Amor, amor, amor, amor ¿qué haríamos sin amor? forma parte de nuestro ADN y a veces ni siquiera necesitamos pretextos para poder hablar de aquello que nos hace vibrar, sonreír, disfrutar y a veces hasta llorar. ¿Pero qué pasa cuando el amor te llega por sorpresa? En ese mal timming en el que guardas a la cursi y sacas la careta de ruda y cuando estás lo suficientemente dolida como para enfrentarte a otra “decepción”.
Te llama, te busca y sales con él. Total lo que quieres es divertirte. Le picas el orgullo diciendo que sales con alguien más y sigues jugando a ese quiero pero no quiero. Él puede que se sienta mmm digamos dolido por tu desgarradora sinceridad y se plantea dos escenarios:
- Mandarte a volar
- Conquistarte hasta que caigas
Decide no mandarte a volar y empieza a conquistarte y tú, sigues jugando a no enamorarte. Los expertos podrían decir que tu actitud es una excusa que engloba miedos, fracaso y demás marañas. Pero yo digo que sólo te haces la tonta porque admitámoslo nos gusta ser drama queen y nos encanta decir no cuando queremos decir sí. Y cuando pasan los años y te vas volviendo mayor, es tu escudo para parecer cool, toda una “open mind” aunque en el fondo te mueras por las rosas, la cena romántica y las serenatas de madrugada. De ahí que aceptamos relaciones “abiertas” y hasta aceptamos vivir con el chico sin casarnos y aunque en el fondo te mueras por hacerlo, de dientes para afuera pregonas – Pero en estos tiempos NADIE se casa HELLLOOOOOO! -
Tranquila no contaré nuestro secreto pero tu y yo sabemos que cambiamos a Ken por los muñecos de carne y hueso y siempre siempre siempre que nos gusta un chico fantaseamos con soy la Sra de y te imaginas la combinación de apellidos. Hijo incluido. Pero ante los ojos de ÉL somos rudas y verdaderas drama queen – si me quiere que me busque – si me quiere que me ruegue -.
Con suerte el chico en cuestión saca a relucir su naturaleza cavernícola y se dispone a cazarte. Y cuándo lo hace ¡PUM! terminas odiándolo porque descubres que lo ruda ruda ruda no se te da y por más que quieras seguir jugando pues caes redondita a sus pies.
Emulando a Kat Stratford en 10 cosas que odio de ti (10 things I hate about you | Gil Junger 1999) aquí eso que odias de él y lo haces, porque te gritan a los cuatro vientos que estás profundamente enamorada.
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Odio la manera en que me hablas
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Odio cuando te me quedas viendo así nomás
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Odio cuando me molestas
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Odio que siempre tengas razón
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Odio cuando mientes para hacerme sentir bien
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Odio que me hagas reír cuando sólo quiero llorar
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Odio que sepas lo que quiero sin que te lo diga
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Odio que me hagas cosquillas cuando sólo quiero pelear
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Odio que conozcas mi lado débil
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Odio el no poder odiarte más
Es en este escenario cuando tu careta de ruda se cae y queda al descubierto esa faceta cursi que todaaaaaas tenemos.
Amor, amor, amor. ¿Qué haríamos sin el amor?
Hay una razón por la que dos personas permanecen unidas: Juntos encuentran lo que no puede haber con nadie más.