hija, no tengo una hija.
El amor es concreto, es contacto, es cuerpo, es presencia y se traduce en escuchar y atender sus necesidades. No basta con amarla con locura, importa la seguridad que ella adquiere sobre ese amor, el respaldo que implica saberse amada incondicionalmente.
No hay mejores juguetes que las cebollas, los ajos, las cajas, las monedas, el agua, la tierra, las piedras. Ni mejor juego que correr bajo la lluvia,hacer torres para luego derribarlas, pintar la nevera, bailar…
Los paseos memorables son aquellos que hacemos sin prisas ni apuros, los que permiten descubrir el paso de una hormiga, el calor del sol, el desnivel de la calle…
El principal obstáculo para vincularme con ella de la manera que deseo son mis propias sombras y demonios. Son mis barreras y carencias las que nos distancian.
Y sobre todo, que la maternidad transforma y humaniza. A través de la maternidad/paternidad consciente otro mundo es posible, porque no solo criaremos seres humanos con experiencias vitales basadas en el amor y el respeto si no porque en el acto de transformar las pautas de crianza y educación nos transformamos nosotros. Nos re-creamos y re-significamos como seres amorosos, respetuosos, responsables.
Gracias Kyara! y gracias Louma!