Y tras pensar y pensar y pensar y pensar y defecar y pensar y matar y pensar y etc… ¡Di con la idea del siglo! Enseñaros diez simples formas de enfrentaros a un vampiro en el desayuno.
Para ello vamos a necesitar:
- Cuchara: Dudo mucho que tengáis una estaca mientras desayunáis así que la mejor arma que tendremos será la cuchara, ni una pata de una mesa/silla, ni una pistola ni siquiera una espada, no, una cuchara. Pero oye, si tenéis la estaca no sé qué diantres hacéis aquí y no estáis leyendo alguno de mis relatos.
- Vampiro: En el improbable caso de que un vampiro no os ataque a plena luz del día y mientras desayunáis plácidamente en vuestro salón o cocina, necesitaréis conseguir un vampiro. Esto es muy fácil, podéis ir a la ferretería y encargar uno (Tardará aproximadamente unas 24 horas en llegar) o, como yo os recomiendo, ir al chino de al de casa y comprar un vampiro de crepúsculo. ¿Inconveniente? Son demasiado pálidos, sin saber por qué el cielo se tornará oscuro y son un poquito racistas, corregidme si me equivoco pero creo que no hay ningún vampiro negro de crepúsculo. Además, si sois unos cabrones podéis deslumbrar a los coches mientras lo lleváis a casa; por lo de que brilla y eso.
- Saga completa de Crepúsculo: Por favor, no confundamos con toda la filmografía. Pero si tenéis las dos cosas mejor.