10 posibles fracasos en Agencia Libre

Publicado el 06 marzo 2017 por Primeroydiez @Primeroydiez

Cada año encontramos jugadores que reciben contratos exorbitantes en los primeros días de la Agencia Libre de la NFL; contratos que de primera instancia se califican como “sobre pagados” y “no merecidos” entre otros calificativos similares.

No podemos negar que hay equipos con la idea de que están a un par de jugadores de ser contendientes y si a esto le agregamos que año con año hay más dinero para gastar, la primera consecuencia es que el título de “el mejor pagado de su posición” se le adjudica cada offseason a alguien distinto.

En 2017 hay algunos nombres en la lista de agentes libres que recibirán grandes contratos y podrían no vivir a la altura de las expectativas. Esta es una lista, en orden alfabético, de posibles fracasos en la Agencia Libre.

Adrian Peterson, RB.

Sabemos que un corredor de más de más de 30 años tiene un tufo desagradable, sin embargo estamos hablando de un talento generacional como el de Peterson.

Será vital que el equipo que lo contrate no caiga en la tentación de querer usar a este jugador como elemento principal de su ataque bajo el argumento de su desempeño histórico, ya que será ahí cuando el riesgo será mucho mayor.

El valor de mercado de su contrato podría rondar los $3 millones por año, pero sólo hace falta un equipo para romper esa barrera. El peor de los escenarios será ver algo similar a los últimos años de Emmit Smith en sus años con los Cardinals.

Chance Warmack, OG.

Una selección top 10 en el Draft que atraerá a algún equipo que tenga a un coach de posición con la mentalidad de “corregirlo”. Después de todo, no es que el talento para haber sido seleccionado tan alto haya desaparecido.

En este caso el problema radica en que no hay gran calidad en el mercado de linieros ofensivos interiores y Warmack podría colocarse como una de las mejores opciones, lo que le va a ofrecer la oportunidad de obtener un buen contrato que posiblemente le quedará grande.

DeSean Jackson, WR.

Hay equipos dispuestos y con los recursos necesarios para destinar $10 millones al año o más por las cuatro o cinco jugadas explosivas que este hombre puede ofrecer durante una temporada.

Su velocidad es rara de encontrar en un jugador, simplemente no hay que esperar mucho más de él porque entonces se entra en un territorio en el que es fácil decepcionarse y donde el dinero que reciba podría parecer excesivo.

Dontari Poe, DT.

Con la edad correcta para tener mucho football por jugar (26 años), no faltará el equipo que rompa el banco para hacerse de sus servicios. Un contrato de cinco años y $60.5 millones con un promedio de $12.1 al año es lo que el mercado dicta como valor, sin embargo no sorprendería que estos números fueran superiores.

A pesar de su excelente relación de peso y habilidad, este hombre se ha desempeñado en un esquema muy específico en sus años en Kansas City, lo que lo hace un riesgo para equipos que busquen que haga algo distinto. No es que no pueda hacerlo, sólo que no lo ha demostrado y ahí radica el peligro.

Johnathan Cyprien, S.

Un jugador al que le tomó tres años destacar en la liga, pero en 2016 lució bastante bien. Este offseason hay equipos realmente necesitados de un jugador interesante en la secundaria, por lo que el dinero demandado por Cyprien podría ir al norte de los $5 millones anuales que dicta el mercado.

El riesgo radica en distinguir si su mejora en desempeño se debió a un proceso de maduración que podrá ser capitalizado por el equipo que le otorgue su segundo contrato en la NFL o si en realidad la razón fue estar rodeado de un mejor talento en la defensiva de Jacksonville.

Kenny Stills, WR.

Un receptor que en 2016 registró el mayor número de TDs en su carrera (9) y se convirtió en una excelente opción para Ryan Tannehill sobre todo en trayectorias profundas.

Sus estadísticas podrían atraer a algún equipo necesitado por una amenaza profunda que lo lleven a pagar más de los $6.5 millones por año que el mercado indica actualmente. En caso de que ese equipo quiera confiar en él como una opción más completa o si tienen problemas en la posición de QB, la decepción es prácticamente inminente.

Logan Ryan, CB.

Este será el ejemplo recurrente que en el que vemos a un jugador recibir un contrato superior a los $70 millones debido a su buen desempeño en un equipo ganador la temporada pasada.

Ryan se desenvolvió en la defensiva que permitió menos puntos por partido en 2016 y muchas veces tenía la responsabilidad de cubrir al receptor más alto y corpulento del rival. Esto hará que los equipos necesitados en la secundaria lo miren como un posible corner 1, sin embargo el riesgo radica en haber estado cobijado de un buen sistema que le daba responsabilidades limitadas y definidas para ejecutar.

Mike Glennon, QB.

Este hombre llegó con promesa a la liga e incluso vio algo de tiempo de juego que le valió ser tema de posibles intercambios por parte de equipos necesitados de QB. Después de un par de años en los que su nombre se enfrió, ahora llegará a un mercado de agencia libre que podría ofrecerle una oportunidad.

La trampa está en que algún equipo podría identificar a Glennon como un titular confiable a largo plazo, siendo que es muy probable que se trate de un jugador destinado a ser backup eficiente por el resto de su carrera, el tipo de QB que sólo quieres como titular durante cuando mucho dos o tres juegos mientras tu quarterback franquicia se recupera de una lesión.

Ronald Leary, OG.

Ser parte de al línea más dominante de la liga en los últimos años es tanto la ventaja como la desventaja que Leary presenta como agente libre.

Por un lado es fácil identificarlo como parte del éxito de la ofensiva de los Cowboys, pero por otro, una vez que no tenga a un jugador All-Pro a cada uno de sus costados (Tyron Smith y Travis Frederick), podría quedar expuesto.

Stephon Gilmore. CB.

Cuando Rex Ryan llegó a dirigir a los Bills hace un par de años habló de Gilmore como un ‘shot-down corner’ a quien se le podía confiar toda una mitad del campo para ponerse creativo en la otra mitad, sin embargo esa promesa nunca se cumplió.

A pesar de que Gilmore es un jugador confiable, es posible que algún equipo compre el hype vendido por Ryan, además del hecho de ser una selección top 10 en el Draft y le termine pagando una cantidad de dinero desproporcionada con respecto a su desempeño.