10 películas que NO merecían haber ganado el Oscar

Por Cinéfilo Criticón @cinefilocritic

Hace unos días publiqué un artículo concerniente a los premios de la Academia, o sea los Oscar, cuya próxima edición será este 22 de Febrero, por cierto; en dicho artículo mencioné 10 grandes películas de la historia del cine que perdieron la distinción a mejor película del año, galardón que representa fama y poder en la industria fílmica más importante del planeta: Hollywood. Hoy les comparto otra lista de películas, en este caso de aquellas que no merecían tal premiación. Ya sea porque las otras competidoras tenían mejores argumentos o simplemente porque la ganadora quedaba a deber en más de un aspecto. No confundir, hubo películas ganadoras inferiores a otras nominadas, pero al menos tenían ese “algo” que las hizo inolvidables y que no provocaron el disgusto en nadie al haberse coronado Mejor película del año, título que, seamos sinceros, tampoco es que sea cien por ciento verdad.

Argo – 85th Ceremonia del Oscar

Uno de los casos más infames e incomprensibles de los últimos años. Acá no se premió a la calidad fílmica ni mucho menos sino a una serie de intereses políticos que dejan en evidencia el poco compromiso de la Academia hacia con el séptimo arte. Ben Affleck, el niño mimado de Hollywood, ofrece un relato patriótico e irregular que logra salvarse por grandes secundarios y secuencias filmadas correctamente, sin embargo, como ya es costumbre en la filmografía de Affleck, la película se pierde en el horroroso cliché de “héroe americano salva al mundo”, comandado por un soso e inexpresivo Affleck como protagonista total del relato. Ese año hubo cintas abismalmente superiores como la brutal Amoure de Haneke, la hermosa Life of Pi de Ang Lee, la conmovedora Los juegos del destino de David O. Russell y la aterradora La noche más oscura de Bigelow.

The Hurt Locker – 82th Ceremonia del Oscar

Un caso igualmente incomprensible aunque no tan descarado como el de Affleck. Sabemos que a los americanos les encanta el cine bélico y más aquél en el que son protagonistas absolutos. La guerra en medio oriente, a raíz de los atentados del 11 de septiembre, no debería ser un tema tan cotidiano y normal, sino algo de que preocuparse.  Kathryn Bigelow, grandiosa cineasta, nos ofrece un relato sobre el miedo, el miedo a la muerte en una guerra innecesaria y ridícula. La historia sigue el día a día de un escuadrón elíte que se dedica a desactivar bombas. Menudo trabajo. Y la película como tal es interesante, endiabladamente bien filmada y editada y con actuaciones más que acertadas, sin embargo, mi mayor queja es que hicieron de éste trabajo fílmico la séptima maravilla del cine, valga la redundancia. Y es que a la Academia le ganó el nacionalismo y el patriotismo antes que la relevancia y trascendencia de la película. ¿Alguien se acordará de ella? Lo dudo. Encima ese año había cintas más arriesgadas y memorables como la belleza que resultó ser Una educación de  Lone Scherfig, el divertidísimo drama bélico Bastardos sin gloria de Tarantino o el desgarrador relato de amor Up de Pixar.

Sin lugar para los débiles – 80th Ceremonia del Oscar

Que los hermanos Coen sean unos de los grandes directores del cine no es ninguna novedad, aunque en años recientes su calidad ha disminuido considerablemente si lo comparamos con sus primeras obras; lógico, hay un desgaste creativo que es afectado por el transcurrir de los años. Sin embargo, creo, que tuvieron mejores cintas que pudieron competir por el Oscar a mejor película que ésta que nos ocupa; una cinta con aires de cine negro filmada brutalmente pero que queda corta ante una gran premisa y un aún mejor antagonista. Estéticamente es perfecta, no hay duda, y actoralmente cumple en todos sus aspectos, sin embargo queda a deber en una historia que no solamente queda inconclusa sino que da la sensación que más que ser un relato fílmico es una mera anécdota. Pasó sin pena ni gloria por todos los países del mundo, salvo Estados Unidos, donde vieron algo trascendente que el resto de nosotros no vimos. Ese año debió ganar la desgarradora y hermosa Petróleo sangriento de Paul Thomas Anderson.

Crash – 78th Ceremonia del Oscar

Un caso vergonzoso, no precisamente porque la película en cuestión fuese fallida sino porque hubo un movimiento conservador en Hollywood para que una película con temática homosexual no ganase. Si, hablamos de Secreto en la montaña, de Ang Lee, película que narra la relación prohibida entre dos vaqueros americanos. Un tema taboo que en Hollywood se negaron a reconocer y prefirieron, de mala manera, premiar a una película que no contaba nada nuevo y que se fue por la fórmula simple y efectiva de historias cruzadas entre personajes deprimentes y con mala suerte en la ciudad de Los Ángeles. Ya saben, una película cien por ciento americana, no aquél horrible y bochornoso relato de una pareja gay. No creo que Crash sea una mala película como tal, creo que tiene momentos de lucidez y gran cine por ráfagas, pero se queda muy corta como conjunto de piezas. No tuvo ni que haber estado nominada a mejor película.

Chicago – 75th Ceremonia del Oscar

Ridículo, es la palabra. No necesariamente porque la película fuese un desastre o algo similar, sino porque hubo una película llamada El pianista que ganó Mejor guión, Mejor Actor y Mejor director. Si esas tres distinciones no te otorgan el premio a Mejor película, bueno, algo estarán haciendo mal los de la Academia. Ojo, es igualmente entendible que una película no gané esas distinciones y aún así sea como conjunto mejor película, tal como sucedió el año pasado con 12 años de esclavo, pero acá no fue el caso, ni por cerca. El espectáculo visual y sonoro de Rob Marshall es un entretenido y divertido musical que narra el ascenso y caída a la fama, ya saben, una historia original. En cambio, el relato inhumano y cruel de Roman Polanski trasciende barreras culturales y nos ofrece gran cine, de ése que vale la pena ver una y otra vez.

