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10 personajes que creíamos de ficción y existieron en realidad

Publicado el 09 abril 2017 por Raude44 @RAUDEENLARED

10 PERSONAJES QUE CREÍAMOS DE FICCIÓN Y EXISTIERON EN REALIDAD

Cuando hice las entradas sobre asesinos reales que fueron inspirados para el cine, me picó la curiosidad y quise desarrollar más la idea.

¿Habrá muchos personajes ya sea en la literatura o en el cine que siempre los hayamos visto como ficción y en verdad fueron reales?

Navegando por internet me he encontrado muchas entradas en los que hablaban una y otra vez de los mismos nombres o personajes a los que han cogido lo esencial en sus vidas para inspirarse en otro...

Incluso uno que se repite en esta entrada, pero que demuestro que se confunden y la historia es muy

distinta a lo que nos dicen.

El caso es que no voy a hablar de Úrsula de la sirenita, o de Shrek o de Beavis and Butthead, tampoco de Indiana Jones o casos así, de ese tipo de entradas veréis muchas... y no me terminaban de llenar esa historia con mi idea...

Si es verdad que me hubiera gustado meter en el pack a Robin Hood, pero queda muy dispersa la idea si fue realidad o mera ficción, y si realmente existió, ¿quién demonios fue?, así que finalmente, aunque me quede con las ganas, lo descarte por miedo a que lo que pudiese poner, no fuese real...

Así que al acabar, me salieron estos 10, aunque ha sido una entrada que me ha dado muchos dolores de cabeza buscando la originalidad y el convencimiento de la historia, lo que hizo que se retrasase para completar la lista:

1) EL ZORRO (WILLIAM LAMPORT/GUILLEN DE LOMBARDO)

¿El zorro existió en realidad? si, ¿nos vas a hablar entonces de Joaquín Murrieta? no. Por internet encontraréis bastantes referencias que el verdadero zorro se llamaba Joaquín Murrieta porque la vida de este personaje fue base para realizar el personaje de ficción, pero Joaquín no fue el zorro aunque en las historias si que se usaron partes de la vida de ese hombre.

William Lampart es el nombre del primer zorro, originario de Irlanda que se volvió pirata con el fin de hacer naufragar barcos ingleses. De esta forma acabó uniéndose a las tropas españolas y luchando contra las francesas y decidió cambiarse el nombre a Guillen de Lombardo.

Un lio de faldas con un marquesa le obligó a desaparecer del mapa, exiliándose en México y allí al ver el esclavismo con indígenas y africanos traídos como mano de obra, optó por buscar la independencia de México.

En medio de este objetivo, fue capturado y encarcelado por la Inquisición española durante 10 años, escapando y creando la fundación de "los hermanos de la hoja" que se dedicaron al contrabando de tabaco vistiendo de negro y con antifaz para no ser descubiertos. Otra de las peculiaridades era tener en la hermandad un código secreto en el que una de las claves era marcar a los soldados con una "Z" de Ziza (letra griega que para ellos significaba un relámpago) que después se interpretó como la marca del zorro.

¿Otra curiosidad? que uno de los tantos "zorros" que hubo fue Diego de la Vega y Gaxiola, nombre con el que se conoce al mítico zorro de la ficción, pero no fue el original.

Así que entre las historias del zorro se encuentran sucesos de la vida de Joaquín Murrieta, pero realmente el no fue nunca el zorro, sólo le sumó unas cuantas historias para hacer más grande la leyenda, obviando que estos fueron contrabandistas y resaltando su lucha a favor de la independencia mexicana, al fin y al cabo esa era también su ideología y el zorro original cumplió 10 años de su vida en la cárcel por defenderla.

10 PERSONAJES QUE CREÍAMOS DE FICCIÓN Y EXISTIERON EN REALIDAD

Aunque siempre se había pensado que Víctor Hugo había inventado dicho personaje como protagonistade su novela "Nuestra Señora de París", en 1999 unos papeles revelaron que el jorobado más representativo del cine y la literatura, realmente existió.

Los indicios de esta sorprendente revelación se desvelaron al adquirir el Museo Tate de Londres varias propiedades que un inquilino de Cornwall cedió a dicho museo tras mudarse de casa. Entre dichos artículos había siete volúmenes de la biografía de Henry Sibson, un escultor que se dedicó a explorar en vida diferentes lugares de Europa.

