Cuando murió la madre de un pequeño chimpancé en un zoo de Rusia, uno de los empleados se llevó el mono a su casa para cuidarlo.
Lo que nunca se pasó por su mente era la idea de que su perra, una preciosa hembra de Mastín Napolitano recién parida, fuera a adoptar al mono, incluso haciendo de él uno más de su camada, mezclado con sus propias crías y compartiendo la comida y la cama.
A jugar por la mirada de la perra que se aprecia en las fotografías, parece que no entiende como es posible que uno de sus cachorros le pueda cojer la mano.
El caso es que el amor de la perra por el pequeño mono es incondicional, como demuestra que adoptara al pequeño mono de forma totalmente natural.
Algo que sin duda nos hace pensar. ¿Verdad?