Shakespeare enamorado – 71th Ceremonia del Oscar

Un caso algo extraño, es lo que me viene a la mente. Y hay dos razones para tener mis dudas, la primera: Rescatando al soldado Ryan maravilló a medio mundo y la crítica americana la adora, siendo elegida la mejor película del año por todos los medios habidos y por haber; la segunda: Steven Spielberg, el hombre más poderoso y querido en Hollywood. ¿Por qué no le dieron el Oscar a mejor película? Lo primero que me vendría a colación serían motivos políticos pero luego repaso que cintas más patrióticas e inferiores han ganado como Argo y The Hurt Locker. Resulta igualmente curioso que de las ganadoras a Mejor película, Shakespeare Enamorado sea la menos recordada, es más, creo que son contadas con los dedos de las manos las personas que la vieron o han visto. Un relato de época con grandes actores no suena a algo que guste a la mayoría del público, o al menos no tanto como otro tipo de géneros. ¿Merecía ganar? No.

Gandhi – 55th Ceremonia del Oscar

Ya sabemos que a la Academia le gustan los relatos biográficos y más aún cuando reconocidos actores dan vida a grande personajes de la historia. Les encanta. Y acá no fue la excepción. Retratar la vida de un gran hombre como fue Mahatma Gandhi no es tarea sencilla, lo reconozco, y solo por ello se amérita la nominación. ¿Pero en verdad cumple con las altas expectativas y resume la vida del hombre detrás del movimiento de libertad en India? Quizás no. Pero más importante aún, ¿alguien sabe la película con la que competía ese año? Quizás el título les suene: E.T. El extraterrestre de Spielberg. Casi nada. Uno de los clásicos más amados por todo el mundo y un filme imperecedero, inolvidable, mágico y único. En esta edición quedó por sentado que la Academia no solo detesta la ciencia ficción y fantasía, sino que muy probablemente no comparten la idea de que una película que recauda millones en todo el mundo merezca la distinción de Mejor película. Porque es impensable que una cinta comercial gané en unos premios que premian al arte como principal exponente. Quizás años después cambiaron de idea con Titanic de James Cameron.

Kramer vs Kramer – 52th Ceremonia del Oscar

Ésta es un poco complicada de juzgar, precisamente porque es una muy buena película. El punto de comparación radica en que dos de las películas con las cuales competía aportaron mucho más al cine de lo que hizo este sencillo, pero poderoso, relato sobre el divorcio. Es un drama efectivo que se mantiene en pie debido a su reparto, donde sobresalen Dustin Hoffman y Meryl Street, pero que como narrativa trascendental ofrece nuevos riesgos. Por el contrario, el drama bélico de Francis Ford Coppola, Apocalipsis Now, va mucho más allá de lo que pudiera pensarse, un film potente y aterrador con un impecable acabado técnico que aún en nuestros días sigue analizándose en escuelas de cine por el poderoso legado que dejó técnica y narrativamente hablando. La otra película que igual competía ese año a Mejor película es una genialidad, estamos hablando de All That Jazz de  Bob Fosse, película que narra los últimos días de vida del coreógrafo y director de teatro Joe Gideon. Un espectaulo artístico que nos deja boquiabiertos y con una sonrisa satisfactoria al acabar el visionado. Curiosamente ambas películas ganaron en Cannes.

Annie Hall – 50th Ceremonia del Oscar

La película más sobrevalorada de Woody Allen e inexplicablemente ganadora, bueno, la verdad no es tan raro, puesto que al igual que E.T. El extraterrestre, ese año la clara favorita era otra fantasía combinada con ciencia ficción: Star Wars Episodio IV. Ya lo aclaré líneas arriba, por aquellos años la Academia era más conservadora y trataba, aunque se engañaban, de premiar al cine artístico y que no fuese comercial. Con tal de no premiar a esa maravilla fílmica que supuso un parteaguas en el cine de blockbusters, la Academia decidió premiar un relato mil veces visto de Allen de las relaciones de pareja. Manhattan, La rosa púrpura del Cairo, Zelig y recientemente Medianoche en París, todas de Allen, son abismalmente superiores a la película que le dio el Oscar a Mejor Película. Esto no lo digo como alguien que aborrezca a Allen o que sea un fan de Star Wars, sino como alguien que entiende el cine como catarsis emocional y cultural que rompe barreras y deja un legado para futuras generaciones. Una de las películas listadas aquí lo logra, la otra, no.

¡Qué verde era mi valle! – 14th Ceremonia del Oscar

El más grande error de los premios Oscar que aún en nuestros días no logran quitarse de encima. Y es que si los de la Academia estaban pensando en construir unos premios que reconocieran lo mejor del cine artístico y no el comercial, bueno, empezaron con el pie equivocado. De la película de John Ford diré nada, lo que preocupa y me llama la atención es que Ciudadano Kane de Orson Welles, cinta mítica y resguardada con receloso como obra patrimonial de Estados Unidos para el mundo, no ganasé el Oscar que hubiese dado seriedad a dichos premios. Es un pecado que los premios van a seguir arrastrando por siempre y una enorme injusticia a una película y un sujeto, Wells, que revolucionó la forma de hacer cine en Hollwyood y que aún en nuestros días es referencia obligada para todos los cineastas.