Sibson se encontraba en París durante la reconstrucción de Notre Dame y ayudó durante un tiempo en la misma, allí conoció a otro escultor jorobado que atendía al nombre de Quasimodo, que en latín se podría traducir como "casi humano" y a pesar de que su aspecto físico le apartaba de los demás por miedo a las represalias y vejaciones, fue uno de los que más empeño tuvo en la reconstrucción de la Catedral.

Obviamente la obra de Víctor Hugo también es de esa época así que no es de extrañar que conociera o hubiera oído hablar a los que allí trabajaban de Quasimodo, y el reputado escritor se inventó una historia que hizo más dramática si cabe, la vida que realmente tuvo.

Adrian Glew, prestigioso documentalista británico, dio veracidad a los documentos y las fechas y por tanto verificando que Quasimodo existió.

En los inicios de la Primera Guerra Mundial (1914), había un tren que transportaba tropas desde Winnipeg (Canadá) a Inglaterra, hizo una pequeña parada en un pueblo de Ontario.

El teniente veterinario Colebourn encontró en dicho pueblo a un trampero que llevaba una cría de oso a la cual había matado a la madre, creyendo que el futuro de esa osezna no iba a ser muy halagador decidió comprársela al trampero por 20 dólares y al llegar a Londres y no poder cuidar de ella, dejársela en cuidado al zoo. Curiosamente no fue un caso único pues las tropas canadienses dejaron en dicho zoo un total de cinco osos.

Cuando ya su guerra había acabado y debía volver a Canadá, en 1918, pasó por el zoo de Londres con el fin de recuperar a su osa, pero se arrepintió de dicha decisión porque se encontró con que Winnie (bautizada así por ser traída por la tropa de Winnipeg), era el centro de atención del zoo.

Su cariño y atención hacia los humanos era uno de los mayores alicientes del lugar, se dejaba tocar, daba abrazos, se sentaba con los humanos y lamía en la cara a quienes se portaban bien con ella y allí vivió hasta que murió en 1934.

Un niño londinense, habitual del zoo, se entretenía viendo como comía miel o trepaba a los árboles y su padre, Alan Alexander Milne, escribió un poema sobre Winnie the Pooh (y posteriormente varios libros donde su familia también era protagonista) , como cariñosamente denominaba su hijo a la osezna.

10 PERSONAJES QUE CREÍAMOS DE FICCIÓN Y EXISTIERON EN REALIDAD


En 1929, Elzie Crisler Segar trabajaba para el periódico The New York Evening Journal en una tira cómica titulada "Timble theatre". El 17 de enero, la pareja protagonista debía tomar un barco y para ello necesitaba crear al patrón del mismo.

No se le ocurrió otra cosa que centrarse en un curioso personaje de su pueblo, un hombre difícil de mirar y desdentado que pese a su estatura y peso se metía en cuanto podía en problemas y ganaba todas las peleas pese a ocupar un palmo respecto a sus contrincantes.

Frank "Rocky" Fiegel nunca se separaba de su pipa y pese a su estilo de vida decían que tenía gran corazón así que Elzie fue plasmando esa personalidad a su nuevo personaje, que pese a ser creado simplemente para esa tira cómica, se fue haciendo recurrente en las siguientes...

Tanto fue el atractivo de dicho personaje que le tuvieron que poner nombre "Popeye" (pop - eye = ojo chungo) y poco a poco se fue haciendo el protagonista absoluto de la tira, quitándole la novia al protagonista original (Olivia era su pareja) y creando muchos nuevos personajes en torno a la nueva aventura.

Lo más gracioso es que Frank se sintió encantado con ser un dibujo animado y cuando murió, años después de Elzie, no dudaron incluir en la lápida un dibujo de Popeye.

10 PERSONAJES QUE CREÍAMOS DE FICCIÓN Y EXISTIERON EN REALIDAD

Alexander Selkirk fue un marinero escocés que en 1703 se embarcó a bordo del galeón "Cinque Ports" con rumbo a Sudamérica.

En octubre de 1704 discutió con el capitán del barco y este entendió que podía haber un principio de amotinamiento con sus palabras, así que le hizo abandonar el barco dejándolo en el lugar con tierra más cercando, el archipiélago de Juan Fernández (Chile).

Allí permaneció a su suerte cuatro años y cuatro meses, sin saber nadie de su ubicación puesto que el "Cinque Ports" naufragó poco después de dejarle allí, cosas del karma... Hasta el 2 de febrero de 1709 que por casualidad pasó por aquella ubicación el barco Duke, que además de rescatarlo le devolvió a casa.

