Sin restricciones, sin dietas, sin sacrificio, sin soluciones mágicas pero con un poco de auto-control
Durante mucho tiempo tuve problemas de obesidad. Y a la larga me di cuenta de que tenía que ver más con la ansiedad que con una cuestión hormonal. De mi familia, la mitad tenemos propensión a engordar y los otros pueden comer lo que quieran y metabolizarlo mucho mejor. Si, la vida es injusta y no todos somos iguales en eso, pero si es verdad que al menos hay diez cosas seguras que podemos hacer para bajar y mantener nuestro peso.
1- No evites ningún alimento.
El problema no son los hidratos de carbono, los dulces, las harinas, las pastas. El real problema es el exceso y la dosis que puedes ingerir de cada uno. Claro que no es lo mismo comerse una planta de lechuga que una bolsa de dulces, aunque la bolsa parezca aún más chica que la lechuga, pero no debes privarte de comer caramelos por eso. El resultado al saber que no tienes nada “prohibido”, reduce la ansiedad.
2-Cuida estrictamente las cantidades.
Un plato en el almuerzo y otro en la cena. Bien distribuido, bien combinado. Con al menos la mitad de vegetales, eso es lo ideal. Claro que a veces es virtualmente imposible porque no combina, pero si almuerzas pastas solas, a la noche prueba con una ensalada para equilibrar. Lo mismo en desayuno y merienda. Dos rodajas de pan con dulce, no medio paquete. Cinco galletas pequeñas o dos grandes. Aunque algo sea demasiado apetitoso, no te excedas, no es el fin del mundo y en otra ocasión volverás a probarlo. Quizás al día siguiente.
3-Si no te gustan los ejercicios, camina.
No sólo es saludable para el sobrepeso, sino también para el corazón, el sistema circulatorio y la mente. Si no lo has notado, a los pocos minutos de emprendida una caminata la mente se te hace más lúcida. No es necesario que sean mas de un par de kilómetros al día. Pero no dejes de hacerlo.
4-Respeta los horarios de las comidas.
Que sean 4 o 6 veces al día, es indistinto si las porciones son pequeñas. Las colaciones a veces nos dan la energía necesaria. Tampoco hay que sacrificarse con que sea un tallo de apio o una fruta cada día, cuando se puede alternar con una barra de cereal o un alfajor. El tema es que no se convierta en hábito una dosis de azucar en exceso.
5-Utiliza edulcorantes con moderación.
En lo personal no me gustan ni el stevia, ni los líquidos. Combino las azúcares light (tienen la mitad de las calorías) con la mascabo (más rica y natural) o algún sobre de aspartamo cada tanto. Muchos sostienen que es un veneno que se va depositando en el organismo. No conozco ni escuche hablar de muertos por envenenamiento por Splenda. Una vez más, el problema es el exceso.
6-Comienza a anotar en un cuaderno cada cosa que te llevas a la boca.
Hazlo por varios días. No toda la vida, no como hábito para que no se convierta en obsesión. Pero sí es la única manera de ser conscientes de como nos auto engañamos en las cantidades y veces que ingerimos alimentos. Sirve de mucho.
7-Pésate todos los días.
Aquí no hay problema de que lo tomes como método, pero es importante que sepas que el cuerpo “se acomoda” y no responde a diario según la actividad de inmediato. Por eso lo ideal es pesarse todos los días, luego sumarlo y dividirlo por 7 (cada día de la semana). El resultado te dirá, comparado al del resto de las semanas, si bajaste o no. Nota: Yo le tenía terror a la balanza, convertir en hábito te lo quita. Llegará un momento en que no lo harás más, por tedio, pero ya seguro de lo que estás haciendo.
8-No cuentes calorías.
Error. Eso si es una obsesión además de un método inexacto. No todos quemamos las calorías de la misma manera y por eso mismo existen los nutricionistas y especialistas que sacan nuestros índices de masa corporal personalizado y nos dicen que hacer, pero no debemos incurrir en el error de creer que los contadores de calorías son una salvación.
9-No te satures de agua, no consumas mucho de nada.
No hay dietas milagrosas, el agua que bebemos siempre es la que pide el cuerpo y la que necesitamos. Serán dos litros, como se aconseja pero no por beber a cada rato y convertirnos en surtidores vivientes estaremos aportando mucho a nuestra salud. Muchos alimentos tienen agua y la incorporamos también de esa manera sin beberla.
10-No hagas dieta, forma un sistema de vida.
Esta lista de consejos y algún otro más que pueda darte un especialista, son la base de una alimentación equilibrada. Y cuando digo equilibrada me refiero a que contenga de todo a conciencia, frutas, verduras, fibra, hidratos, azúcares, etc, etc. Lógicamente si eres diabético o celíaco no puedes seguir este tipo de alimentación, pero sin trastornos estamos preparados para procesar en nuestro cuerpo todo lo que sea rotulado como alimento, siempre que sea de forma variada y en porciones pequeñas (no digo razonables para no dar margen de error).
Y te doy un plus: No te entusiasmes con una baja demasiado rápida de peso. Si tienes bastante exceso y comienzas a cuidarte, habrá un descenso rápido evidente, luego irá mucho más despacio. Pero a no desanimarse ni a intentar ayuno, porque el efecto REBOTE existe y es una pesadilla.
Doy estas recomendaciones por propia experiencia, pero por supuesto, también recomiendo FERVIENTEMENTE la asistencia al profesional de cabecera para obtener una dieta específica y balanceada.