1. La ciudad perdida de Z, de David Grann. Lo tengo desde hace años en la estantería, y me tienta muchísimo. A ver, es una expedición al Amazonas en busca de la ciudad de El Dorado. Normal que me fascine. Pero nunca encuentro el momento. No obstante, no tardaré demasiado ya que quiero leerlo antes de que salga la adaptación cinematográfica.
2. Emma, de Jane Austen. Lo he cogido de la estantería como un millón de veces, en serio. Pero nunca llego a abrirlo, siempre se pone en medio algún otro. Este año es el bicentenario, así que espero animarme.
3. Criadas y señoras, de Kathryn Stockett. He aquí la prueba viviente de que no hay que ver la adaptación antes de leer el libro. La película me gustó mucho y sé que el libro me va a gustar muchísimo más, pero cada vez que lo miro pienso en que ya sé lo que va a pasar. Mejor ir a por otro desconocido.
4. La indomable Sophia, de Georgette Heyer. Según tengo entendido es algo así como la precursora del género de la novela romántica histórica -sus novelas fueron publicadas a principio/mediadios del siglo pasado-. Sin embargo, no tiene demasiado en común con las autoras de hoy en día; su obra está inspirada en Jane Austen. Si estoy equivocada, que alguien levante la patita. Y mi escusa es que tengo las expectativas muy altas y me echan para atrás.
5. Choque de reyes, de George R. R. Martin. Esto tiene una explicación muy simple. Me encantó Juego de tronos, de verdad, pero mi hermano me regaló el segundo en formato bolsillo -ya sabéis, en dos tomos con letra minúscula-, y cada vez que lo abro mis ojos lloran de sufrimiento.
6. El jinete de bronce, de Paullina Simons. Si dejamos de lado las expectativas también en éste, el problema que siempre encuentro es que es una trilogía, y eso en las historias románticas no me atrae demasiado. Siempre me digo que cuando tenga Tatiana y Alexander y El jardín de verano lo comenzaré. En fin.
7. La historia interminable, de Michael Ende. Veamos, pertenezco al grupo de personas que no lo leyó en su infancia, en cambio sí que creció con la película. Sin andarme por las ramas, lo mío es miedo a que sea demasiado tarde para que me fascine. Por poner un ejemplo, ahí está La princesa prometida. Y, bueno, digamos que cada vez que me acerco al libro estoy una semana con la cancioncilla en la cabeza. Algo así como "neverending story aaah aaah aaah ♪"
8. El mar de los monstruos, de Rick Riordan. Leí el primero, El ladrón del rayo, hace un tiempo, y aunque me gustó, no llegó a estar a la altura -para mí, por supuesto- de la trilogía de los Kane. Así que es un constante sí pero no.
9. Tokio blues, de Haruki Murakami. He puesto un libro al azar, ya que el que verdaderamente pospongo es a Murakami. Tengo seis de sus novelas en la estantería pero todavía no he leído ninguna. No hay una explicación coherente para ello. Seguramente siga haciéndome con sus libros. Yo soy así.
10. El gremio de los magos, de Trudi Canavan. Ehem, ahora es cuando alguien me asesina. Tengo la trilogía esperando desde hace milenios. ¡Y le tengo ganas! Pero debe de haber algún tipo de campo de fuerza a su alrededor, no es mi culpa. De verdad.
Contadme, ¿coincidís conmigo en alguno? ¿Los habéis leído u os pasa como a mí?