10 preguntas a samanta schweblin

Publicado el 09 octubre 2014 por Elalmacendelibros @almacendelibros

Fotografía original: Alejandra López.

Samanta Schweblin nació en Buenos Aires en 1978. Su primer libro, El núcleo del disturbio (2002), obtuvo los premios Haroldo Conti y Fondo Nacional de las Artes. El segundo, Pájaros en la boca (2009), fue distinguido con el premio Casa de las Américas y traducido a trece idiomas. Becada por distintas instituciones, vivió temporalmente en México, Italia, China y Alemania, donde reside hace dos años.

Fue seleccionada por la revista GRANTA como uno de los “mejores jóvenes narradores en español” y ha obtenido recientemente el Premio Juan Rulfo de Francia.

Su última nouvelle Distancia de rescate fue comentada en el blog (aquí).

Le hicimos a Samanta algunas preguntas:

¿Cómo empezaste tu carrera como escritora y cuándo?
Empecé a escribir muy chiquitita. De hecho, cuando no sabía escribir le dictaba historias a mi mamá. Ahora creo que lo que me gustaba era la atención que ella tenía que poner si había que tomar nota, anotar la obligaba a tener toda su atención en lo que yo quería contar, y eso me encantaba. Después, a los doce, trece fue que empecé a escribir mis primeros cuentos. A los diecisiete fui a mi primer taller literario y empecé a pensar más atentamente en cómo se escribe. Pero, aunque siempre tuve una gran constancia, todos fueron pasos muy pequeños, no podría marcar ningún momento como el comienzo de una carrera.

¿Te inspiró alguien en particular?
Fueron fundamentales las lecturas de mis papás antes de dormir. También los libros que me regalaba mi abuelo materno, cuando yo ya era un poco más grande, y algunas amistades que yo admiraba y que leían mucho.

¿A qué hora del día te surgen más ideas?
A cualquier hora, pero tengo que estar sola.

¿En qué lugar de tu casa te gusta escribir? ¿Cómo está ambientado tu lugar de trabajo?
Me gustan las mesas grandes. Entre un escritorio chiquito y la mesa del comedor prefiero siempre la mesa. Por eso muchas veces trabajo en las cocinas. También necesito orden. Puede haber mucha mugre al rededor, pero necesito cierto control sobre la disposición de todo lo que me rodea.

¿Cómo surgió la idea de “Distancia de rescate” y en qué te basaste para escribirlo?
Empezó como un cuento. Un cuento que me trajo muchos problemas y que nunca terminaba de ver con claridad. Me llevó bastante tiempo darme cuenta que lo que no funcionaba era su extensión, que si de verdad quería contar esa historia del modo que quería contarla ya no podía seguir pensando en un cuento. Una vez que tuve esto presente todo empezó a solucionarse. Apareció el personaje de David, que es fundamental para llevar adelante la historia, y apareció también el tema del glifosato.

¿Qué estás leyendo por estos días?
Estoy releyendo una nouvelle maravillosa, “Adios, hasta mañana” de William Maxwell. Y tengo en cola “Te quiero” de J. P. Zooey, y “Space Invaders” de Nona Fernández, los dos recomendadísimos de amigos de confianza.

¿Cuáles son tus autores preferidos?
Uf, son como los tés y las infusiones, cada vez hay más y al final nunca sé por cual decidirme. Elijo tres al azar: Flannery O’Connor, Agota Kristof y Flann O’Brien.

¿Qué autores recomendarías leer?
Digo un par que se vean hoy en librerías: está “Toque de queda”, de Jesse Bell. También por ahí vi una reedición de los cuentos completos de Doris Lessing, que son una maravilla. Ah, y hace poco leí Sukkwan Island, de David Wann, muy bueno.


¿Qué libro famoso te hubiera gustado escribir?

Ah, si se puede elegir así tan fácil voy por Crimen y Castigo, de Dostoyevski, sin ninguna duda.

¡Muchas gracias Samanta por tus respuestas y porque gracias a ellas pudimos conocerte más!