Llegado a Inglaterra fue entrevistado por Daniel Defoe , al que muy amablemente le contó los que sufrió durante los años que permaneció en el archipiélago y éste aprovecho para contar su historia dándole algún toque de ficción y cambiando el nombre de Selkirk por Robinson Crusoe.

Cuando Alexander se enteró que la novela más famosa de aquel siglo era su propia vida y que no había recibido un mísero penique por ello, le negó la palabra a Defoe y paso el resto de su vida en una cueva repleta de gatos en una montaña, alejado de la civilización.

10 PERSONAJES QUE CREÍAMOS DE FICCIÓN Y EXISTIERON EN REALIDAD

En 1966, el archipiélago Juan Fernández fue rebautizado como Robinson Crusoe y en el 2000 el japonés Daisuki Takahasi, explorándolo encontró varios utensilios del siglo XVIII, dando por hecho que pertenecieron a Selkirk.

10 PERSONAJES QUE CREÍAMOS DE FICCIÓN Y EXISTIERON EN REALIDAD

Se recogen varios escritos tres décadas antes que Herman Melville escribiese su famosa novela (1851).

El más famoso es el documento del oficial inglés Jeremiah N. Reynolds en 1839: "Este monstruo célebre, que había salido victorioso en centenares de batallas con sus perseguidores, era un viejo macho de cachalote, de tamaño y fuerza prodigiosos. Por efecto de la edad, o más probablemente por ser una deformidad de la naturaleza, como se ha exhibido en el caso del Albino Etíope, una consecuencia singular se daba: ¡era blanco como la lana!"

Sin embargo era conocido con otro nombre, similar al de la novela, pero no el mismo Mocha Dick, la ballena blanca del Pacífico. Era llamado así porque su primer avistamiento fue en la Isla Mocha (Chile)

También es verdad que en 1820, el ballenero Essex fue hundido por suponemos dicho cachalote,con ocho supervivientes que naufragaron por el Pacífico hasta llegar a la Isla Henderson, siendo encontrados y rescatados 91 días después. Dos de ellos relataron la historia que posteriormente se convirtió en la trama principal de la novela de Melville.

Se estima que Mocha Dick hundió más barcos, pero nunca hubo supervivientes que pudieran relatar la historia por eso la del Essex llegó a ser tan reconocida.

Esta historia no es sólo rizar el rizo, sino que tiene triple tirabuzón. Petrus Gonsalvus (Pedro González) nació en 1537 en las Islas Canarias con la enfermedad "hipertricosis universalis congenita" que hace que al paciente le salgar abundante peloen ciertas partes del cuerpo, sobre todo en toda la cara, hombros y espalda, pudiendo cubrir el 100% del mismo.

Hasta los 10 años permaneció enjaulado siendo una mera atracción popular y con esa edad fue entregado al rey Enrique II de Francia como obsequio. Éste le tomó en gran estima y quiso sacar el lado culto y refinado de "la bestia", dándole conocimientos que sólo se podía permitir la alta aristocracia y un buen sueldo como somelier del rey.

Por otro lado, la reina Catalina de Medicis pensó en aportar su granito de arena prometiéndole una esposa bella en contraposición a su físico, levantando con ello el castigo que Dios le había dado.

Cual fue su sorpresa cuando una de sus damas de compañía (Catherine) en verdad estaba enamorada de Petrus por lo tanto no tuvo que obligar a ninguna chica guapa a ello. En el fondo, pese a su apariencia de bestia, había un hombre culto, bien formado y que trataba muy bien a quien se le acercaba, quizás porque de pequeño había sufrido todo lo contrario.

La pareja concibió 7 hijos, de los cuales 5 portaron la enfermedad del padre y por desgracia uno de los que no, falleció en su infancia.

Pero... ¿termina aquí la historia? Pues no, hay un giro de tuerca más, tras la muerte de Catalina de Medicis, la casa real francesa otorgó como obsequio a tan singular familia al Duque de Parma, con la condición de que fueran tratados de la misma forma que en Francia. Este Duque le hizo un retrato para su colección personal, que con los años terminó en la "Cámara de Arte y curiosidades" del Archiduque de Austria Fernando II, siendo colgado su lienzo al lado del de Vlad Tepes (El conde Dracula) y de ahí también es seguro que se originó la leyenda del hombre-lobo y su conexión con Dracula.

Aunque en la película quisieron engordar su leyenda con gestas que no llegaron a pasar, si es verdad que Hugh Glass existió y fue atacado por un oso en agosto-septiembre de 1823, no en pleno invierno.

No es verdad que matasen a su familia, ni se tiene constancia de que tuviese en ese momento...

