'10 promesas a mi perro' de Katsuhide Motoki (2008)

Publicado el 18 mayo 2010 por Pabela


Luego de que Dios creara al hombre, viéndolo tan débil, le dio al perro. Zoólogo Alphonse Toussenel

Akari tiene 14 años, es hija única de un ocupadísimo cirujano y una ama de casa entregada a su familia. En el día de su cumpleaños pide un perro de regalo a pesar de saber que su padre es fóbico a estos animales; pero la fortuna le concede un precioso cachorro al que su madre antes de permitir quedárselo le advierte sobre las 10 promesas que debe cumplir con él.

Esas 10 promesas serán el eje que muevan en forma sutil la trama de una comedia dramática con algún que otro tinte melodramático que a esta servidora, que por lo general no suele atraerle los films con animales de por medio, ha dejado un exquisito sabor de boca. Posiblemente y sin exagerar esta sea la mejor película donde la relación hombre- mascota se vea plasmada. Socks, un golden retriever encantador, es el sostén de una muchacha que a lo largo de 10 años pasará por unas cuantas penurias que la impulsarán a crecer de golpe. Pero el film, humano y lacrimógeno por momentos (atenti las lloronas como yo que no les falte el maxi pack de carilinas) es sencillo, cotidiano, real. Es la vida de cualquier muchacha que transita de la adolescencia a la juventud, que comete errores, que por momentos olvida las promesas hechas cuando se enamora por primera vez, que de a poco su trabajo la consume en la rutina como alguna vez lo hizo su padre, y las historias se repiten inconscientemente.

Pero Motoki no se queda en la mera relación perro- dueña, sino que nos adentra en unas cuantas más donde las 10 promesas podrían aplicarse: la amistad, el amor, la relación padre-hija, las prioridades familia-empleo. Con actuaciones que cumplen y satisfacen aunque vale decir que la pequeña Akari interpretada por Mayuko Fukuda es soberbiamente cándida, una niña que pese a todo se sobrepone con facilidad a las circunstancias con una eterna sonrisa que lo ilumina todo. Su personaje sin estereotipos desmedidos transita a una madurez palpable, dolorosa y tierna a la vez.


Para muchos el film derrochará azúcar ( aprovechen eso que no se consigue!) y mocos a diestra y siniestra, pero lo calidez de su narración acompañada de una magnífica fotografía y una banda de sonido increíbles, hacen de este título un referente ciertamente mucho mejor que Buddy Super Star (segundo en el ranking de las opciones de TELEFE después de Cuidado bebé suelto).

La película tiene escenas de esas que no se olvidarán fácilmente, como aquella de la última fotografía que no contaré porque tienen que verla. Increíblemente disfrutable para los corazones sensibles, para la mirada inocente, para los espectadores querendones.