Fue reclutado como trampero junto a muchas otras personas, buscando pieles que posteriormente venderían y tuvo la mala suerte que un oso le dejó moribundo. El dueño de la empresa, al ver que no sobreviviría pagó a dos de sus hombres (un leñador llamado John Fitzgerald y un joven de 19 años llamado Jim Bridger) para que el acompañasen hasta su muerte y le dieran un merecido entierro.

Sin embargo al marcharse los demás estos vieron una pérdida de tiempo quedarse con una persona que apenas movía los ojos como máximo movimiento, así que se quedaron con sus pertenencias, armas inclusive, con el dinero del jefe, y le dejaron ahí en busca de los demás a los que dirían que había muerto.

Durante 6 semanas, no sólo no murió sino que recorrió 132 kilómetros, la mayoría a pie y algún tramo en canoa hasta Fort Iowa buscando venganza ante los dos que le dejaron morir allí. Revenant es una palabra con significado místico, que burdamente interpretamos como renacido, pero en realidad se refiere a un espíritu que viene del mundo de los muertos para aterrar a los vivos y por eso se ganó dicho mote.

En la realidad primero encontró a Jim y este le convenció que la culpa de todo fue de Fitzgerald y el sólo obedeció y cuando encontró a este último tuvo la mala suerte que se había convertido en soldado y por ello "propiedad de los EE.UU", no pudiendo matarle. En su lugar obligaron a Fitzgerald a devolverle sus armas y reponer las pertenencias y el ejército dio una suma de dineroa Hugh Glass para asegurarse que no reclamaría su venganza, cosa que aceptó...

Samuel Wilson tiene una curiosa historia que le llevó sin comerlo ni beberlo a ser la imagen de reclutamiento del ejército de los Estados Unidos vestido con colores que se podían identificar con la bandera.

¿Pero cómo un empacador de carne desconocido puede terminar siendo el Tío Sam? Pues porque tuvo la suerte de hacer negocio en"La guerra de 1812" entre americanos que buscaban la independencia y los ingleses.

En las trincheras estadounidenses se alimentaban de su carne enlatada o de los barriles de carne, todos debidamente sellados con las letras "U.S" (United States) en grande y su nombre Samuel Wilson debajo. Entre bromas los soldados, que se sentían bendecidos por poder alimentarse bien y adoraban a ese Samuel Wilson, jugaron con las iniciales "U.S" y en vez de United States, veían en ellas "Uncle Sam" (Tío Sam).

Poco a poco la tontería fue yendo a más y todos conocían al tío Sam, asi que un buen publicista se inspiró en uno de los retratos de Wilson creando un dibujo de él que mandaba sus compatriotas alistarse al ejército, perdurando éste hasta nuestros días.

10 PERSONAJES QUE CREÍAMOS DE FICCIÓN Y EXISTIERON EN REALIDAD


Pues sí, la película de Richard Gere que más lágrimas ha coleccionado dentro de su filmografía está basada en una historia realocurrida 70 años antes y en Japón.

El profesor Ueno, perdió a su perra y su hija que por aquel entonces vivía con él decidió comprarle otro perro de la raza Akita. Pero la empresa a la que se lo compró estaba muy lejos de dónde vivían y no se les ocurrió otra cosa que siendo meramente una cría empaquetarlo y llevarlo en un tren con el resto del equipaje.

Al llegar el paquete a casa todos le dieron por muerto pues apenas se movía, teniendo las patas delanteras rotas mirando hacia fuera. Ueno enseguida se puso manos a la obra y con paciencia y biberones consiguió revivir a la cría bautizándolo como Hachi (Ocho), ya que sus patas estaban de igual forma que la representación escrita de dicho número.

Al casarse su hija y marcharse de casa pensó dar a Hachi a alguien que buscase un buen perro, pero al final le cogió tanto cariño que se lo quedó, a sabiendas que durante buen parte del día no podía cuidarlo por el trabajo.

Su escuela estaba lejos y por tanto se desplazaba a ella todos los días en tren, donde iba acompañado de Hachi, que le esperaba en la estación hasta su vuelta. Pero un día un ataque al corazón en la escuela acabó con el bueno de Ueno y Hachi le siguió esperando en la estación el resto de su vida (9 años), alimentado y cuidado por la gente que pasaba o trabajaba allí y que conocían la historia.

En Japón es considerado todo un héroe que representa la fidelidad, así que fue disecado y su cuerpo se expone en el Museo Nacional de Ciencia de Japón, además de tener varias esculturas por todo el país a las que tienen verdadero respeto y veneración.

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